Soldado de Jesús
2 Timoteo 2:3-13
INTRODUCCIÓN.
Quien haya servido a su nación alistándose en el Ejército, sabe que la vida de un soldado requiere de una preparación muy exigente, tanto en los aspectos físicos, como en los intelectuales. El soldado inicia muy temprano su jornada, mucho antes que despunte los primeros rayos de sol, el acondicionamiento del cuerpo es necesario para mantenerlo apto cuando le corresponda desarrollar el trabajo propio para el cual es reclutado, luego se someterá a una rutina de formación en las diversas áreas del conocimiento, que incluye manejo de armamento, estrategias y tácticas de ataque y defensa, entre otros. El único propósito de esta preparación es, mantener a una persona fiel, disciplinada y apta para defender a su país, hombres que mediante el trabajo y el valor darían su vida para que usted y yo disfrutáramos de la tierra que por herencia histórica y divina, nos corresponde (Josué 1:6). De la misma manera, Jesucristo, requiere de hombres y mujeres esforzadas y valientes que integren su Ejército de salvación, que usando armas que nos son carnales, sean capaces de derribar las fortalezas que el imperio del mal han establecido en la tierra (2 Corintios 10:4-5) y que en todo momento manifiesten una condición de triunfo( 2 Corintios 2:14-15).
Bajo esta perspectiva valdría la pena analizar los requisitos solicitados por el Señor Jesús para formar parte de su Ejército, ¿Quieres hacerlo conmigo?, veamos, pues:
1. Enfrentar la vida con valor (V3-V6).
El soldado de Jesús, dispone constantemente de una actitud valiente ante las circunstancias naturales del ámbito donde se desenvuelva, esto es, rechazo a los placeres de la carne (Gálatas 3:19-21), aspecto que se traduce en una labor titánica que solo hombres y mujeres de valor pueden hacer, así lo hicieron, Abraham, Jacob, Moisés y muchos otros que sufriendo penalidades en el desarrollo de sus vidas, se alistaron en el Glorioso Ejército de Dios, sin embargo, ellos reunían ciertos requisitos:
a. No enredarse en los negocios de la vida (V4).
En muchas ocasiones nos encontramos tan enmarañados en los negocios de la vida, que no escuchamos la voz de Dios. Relata Las Sagradas Escrituras en el Libro de Jueces 5:16-20, como uno de los hijos de Jacob; Dan, cuya tribu estaba formada por mercaderes, se negó a atender el llamado de auxilio, que le hizo Débora, la cual gobernaba en esa época al pueblo de Israel, para que le ayudara a enfrentar a Jabín, rey de Canaán y a quien efectivamente venció, con la ayuda de otras tribus, como las de Zabulón y Neftalí, mas no con la de Dan. Cuenta la historia Bíblica como Zabulón y Neftalí, aun ocupados en sus propios problemas, comprendieron de inmediato la magnitud de la petición de Débora acudiendo a su llamado, no así Dan quien prefirió atender sus propios negocios. ¿Cuántos Dan existen en el mundo Cristiano y no Cristiano, que al hacerse sordos al llamado de Dios, se niegan así mismo, formar parte del Ejército mas glorioso del universo, el de Jesucristo?. Muchos de los llamados lo hacen, por razones diversas: trabajo, estudio, “ no estoy preparado”, “Dios en todo momento conoce mi causa”, entre otros argumentos, que les hace separarse de su obra, pero que hace que otros tomen las bendiciones que por herencia divina le corresponden, al permitir que estos se apropien del campo de batalla y se alcen con la victoria por ellos.
Amigo, hermano, no se convierta usted en este tipo de personas, ¡ Adopte la actitud de Zabulón , de Neftalí, que sin enredarse en los abatares de la vida, en todo momento manifestaron su disposición para ir al frente de batalla, atendiendo el llamado de Dios, dejando que Jesucristo, como General en Jefe de esta batalla, la guíe, para que usted conquiste los territorios y las familias que por mandato y por derecho celestial, le corresponde. ¡Aleluya!
b. Prepárese adecuadamente (V5).
La vida de un soldado de Jesús, implica una preparación constante. Un atleta por ejemplo, dispone de una rutina de entrenamiento, alimentación y un estilo de vida equilibrado, que a la postre le permite coronarse en la competencia. De igual manera, el soldado de Jesús, debe prepararse tanto física como espiritualmente en pos de la victoria, para eso dispone de un arsenal espiritual, como lo señala Pablo, en la segunda carta a los Corintios (10:4-5), que representa el manual para la sobre vivencia, la clave para el entrenamiento efectivo. Consideremos este armamento: El estudio de la Biblia, la predicación del evangelio de la paz, la oración, el ayuno, velar en todo momento, la fe, la sangre de Jesús, entre otros, que constituyen en elementos de uso diario en la rutina de preparación espiritual del creyente.
