Símbolos de Navidad
Introducción
María Dolores, mejor conocida como Mary Lolis, es considerada una de las mayores coleccionistas de figuras de Santa Claus; su colección llega a más de 2 mil figuras de todos los tamaños, materiales y países del mundo. Su afición comenzó a raíz de una profunda tristeza que le embargaba y una persona cercana a ella le regalo una figurita de Santa Claus y le dijo que no estuviera triste, sino que pensara en lo bonito que era la Navidad y lo que este muñequito representaba; ahora más repuesta Mary Lolis sigue coleccionando Santa Claus; y cuando termina la Navidad sus amigos de color rojo son guardados cuidadosamente en una habitación especialmente diseñada para ellos. Nunca pensé que la figura de Santa Claus tuviera mucho arrastre y adeptos en México y el mundo.
Otro ejemplo lo vemos en los Estados Unidos en donde un joven de 17 años líder de una banda en Long Island en Nueva York que destruía figuras de Santa Claus para arruinar el espíritu de las fiestas navideñas. Brett Berrick, junto con sus amigos atropellaban y degollaban a muñecos de Santa Claus. De igual manera entraban en su automóvil a jardines ajenos para arrasar con los adornos festivos de Navidad. En una de esas expediciones, un vecino tomó nota de la matrícula y eso hizo posible la detención del “Atila” de la Navidad, como algunos lo denominaron. “Nos rompió el corazón”, explicó al diario New York Post una de las víctimas, Bill Grasso, cuya mujer estuvo llorando todo el día después de que el chico que odiaba la Navidad entrara en su jardín y degollara a Santa Claus.
En ambas situaciones puedo notar que la figura de Santa Claus causa un enorme impacto en la vida de algunas personas. La Navidad como hoy la conocemos tiene a sus propios personajes y sus propios símbolos. Siendo Santa Claus uno de los más notables. Pero hay otros símbolos navideños de igual relevancia, pues su ausencia marcaría para muchos una importante diferencia. Los tarjetas de Navidad, los villancicos, el árbol de Navidad, las posadas, los regalos, las coronas en las puertas, la corona de adviento, la cena de navidad, bueno hasta los colores tiene que ser representativos de estas fechas; el rojo, azul, verde, blanco y plata. Si estos elementos no estuvieran presentes en su conjunto, un importante número de personas sentirían que no es Navidad.
Hace un momento decía que esto representa la Navidad como hoy la conocemos, pero no siempre ha sido así, a lo mucho la manera en como nosotros actualmente celebramos la Navidad no tiene más de 200 años. Las formas han ido cambiando con el paso del tiempo, y resulta triste pensar que el sentido, lo que representa la Navidad también ha ido cambiando hasta casi olvidar el motivo de la celebración. Hace una semana reflexionábamos en que la Navidad para el pueblo cristiano representa Jesucristo, y que para que esta se llevara acabo, Dios requirió de ciertos personajes y elementos para hacerla posible. Personajes y elementos que se han ido olvidando y/o cambiando al punto de ir olvidando el propósito de la Navidad. Por eso es pertinente que sepamos y/o recordemos. José y María son en un sentido los padres de la Navidad; pero alrededor de ellos hubo otros elementos que participaron y que representan una enorme enseñanza para todas las personas de todos los tiempos y de todas las culturas. Hoy en este día de manera breve pero concisa, meditemos acerca de otros símbolos de la Navidad que encontramos en la Palabra de Dios.
I. La Estrella de Belén (Mt. 2: 2, 9, 10) “…y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos”
Se nos dice que un grupo de sabios, magos o estudiosos descubrieron en los cielos una misteriosa señal, una estrella que brillaba con singularidad; no era una estrella cualquiera, sino que esta brillaba y llamaba poderosamente la tención de los estudiosos de los cielos. Tal fue la fascinación de este estrella que estos hombres lo dejaron todo por seguirla. En el año 334 d. C. un astrónomo llamado Firmicus Maternus escribió un manuscrito titulado “Mathesis” en el cual explicaba que lo que vieron aquellos hombres en el cielo y lo que nosotros llamamos Estrella de Belén no era más que una curiosa conjunción entre dos planetas que destellaba una luz muy especial.
