Testificando sin temor
Una de las barreras mas grandes para presentar las buenas nuevas de salvación es el temor, en la mayoría de los casos este temor esta relacionado con aquello que los demás piensen de nosotros (temor al que dirán), como van a recibir nuestro mensaje (temor al rechazo), si realmente la mensaje tendrá resultados visibles (temor a los resultados), por ultimo a lo que demandará de nosotros el mensaje (temor al compromiso).
Que es el Temor Según la psicología el temor es: “una perturbación angustiosa del animo, originada por la inminencia real de un peligro, o que es fingida por la imaginación. Tiene mayor o menor tensión; su máximo grado es el terror o el espanto”.
La palabra temor en el Nuevo Testamento viene del griego fobeo y tiene como el sentido mas frecuente el de temer, hacer huir. A causa del temor huimos de las ocasiones en que debemos abrir nuestra boca para que el testimonio de Jesús sea predicado y las personas tengan la oportunidad de arrepentirse de sus pecados y ser salvas.
El Señor Jesucristo nos ha dicho que no debemos ser cobardes (Juan 14:27), el no nos ha dado espíritu de cobardía (gr. deilia) sino de poder, amor y dominio propio (2Ti 1:7), por tanto no nos avergoncemos de dar testimonio de Jesucristo. Distintos tipos de temores en la evangelización
Temor al que dirán. Esta clase de temor se da cuando ponemos demasiada atención en las palabras de aquellos que nos rodean, no queremos perder nuestra “imagen”, nuestro “estatus”. Este temor esta basado en un supuesto cambio que sufriremos en torno a nuestro ambiente. (Lc. 9:23)
Temor al rechazo. Es derivado del temor al que dirán, debido a que pensamos que hablarán mal de nosotros al momento de testificar de nuestra fe, tenemos por seguro que recibiremos un rotundo rechazo de aquellos que por lo menos antes se mostraban tolerantes con nosotros. (Mt. 5:10-12)
Temor a los resultados. Hay momentos en que nos hacemos las siguientes preguntas ¿realmente esta persona aceptara al Señor? ¿Cambiara su vida para siempre? Déjeme notificarle que no es del todo nuestra incumbencia lo que Dios realice en el corazón de la persona. Puede que veamos cambio inmediato, arrepentimiento inmediato, por lo menos a nuestro ego le gustaría ver logros visibles para sentirse satisfecho de la obra realizada, pero lamento decirle que habrá ocasiones en que pareciera que no ha sucedido nada. Recuerde que de Dios son los resultados, es de su potestad dar el crecimiento a la semilla. (1 Co. 3:6)
Temor al compromiso. El evangelizar trae a nosotros algo que se llama compromiso, algunos de esos compromisos son: orar por aquellos a los cuales hemos hablado, visitarlos, prepararnos en la palabra o participar de una evangelización organizada que requiera de nuestro tiempo y esfuerzo. Este mandamiento requiere dar de nosotros y esperar nada a cambio, es común que el egoísmo (solo estar cuidando de nosotros mismos y nuestras necesidades) anule nuestra entrega al servicio de Dios y su obra. Permitamos que Dios ordene nuestras prioridades de tal forma que logremos adquirir responsablemente un compromiso de testificar de su nombre. (Lc. 9:57-62)
Consecuencias del Temor
Hace que te escondas. Hoy en día tenemos cristianos que forman parte del servicio secreto del cielo. De ninguna manera se identifican por medio de su fe. Prefieren estar ocultos, escondidos, pasar desapercibidos con tal de no sentir el señalamiento, o la distinción de ser cristiano. En nuestro andar hay detalles que nos deben identificar como cristianos, no tenemos necesariamente que llegar al punto de vociferar a los cuatro vientos nuestro cristianismo, debemos actuar dentro de lo prudente, pero si se presenta la oportunidad debemos hacer ver nuestra fe en Jesucristo para que otros también la conozcan.
Paraliza tu avance. Si hay algo que nos congela es el temor, hay personas que por el temor se privan de las tareas más comunes que existen, por ejemplo: estar a solas, conocer otros lugares, conocer otras personas, crecer en conocimiento, salir de compras, etc. El temor puede esclavizarnos al punto de evitar que avancemos en el propósito de Dios, que alcancemos a los perdidos para Cristo.
Es campo fértil para la actividad del enemigo. Creámoslo o no el temor puede llegar a convertirse en una atadura en la cual están implicados nuestros pensamientos negativos junto a la acción de fuerzas invisibles de maldad. El temor como atadura no es conforme al Espíritu de Dios, sino que el enemigo se vale de ese temor para controlar ciertas áreas de nuestra vida, para que así nos alejemos de su plan perfecto.
Como vencer el temor a testificar
Paso a detallarles algunas recomendaciones para que el temor no nos impida evangelizar:
1. Recuerde lo que Cristo hizo por usted. Jesucristo estuvo dispuesto a pasar ignominia, ridículo y vergüenza por todos los pecadores, antes de ser crucificado fue el hazme reír de los fariseos, luego fue enviado al Pretorio y allí los soldados se burlaban de él tocante a su reinado sobre los judíos, camino al Gólgota recibió las injurias de los que le entregaban, lo abofeteaban, le escupían y todo por reconciliar a una humanidad perdida. ¿Podríamos nosotros comparar el sufrimiento de Jesús con aquello que podría sucedernos al testificar? ¿Si el no escatimó sufrir vergüenza por nosotros por qué dejamos que el temor nos impida realizar su obra? (Por favor lea Juan 18 y 19)
2. Aprecie acerca de qué y de quien está testificando. Al momento de testificar usted no está hablando acerca de cualquier persona, no está hablando de un estadista, un político, un militar, u otra persona importante de esta tierra. Usted no está hablando de alguien mortal, que llego a este mundo y ya no existe, usted esta hablando del Rey de reyes y Señor de señores, del Alfa y la Omega, del Cristo resucitado. No es cualquier persona y no es cualquier mensaje, es la persona y el mensaje más poderosos que existen sobre la faz de la tierra, por medio de Jesús y su mensaje Dios puede cambiar el destino de las personas. Aprecie de qué y de quién esta hablando.