¿Cómo está tu rutina de entrenamiento? ¿La estás usando adecuadamente?, como parte del Ejército de Jesucristo debo velar para que cumplas algunas instrucciones, por favor repite conmigo esta declaración: “Debo meditar La Palabra de Dios, predicar su evangelio, orar y ayunar en todo momento, para mantenerme en forma en este glorioso Ejército. Amén”. ¡Aleluya!
b. Esfuerzo y trabajo constante (V6).
El soldado de Jesús es una persona trabajadora, esforzada, que al igual que un agricultor, remueve, riega, abona y siembra para recoger cosecha abundante. Remover, representa arrancar todo lo que sea estéril en su corazón, todo lo que le desagrade a Jesús, de manera tal que él pueda encontrarse en el lugar mas limpio y productivo de tu vida, digno de su majestuosidad. Regar y fertilizar, impone la necesidad de suministrar los requerimientos de agua y nutrientes allí mismo, directo al corazón, en este caso, el agua viva, está asociada con La Palabra de Dios, fuente inagotable de riego, nutriente y fertilizante espiritual, lo que hace que la semilla que allí se siembre produzca fruto al ciento por uno.
A esta hora debes asumir el reto del esfuerzo y trabajo constante, que echaran fuera de ti, toda esterilidad espiritual y que te permitirá, mantener una preparación adecuada en el momento de la bendición, y que te llevara de victoria en victoria y de poder en poder. ¡Aleluya!
Recuerda el Ejército de Jesús, es el mas exigente de todos cuantos puedan existir, la única diferencia, es que no conoce la derrota, pues Jesucristo, selló la victoria final, anulando en la cruz del calvario, todas las actas que la Ley establecía contra ti (Colosenses 2:14-15), sin embargo debes, cuidar de no enredarte en los negocios de la vida, mantener un ritmo de preparación continua y esforzarte y trabajar constantemente, para sostener el ritmo victorioso y alcanzar la diadema, el derecho de compartir eternamente con El Rey de reyes y Señor de señores, Jesucristo. ¡Aleluya!.
2. Crecer en el conocimiento de Dios (V7-V9).
Entender que la razón fundamental de nuestro llamado como un soldado de Jesús, es la predicación de su evangelio y consecuentemente, la salvación de almas, implica adquirir sabiduría, ciencia e inteligencia en el conocimiento de Dios. El rey Salomón escribió en el Libro de Proverbios 4:11-13 “Por el camino de la sabiduría te he encaminado y por veredas derechas te he hecho andar, cuando anduvieres no se estrecharan tus pasos, y si conocieres no tropezarás. Aferrate a la instrucción, no la dejes guardada, por que ella es tu vida”. Jesucristo, es el ejemplo mas representativo del crecimiento que toda persona debe tener, Lucas 2:52, lo refiere: “ Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres”, allí se reflejan cuatro aspectos claves que el ser humano tiene que desarrollar para convertirse en un soldado modelo de Jesús:
Ø El crecimiento intelectual en tu campo de acción y otras áreas de interés general, te proporcionan el dominio requerido para desenvolverte adecuadamente.
Ø El crecimiento físico, área descuidada generalmente por muchas personas, implica adecuar las exigencias alimenticias y establecer programas básicos de acondicionamiento físico, que favorezca nuestro desempeño diario.
Ø Cultivar y alimentar diariamente la relación con Dios a través del estudio de su Palabra, la oración y el sostenimiento de la Santidad y la obediencia.
Ø Mejorar la relación con la familia, los vecinos, los compañeros de trabajo o estudio y con la comunidad en general.
Esta preparación constante, te hace apto para formar parte del Ejército de Jesucristo, con las prerrogativas que esto implica: amor, gozo, paz, bondad, fe, mansedumbre, templanza, humildad y benignidad. Te transforma en una persona siempre lista para la misión asignada. Las cuales siempre están fundamentadas en el triunfo y la conquista, pues en Cristo somos mas que vencedores. ¡Aleluya!.
3. Fortaleza en medio de la dificultad ( V9).
En innumerables ocasiones, nos vemos confrontados en nuestra fe en el Señor, ante circunstancias adversas de la vida, la muerte de un ser querido, una separación, desempleo, escasez, toda clase de tribulaciones que apuntan hacia lo mas profundo de nuestro ser para minar esa confianza en Jesús. A veces pensamos que por llevar una vida integra, santa y fieles con el Señor, estamos exceptuados de adversidades, pues déjame decirte, que no es así. Revisemos el caso de Job en el antiguo Testamento, revisemos mucho tiempo después, el caso de el Apóstol Pablo, 2Corintios 11: 23-27 “ ¿Son ministros de Cristo? (como si estuviera loco hablo) Yo mas; en trabajos mas abundantes; en azotes sin número; en cárceles mas; en peligros de muerte, muchas veces. De los judíos, cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar. En caminos; muchas veces, en peligros de ríos, peligro de ladrones, peligro de los de mi nación; peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto; peligros en el mar; peligros entre falsos hermanos. En trabajo y en fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y desnudez”.
