Un encuentro con el resucitado
Juan 20:1-10; 19-23
Introducción
La resurrección de Cristo es un hecho histórico que ha trastornado a la humanidad, muchos creemos ciegamente en la realidad de este asunto y otros lo cuestionan de todas las maneras posibles.
En 1 Corintios 15 Pablo hace una gran exposición sobre la resurrección, señalando que si fuera una mentira, de nada serviría lo que hacemos, y también deja entrever que es por lo verídico de la resurrección que nuestro mensaje tiene validez y por lo cual somos victoriosos.
Compare la actitud de los apóstoles en los evangelios, con la que demostraron en el libro de los Hechos y al escribir las epístolas. ¿Qué encuentra? ¿A qué se debe tanto cambio? La respuesta es: “A la resurrección de Jesús, se debe a todo el ánimo y la fuerza que recibieron al encontrarse con él”.
I. Un encuentro con el resucitado desafía la incredulidad. V. 3-9
Jesús estuvo tres años con sus discípulos enseñándoles muchas cosas, entre ellas les comunicó lo que le habría de acontecer: tendría que morir y resucitar al tercer día. Sin embargo, como lo afirma la Escritura misma, ellos aún no habían entendido que era necesario que Él resucitase de los muertos.
Los discípulos se mostraron abiertamente incrédulos ante el hecho de la resurrección, Pedro y Juan corrieron a cerciorarse en la tumba que esto era cierto. Juan creyó después de haber visto los lienzos, por su parte Tomás tuvo que introducir su dedo y su mano en las manos y en el costado de Jesús para poder creer.
Este era un hecho sin igual que dejó perplejos a todos los que vivieron en aquel entonces, y que aún en estos tiempos a algunos nos maravilla y a otros los hace ser incrédulos.
Crean o no en la resurrección de Cristo esta es una realidad, y es que este asunto de la muerte, resurrección y presencia de Jesús es un asunto de fe. la salvación y la vida eterna son sólo para los que creen, “los incrédulos no heredarán el reino de los cielos”. Creer en la resurrección de Jesús es un requisito indispensable para ser salvo (Romanos 10:9).
¿Crees tú que Jesucristo se levantó de entre los muertos?
Los discípulos creyeron al ver la tumba vacía y al tener un encuentro con el resucitado. Pablo, uno de los más grandes incrédulos y perseguidor de la iglesia creyó al encontrarse con Jesús en el camino a Damasco (Hechos 9:3-6).
Si tienes alguna duda, la invitación es a escudriñar las Escrituras y mirar hoy mismo a tu alrededor para ver la gran cantidad de vidas transformadas por el obrar del Cristo resucitado.
II. Un encuentro con el resucitado produce paz. V. 19
Los discípulos estaban muertos de miedo, tanto que se encontraban escondidos, al momento del arresto de Jesús todos huyeron, Pedro negó haber estado con Cristo por temor a sufrir daños, de tal magnitud era el temor de estos hombres que junto a las cruz sólo estuvo Juan con algunas mujeres.
Aun después de que Pedro, Juan, María Magdalena y los dos seguidores que iban camino a Meaux se habían cerciorado de la resurrección, todos seguían muertos de miedo y encerrados. Jesús se aparece en medio de ellos y les dice “paz a vosotros”. He aquí un momento determinante en la vida de estas personas, por primera vez experimentaban juntos la presencia de Cristo luego de haber resucitado.
Desde ese entonces comenzaron a vivir las palabras del mismo Jesús, las que les dijo antes de morir (Juan 14:27; 16:33). Esta paz los acompañó durante el resto de sus días, fue por ella que predicaron el evangelio sin temor a pesar de padecer persecuciones, prisión, azotes, el martirio de Jacobo, el de Esteban y luego el de cada uno de los demás excepto Juan.
Esta paz y seguridad se arraigó tanto en ellos que aunque estaban al borde de la muerte, Pedro y Pablo al ser obligados a no predicar más, le dijeron al concilio: “es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:29). Hoy Cristo desea hacernos partícipes de esa paz, Él quiere que a pesar de nuestras circunstancias podamos encontrar en Él la tranquilidad que infundió a los apóstoles en ese tiempo tan hostil. Si tienes a Jesús en tu vida, si crees en Él, puedes experimentar esa paz. La paz de Dios sólo se obtiene al tener un encuentro con Cristo el resucitado.
III. Un encuentro con el resucitado despierta el gozo. V. 20
Después de estar turbados se regocijaron al ver las manos de Jesús, era real, era el mismo que caminó con ellos y les enseñó durante tres años, era el mismo que hacía tan sólo unos días agonizaba en la cruz.
Ahora lo veían vivo y con todo el deseo de infundirles ánimo. Este gozo lo experimentaron los apóstoles incluso en el sufrimiento (Hechos 5:40-41). A este gozo se refiere Pablo en Filipenses 4:4-6, y el cual él mismo disfrutaba en los momentos de dificultad (2 Corintios 12:10).
Hoy este gozo está a nuestro alcance si creemos en Jesús y nos apropiamos de la victoria que tuvo en la cruz y que selló y ratificó con la resurrección.
IV. Un encuentro con el resucitado trae consigo el poder. V. 21-22
Ahora Jesús les ratifica la promesa que les había hecho, de enviar al consolador, quien al momento de llegar al mundo los dotaría con el poder necesario para cumplir la misión, les recordaría todas las cosas enseñadas por Jesús y convencería al mundo de pecado, justicia y juicio.
Es por la presencia del Espíritu Santo que tenemos el poder de Cristo, es por su obra que la palabra de Dios permanece en nuestros corazones, es él quien nos capacita para vivir la vida cristiana; y es él quien sensibiliza el corazón de la gente para recibir el mensaje de salvación.
No descuidemos este don que nos ha sido otorgado por el resucitado (Efesios 5:18).
Conclusión
Encontrarse con Jesús resucitado produce grandes cambios en la vida. ¿Has experimentado este encuentro? Si no lo has hecho, ha llegado el momento.
La incredulidad desaparece, el miedo se convierte en valor, la incertidumbre en paz, la tristeza en gozo y la debilidad en poder cuando hay un encuentro con Jesucristo resucitado.