Hasta donde sabemos, no se ha vuelto a ver el mismo fenómeno de aquella ocasión. Pero estos hombres los vieron y pudo haber pasado inadvertido para muchos, pero para ellos no, ellos tenían su mirada puesta en los cielos y de tanto mirar los cielos encontraron algo especial que cambiaría la historia de la humanidad. Dios uso el firmamento como herramienta para llamar la atención de las personas que con firme deseo lo andan buscando. El apóstol San Pablo nos dice en su carta a los Romanos “Pues si bien a Él no lo podemos ver, lo contemplamos, por lo menos a través de sus obras, puesto que Él hizo el mundo y por ellas entendemos que Él es eterno y poderoso, y que es Dios” (Rom 1: 20 BLA) Dios desea manifestarse a nuestras vidas; esto que leíamos de Pablo los teólogos lo llaman revelación general, es decir, es algo que Dios manifiesta a todas las personas, sin excepción. Pero hay lo que también llaman “Revelación especial” yo le diría “particular” por que es lo que Dios de manera particular nos muestra a cada uno d e nosotros y para poder acceder a eso es necesario Jesús en nuestras vidas. Los sabios del oriente, aquellos que encontraron en los cielos una extraña conjunción planetaria llamada Estrella de Belén, fueron sensibles a la manifestación de Dios, muchos otros no lo fueron, pero quienes si lo fueron llegaron a la salvación. ¿Qué nos enseña la estrella de Belén? ¿Qué representa la Estrella en Belén? Nos muestra que hay un Dios que desea nuestra compañía y que utiliza todo para llamar nuestra atención y guiarnos a su poderosa y amorosa presencia.
II. El Pesebre (Lc. 2: 7) “…y lo acostó en un pesebre…”
Cuando usted tenga la oportunidad de ir a Belén, en la colina central esta la plaza del pesebre, una explanada empedrada frente a la iglesia de la Natividad. En el interior de este templo es frío y oscuro; no hay bancas, solo un grupo de sillas abatibles. Bajo el altar, al final hay una desgastada escalinata de piedra que se dirige hacia una cueva. En las áreas rurales de Belén, hoy, al igual que hace 2000 años, las grutas se utilizaban como corrales. Anteriormente se creía que los pesebres eran cabañas en donde reposaban y eran alimentados los animales domésticos. Hoy en día y gracias a la arqueología podemos descubrir que los pesebres se excavan en la roca. Pero ya sea que un pesebre este en una cueva o en una cabaña, las características en ambos casos son las mismas, eran y son lugares malolientes, sucios, en donde los animales comían y defecaban. Fue en un lugar como este en donde nació Jesús. ¿Por qué?
Humanamente hablando se debió a que como fueron convocados a ser censados, una gran multitud abarroto los mesones y posadas de la pequeña ciudad de Belén. José y María ante tal contingencia se vieron obligados a hospedarse muy posiblemente en una cueva-pesebre y allí mismo los dolores del parto y el alumbramiento de Jesús ocurrió. Pero hablando espiritualmente; Jesús nace en tal lugar porque el pesebre simboliza el corazón del ser humano, un lugar oscuro, frío, y con toda seguridad sucio de pecado; más aún ahora que sabemos que los pesebres se construían en cavernas de roca, que Jesús ve necesario nacer en la piedra de nuestros corazones. Nuevamente Pablo, ahora en su carta a la iglesia de Filipos nos dice que esto represento un gran paso de amor de parte de Dios hacía nosotros: “La actitud de ustedes debe ser como la Cristo Jesús, quien siendo por naturaleza Dios, no considero el ser igual a Dios como algo a que aferrase. Por el contrario, se rebajo voluntariamente, tomando la forma de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre se humilló a sí mismo…” (Fil 2: 5-8 NVI), note usted que dice que Jesús se rebaja y se humilla a sí mismo. Nacer en tal lugar y condiciones semejantes representa una gran sacrificio, pero al mismo tiempo es una forma extraordinaria de expresar su amor por cada uno de nosotros. Por eso es importante conocer al pesebre como un símbolo importantísimo de la Navidad.