Yo no sé usted, pero creo que muchas personas, no están preparadas para resistir lo que este hombre resistió, siendo un soldado de Jesús, si profundizamos un poco mas y referimos el destino de los discípulos de Jesús, encontramos: Pedro, murió crucificado; Andrés, a espada; Santiago hijo de Alfeo, crucificado; Felipe, crucificado; Tadeo, asesinado por flechas enemigas; Santiago, hermano de Jesús, apedreado; Tomás, con una lanza; Bartolomé, crucificado; Santiago, llamado Jacob, hijo de Zebedeo, a filo de espada, el único que murió de muerte natural, fue Juan. Noten ustedes, que todos, excepto este último, fueron torturados y flagelados, y finalmente enfrentaron la muerte, aplicad como ya se refirió, a través de los métodos mas crueles para la época.
La vida de un soldado de Jesús, también es una vida de tribulaciones, a diario es sometida a situaciones que confrontan su estabilidad, sin embargo, confiamos en nuestro Señor, quien en ningún momento pasa por alto esta situación y su Palabra dice en uno de los Salmos, que él bendice a los que confían en él y lo planta como árbol frondoso junto a corrientes de agua, con ramaje y hojas que nunca caen, aún en medio de la sequía y dando frutos permanentemente, por que es una vida próspera y sus raíces, están arraigadas en lo mas profundo de la fe en él. ¡Aleluya!
4.Vivir una vida de amor( V10).
El amor es la expresión mas pura del corazón, cuando se trata del amor de Dios, es inigualable ( Ágape), Juan 3:16, lo expresa de manera clara. Un amor desprendido de todo egoísmo, que aún cuando nos equivoquemos, siempre estás dispuesto a retribuirnos en amor y mas amor. Este amor significa, desear para los demás, lo que anhelamos para nosotros. La propia cruz, allá donde Jesús entregó su vida, por el amor hacia la humanidad, la misma que el sanó y liberó, la que le dio la espalda en los momentos decisivos de su final en la tierra, esa misma cruz, fundamenta el amor puro y verdadero (1Corintios 13). El palo vertical, simboliza nuestro amor hacia Dios, en tanto que el horizontal, el amor hacia nuestro prójimo. En el amor se centran los dos grandes mandamientos encomendados por Dios ( Mateo 22: 37-39) “ Jesús le dijo: ameras al señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento, y el segundo es semejante: Amaras a tu prójimo como a ti mismo”. El soldado de Jesús, entiende el amor en esta perspectiva, de la siguiente manera:
Ø Amor hacia Dios. Su primer gran mandamiento.
Ø Amor hacia sus semejantes. Su segundo gran mandamiento.
Ø Amor propio: refuerza su estima personal, sin llegar a la egolatría ( Es el templo del Espíritu Santo).
Ø Amor de Dios para con los hombres. Fuente de nuestro bienestar y fundamento de la vida humana.
A la luz de esta palabra, quiero que entiendas, que dispones de el arma mas poderosa, de cuantas te puedas imaginar, fue la única que derrotó al imperio de maldad que prevalecía sobre la humanidad, no importa que existan ojivas nucleares, tanques, aviones, acorazados, tu y yo tenemos el arma que venció al mundo. El Amor de Jesucristo para con nosotros y como buenos soldados, se lo retribuimos, en mas amor, fidelidad y compromiso en su obra. ¡Aleluya!
CONCLUSIÓN
El soldado de Jesús enfrenta la vida con amor, sin enredarse en los negocios de la vida, su preparación en el conocimiento de Dios, es continuo, aplicando el esfuerzo y el trabajo permanente. El soldado de Jesús, hace de la dificultad, una oportunidad para bendecir la vida de otras personas y dispone de la mejor arma, el amor. Si tu reúnes esos requisitos, ¿Qué esperas?, ¡Alístate! Y hazte merecedor de los siguientes beneficios (V11-V13):
Ø Si morimos en el campo de batalla, viviremos con él.
Ø Si sufrimos por él, también reinaremos con él.
Ø Si le negaremos, él también lo hará.
Ø Si fuéremos infieles, él permanece fiel.
¡ÉL NO PUEDE NEGARSE A SI MISMO¡. ¡ALELUYA!