3. Ore para que Dios le dé valor y poder para testificar. Que gran ejemplo tenemos en los cristianos de la iglesia primitiva, en Hechos 4:23-31 se narra su actitud ante la persecución delas autoridades religiosas, ellos inmediatamente imploraron al Soberano Señor, el Dios que hizo los cielos y la tierra pidiendo valor para predicar su palabra. Ninguno de ellos se ubica en el plano de victimas, o se quedaron tranquilos para apaciguar las amenazas sino que oraron Aquel que su refugio y fuerza contra el turbión. Creo que Dios estaba ansioso por enviar este poder, dice la Biblia que: “todos fueron llenos del Espíritu Santo”, este fue el gatillo de Dios para una iglesia que no tenía temor que no sufría miedo de hablar de él, la respuesta fue también inmediata, no se hizo esperar. Dios esta deseoso de darte ese mismo valor y poder para hablar de su Nombre que es admirable.
4. Tenga en cuenta que no está solo. Igual que en los detergentes que están de moda de tripla acción limpiadora, hay una triple acción salvadora en esto del evangelismo. Dios esta mas interesado y más involucrado que nosotros en esta obra, el ama con amor eterno; Él no quiere que nadie se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento (2Pedro 3:9), por tanto el va estar de primero al momento de la evangelización, su Espíritu Santo estará allí. También nos estará acompañando la Palabra de Dios, esta es la espada del Espíritu que será utilizada para traer convencimiento de pecado al corazón del perdido. Por ultimo actuara nuestro testimonio verbal y vivencial acerca de Jesús. Así que nunca está solo en esta misión Dios esta a nuestro lado.
5. Deje los resultados en las manos de Dios. No se preocupe tanto si la gente va ha convertirse (volverse a Dios y abandonar el pecado) o van a continuar siendo y haciendo lo mismo. La orden que tenemos es “ir y predicar el evangelio a toda criatura”, y no “ir, predicad el evangelio y esperad los resultados de mis criaturas”. Recordemos que en esto de salvar, solo Dios salva, Dios es el que da el crecimiento. Pienso que podemos proveer facilidades para que las personas crezcan para así enseñarles todo conforme Jesús nos ha mandado; por ejemplo grupos hogareños o el templo donde asistimos; es cierto que debemos hacer el intento de mantener un seguimiento a esas personas, pero esto aunque es una ayuda en si no produce los resultados, estos es un asunto de Dios.
6. Aprenda versículos clave para el evangelismo. Hay mucha gente que no sabe que decir al momento de testificar, esto se debe a un marcado desconocimiento del plan de salvación y los versículos que sustentan el mismo. Las Sagradas Escrituras están llenas de textos que son muy útiles al momento de testificar, haciendo un estudio de ellos encontraremos las herramientas que quedaran en la mente para así compartir un evangelio completo. Al momento de testificar no es obligación “recitarlos” con tono poético o citarlos de forma mecánica, es mejor que los mencionemos con claridad en el idioma de nuestra época, la gente debe comprender para así tomar una decisión. Es importante saber que el Espíritu traerá las palabras apropiadas a la necesidad de aquellos a los cuales testificamos (Mt. 10: 19).
7. Testifique, testifique, testifique. “ Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.” ¡Que poderosa declaración! La misma fue hecha frente a un jurado intimidante que tenia la potestad de causarles daño y hasta matarles, aun así Juan y Pedro no dejaron de decir lo que habían visto y oído. Al igual que ellos nosotros hemos visto y oído las grandezas que Dios hace en nuestras vidas cada día. Una forma de vencer los temores para muchas cosas es practicándolas, el conducir en automóvil, las disciplinas deportivas, el hablar en publico, el desarrollar grandes cosas para Dios se logra en el continuo aprendizaje de la práctica. Al principio cometeremos errores, la lengua se nos hará nudo, los ojos miraran a todos lados menos al oyente, pero al pasar el tiempo lograremos evangelizar con naturalidad, con fluidez y claridad. Despreocúpese todos empezamos a caminar primero gateando. Continúe testificando, no pierda esa bendición. Hagamos como Pedro y Juan “no dejemos de decir lo que hemos visto y oído de Dios”.
Una Iglesia sin Temor: prevalece
Los días que estamos viviendo requieren de una iglesia que permanezca firme en medio de los invalores que abundan a su alrededor. Una iglesia que manifiesta sin temores la verdad, es una iglesia que prevalecerá frente al adversario. El mundo ya no tiene temor de decir sus inmoralidades, sus argumentos ateos, ocultistas o humanísticos, al mundo ya no se le ve escondiéndose sino que todo lo contrario, publica en la radio, televisión u otros medios los antivalores que lo fundamenta. Por supuesto, detrás de todo esto esta “ el príncipe de este mundo” que con sus artimañas engañosas vende sus argumentos para así mantener ciegos a aquellos que aun están en su poder. Al permitir que el temor impida que hablemos de aquel que nos llamo a su luz admirable seria beneficiar mucho de la estrategia del mundo y el diablo para que esa luz resplandezca en medio de las tinieblas. Rompamos con el temor que nos amedrenta y alcancemos con valor, poder y sabiduría a este mundo alejado de Dios.