III. Los Pastores (Lc. 2: 8-20) “Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios…”
Una tarjeta de Navidad con un dibujo coloreado de Santa Claus y una niña, que fue enviada por correo en 1914, acaba de llegar a su destino en Oberlin (Kansas), después de haber estado perdida durante 93 años. La tarjeta lleva la fecha del 23 de diciembre de 1914 y fue enviada a Ethel Martin de parte de sus primos en Nebraska, lo desafortunado es que Ethel Martin nunca llegó a leer la tarjeta de Navidad de sus primos, pues falleció antes de recibirla. El Servicio Postal de EEUU quiso, sin embargo, entregar la tarjeta a familiares de Martin. Que tarde puede llegar una noticia a nuestros seres queridos. Otro caso similar ocurrió en Alemania en donde una carta tardo más de doscientos años en llegar a su destino, lo curioso es que la carta llevaba carácter de urgente. Pero a diferencia de esto, Dios sabe cuando es pertinente dar a conocer sus planes, y siempre lo hace a tiempo. Estando José y María en Belén a causa del censo convocado por Augusto Cesar, y al no haber encontrado hospedaje, la pareja se aloja en un pesebre, y es precisamente allí en donde María tiene a su hijo Jesús (v. 7) Cerca de allí nos dice la Biblia había un grupo de pastores apacentando a sus rebaños (v. 8) Dios decide dar a conocer la noticia y envía a un Ángel (v. 9) pero este ángel de alto rango no da la noticia a los sacerdotes, escribas, fariseos o saduceos judíos; ¡no! Decide hacerlo a humildes y sencillos pastores. Esto nos muestra que Navidad no es solamente para aquellos que social y económicamente pueden celebrarla, sino para todos, principalmente aquellos que le reconocen.
Los pastores son instruidos por el ángel para que encuentren el lugar en donde Cristo recién nacía (v. 12) En eso una coro de ángeles, entona bellos cantos, enmarcando la llegada del gran Rey; una de las estrofas de sus cantos es: “Gloria a Dios en lo más alto del cielo, y en la tierra, gracia y paz a los hombres” (v. 14 BLA) esto nos muestra el gran gozo de las huestes divinas en saber que Dios ha enviado a su único hijo a un mundo tan necesitado como el nuestro; los ángeles celebraban este acontecimiento. Por otro lado los pastores encaminaron sus pasos hacía el pesebre en Belén; al llegar identificaron todo como el ángel lo había indicado (v. 16) Se quedaron allí contemplando a aquel pequeño niño, el más hermoso de todos, después de un tiempo los pastores se retiraron, pero lo hicieron de una forma muy particular, nos dice la Palabra que lo hicieron: “…alabando y glorificando a Dios por todas las cosas que habían visto y oído…” (v. 20) cualquiera que sea la fecha exacta en la que Jesús nació no importa tanto, lo que realmente importa es que sus hijos puedan celebrar con gran alegría las obras portentosas y maravillosas de Dios en sus vidas. El Pr. Jorge Arturo Vargas dijo en una ocasión: “Es imposible vivir la vida en Cristo sin gozo y alegría. Estar en Él, significa que nuestra vida ha sido transformada y que cambia nuestro lamento en regocijo. Por eso expresamos nuestro gozo con reuniones de autentica celebración” Hay quienes no solo Navidad sino sus vidas son un constante viernes santo, una vida de tristezas y dolor; sin embargo los pastores de Navidad significan una oportunidad para sus hijos de celebrar, de festejar lo que Dios hace en nosotros, de glorificarle por el cumplimiento de sus promesas. Entre más tiempo pasa y más conozco a las personas, me convenzo más y más que lo que la gente busca en estas fechas y más en ese día no es perpetuar una tradición sino algo que de alegría a sus corazones, desafortunadamente lo único que reciben es pan con los mismo, regalos materiales, comida que no sacia y luces que no alumbran. Los pastores ni cenaron; pero iban gozosos por que sus ojos habían visto al rey de gloria, habían visto en carne y hueso, de manera real la promesa que Dios había dado y ahora ya era una realidad. Los pastores en Navidad nos representan a nosotros que con enorme alegría glorificamos a nuestro Dios.
IV. Los Sabios de Oriente (Mt. 2: 1,2) “…vinieron del oriente a Jerusalén unos magos”
Por último, aunque no menos importantes, son los mal llamados reyes magos; pues la Biblia, que es la fuente más confiable de estos eventos acerca de la Navidad, no los menciona como reyes. Estos hombres a quienes se les llama o magos (esto por el ejercicio de la ciencia) o sabios; no pertenecían al pueblo de Israel, ya que tuvieron que recorrer varios kilómetros siguiendo una estrella para llegar a Jesús. A ciencia cierta no se sabe mucho de ellos, solo que al parecer eran hombres muy estudiosos, principalmente de la estrellas y precisamente en ellas encontraron “algo” que cambiaría sus vidas, y las cambiaría a razón de que sus vidas estaban buscando un cambio.
Muy probablemente eran hombres que habían indagado en varias fuentes acerca del propósito y la razón de la vida. Procedentes del oriente, estos hombres muy seguramente algo habían estudiado acerca de las profecías mesiánicas de los judíos y estas les atrajo al punto de dejar sus hogares y enrolarse en una interesante aventura: Seguir una estrella pero no a tontas y a locas, sino con propósito: “¿Dónde esta el rey de los judíos que ha nacido?” (v. 2) iban a la segura, buscando a un rey del que habían leído y habían entendido que sus reinado sería muy especial. Recorrieron mucho camino, se entrevistaron con la persona equivocada, pero aún así llegaron a su destino (v. 9) Al estar frente al niño Jesús se nos dice que: “…se regocijaron con grande gozo” (v. 9) Ni toda la ciencia, ni todo el conocimiento que habían acumulado en sus vidas, les había servido para darle esperanza y propósito a sus vidas; ahora estaban frente al rey del universo y sus corazones aunque gentiles (es decir no parte de la promesa de Abraham) reconocían a Jesús como Señor y Salvador. Se postraron ante Jesús en señal se sometimiento, ponían ante sus pies sus vidas, sus dones, sus talentos, sus recursos, absolutamente todo; le ofrecen regalos: Oro, incienso y Mirra (v. 11) Oro para un rey, incienso para Dios y Mirra para el hombre que habría de cumplir su misión.
Los sabios o magos de oriente representan a todas las naciones que saben reconocer a Jesús como algo más que un líder religioso. Son aquellos hombres y mujeres incansables que buscan y buscan hasta encontrar la verdad, esa que los hará libres. Francisco Rojas González en su novela la Negra Angustias dice: “El que busca, pero de veras busca, encuentra” En este mundo hay personas que no están lejos del reino de los cielos y buscan con tan ahínco que muy seguramente al igual que a los sabios de oriente la luz de Cristo los alumbrara para salvación y vida eterna. Regresaron a su lugar de origen, pero regresaron con algo nuevo en sus vidas: Una esperanza poderosa en el Dios de Israel.
Desafío
Muchos son en nuestros días los elementos que rodean la Navidad que sentimos que si faltaran, la navidad no tendría sentido. Algunos de estos elementos no son malos en si mismos, hasta me atrevería a decir que adornan, enmarcan una celebración muy importante. Sin embargo si faltan los elementos más importantes que son lo que hoy descubrimos, no importa el color, las luces, las cenas o regalos que tengamos. Hace algunos años Laura y George W. Bush enviaron más de un millón de tarjetas felicitando a toda su nación por las fiestas vacacionales de fin de año; dicha felicitación fue muy controversial, pues se esperaba que los Bush como buenos practicantes de su fe en Cristo fueran más claros en sus mensajes navideños. El propósito de omitir la palabra Navidad fue una estrategia política, pues se quería hacer sentir incluidos a todas las personas sin importar su credo o fe religiosa. Sin embargo considero que omitir la palabra y el verdadero significado de Navidad poco o nada ayuda a este mundo que esta buscando razones para seguir adelante, esta buscando esperanza; y la esperanza se llama Jesús, fuera de Él nada es. Conozcamos nuestras festividades y con dignidad vivámoslas siempre en el poderoso Jesús.