Más que vencedores I

Más que vencedores I


VERSOS A MEMORIZAR I Corintios 4:17 


I. Fidelidad – Una persona de quien se puede depender, alguien con quien se puede contar, alguien que es confiable, alguien que hace su trabajo de continuo y firme, sin desmayar. La fidelidad Se manifiesta de dos, en forma vertical y horizontal: 




  • a) Dios. 



  • b) Para con los lideres que están sobre nosotros. 


Nota: Tenemos que ser fieles a Dios para poder fieles a las demás personas. Algunas palabras sinónimas de Fidelidad: 


1. Leal – implica una firme resistencia a cualquier tentación, de desertar o traicionar. 


Nota: En un momento de crisis o tentaciones el hombre y la mujer fiel ni deserta, ni traiciona. 


2. Constante es mantenerse firme y continuo con la estricta obediencia a las promesas o a los votos que hemos hecho a Dios y a los hombres. 


Nota: El hombre y la mujer fiel se mantienen firmes aun bajo presión a los votos y las promesas que han hecho. 


3. Compromiso es el acto de darse uno mismo, comprometerse en un trabajo, sin ningún pensamiento de irse o dejarlo. 


Nota: La virtud mas grande que Dios busca en un hombre es la fidelidad. Dios escoge sus lideres en base a la fidelidad y no a dones. I Corintios 4:17; I Timoteo3:11.


Ejemplo: Juan Bautista es el profeta mas grande que ha existido, que ha nacido de mujer, dicho por Jesús. El nunca hizo un milagro, simplemente fue fiel a lo que Dios llamo, fue mas grande que Elías, Moisés, etc. Si queremos ser exaltados delante de Dios, debemos ser fieles para con el Señor. 


II. Las tres pruebas de la fidelidad 


1. Dios nos prueba en las cosas pequeñas Lucas 16:10-13. ¿Cuáles son las cosas pequeñas? 




  • a) El dinero. Lucas 16:11 (diezmo y ofrenda) 



  • b) Trabajo en la iglesia y fuera de la iglesia aquel trabajo que a nadie le gusta hacer. 



  • c) Las cosas que se hacen fuera de la vista humana, y detrás de las escenas. 


2. Dios nos prueba en la casa y metas de otro hombre Lucas 16:12; I Corintios 4:1-2. Nuestra fidelidad es probada en aquello que no es nuestro, pero, servimos en ese lugar. 


Ejemplo: Moisés trabajaba para su suegro (Éxodo 3:1-2). Dios nos lleva a servirle a un hombre para que ese hombre cumpla sus metas. 


Ejemplo: David apacentaba las ovejas de su padre. I Samuel 17:15. 


3. La prueba de fidelidad en las cosas naturales. Lucas 16:11; Daniel 6:4. Nota: La fidelidad nos guarda de caer. 


Ejemplo: Dios nos prueba con el dinero. Si no se puede confiar el dinero, Tampoco se nos podrá confiar la unción. 


Ejemplo: En nuestro trabajo – no perder el tiempo hablando en el teléfono, no Llegar tarde y salir temprano, no tomar mas tiempo de lo normal para el almuerzo. 


III. El progreso de la fidelidad en un hombre. 


Después de pasar las pruebas de las tres cosas mencionadas anteriormente, Dios nos lleva a otros niveles, como: 




  • a) Habilidades – Dios nos prueba con los talentos. Mateo 25:15. 



  • b) Responsabilidad – Con tu autoridad delegada. Marcos 13:34. ¿Podemos nosotros confiar en los que están debajo de nosotros? ¿Podemos someternos a aquellos que están sobre nosotros? 



  • c) El dar Cuentas Tu confianza Lucas 16:2 



  • Nota: Recordemos que una de las cosas que siempre nos mantendrá en el camino correcto de Dios, es saber que un día tendremos que dar cuenta a Dios, y aquí en la tierra dar cuenta a las autoridades de todo lo que hagamos porque eso agrada al Señor. 



  • d) Autoridad Tu madurez Algunas veces nuestra propia madurez nos llevará a ejercitar la autoridad de Dios sin herir a nadie y compartir con personas e influenciarlos para Cristo. ¿Qué es madurez? Es la calidad o la habilidad que una persona posee para aceptar las diferencias en las opiniones de otros como puntos de vista, personalidades, caracteres, y posiciones, sin ofenderse. La madurez es el producto de la seguridad de quienes somos en Cristo Nota: Dios nos va confiar su autoridad, su unción, su poder, aun los seres humanos cuando hayamos sido encontrados fieles.

Más que vencedores I

Más que vencedores I


Romanos 8:28


Introducción


En un estudio de 300 personas exitosas, como Franklin Delano Roosvelt, Hellen Keller, Winston Churchill, Mahatma Gandhi y Albert Einstein, indica que uno de cada cuatro tenía limitaciones tales como: ceguera, sordera o parálisis. Tres de cuatro habían nacido en la pobreza, venían de hogares destrozados, o por lo menos de situaciones tensas o perturbadoras. Con todo estos hombres y mujeres fueron vencedores por sobres sus problemas. Los cristianos no estamos exentos de limitaciones, problemas u obstáculos que nos impiden obtener una vida cristiana victoriosa. Sin embargo no es voluntad de Dios que nuestra vida sea de fracaso, mediocridad, conformismo; enfáticamente decimos ¡NO! y Pablo escribe a la iglesia de Roma, sin conocerla este tratado acerca de la victoria en Cristo que son estos versículos y de donde Dios quiere que nosotros tomemos sabiduría.


I. Somos más que vencedores cuando amamos a Dios por sobre todas las cosas (v.28)  


“Y sabemos que a los que aman a Dios…”


Copernico  descubrió que la tierra gira alrededor del sol y no como se creía que era el sol y todos lo demás planetas los que giraban alrededor del la tierra. Los seres humanos creemos que la vida debe girar alrededor de nuestra persona y  nuestros planes; cuando no conocemos a Dios a través de Jesús, se podría justificar esta forma de pensar y actuar, pero una vez que cedemos nuestro el lugar de nuestro “YO” a Cristo en nuestra vida y lo sentamos como Señor y dueño, entonces Dios viene a ser el centro  y nuestra vida gira a su alrededor de lo que él es y lo que él quiere.  Nosotros debemos hacerlo Su voluntad no por el temor, sino por amor a Él y por lo que ha hechos por nosotros. Así lo expresa el soneto al crucificado que dice:


No me mueve mi Dios para quererte


el cielo que me tienes prometido


ni me mueve el infierno tan temido


para dejar por eso de ofenderte.


Tú me mueves, Señor: muéveme el verte


clavado en una cruz y escarnecido,


muéveme ver tu cuerpo tan herido;


muéveme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, al fin, tu amor, y en tal manera,


que, aunque no hubiera cielo yo te amara,


y aunque no hubiera infierno, te temiera.


No me tienes que dar porque te quiera;


pues aunque lo que espero no esperara,


lo mismo que te quiero te quisiera.


-Anónimo-


Jesús dice: “El que tiene mis mandamientos y los guarda (pone en practica), ése es él que me ama; y el que los guarda (ejerce), será amado por mi Padre y yo le amaré y me manifestaré a él… y él que no me ama no guarda (ejerce) mis palabras “ (Juan. 14:21, 23). La Biblia es clara, la condición para ver la victoria de Dios en nuestra vida es que amemos a Dios y sus mandatos y los ejecutemos y hagamos su voluntad y entonces seremos vencedores en lo que emprendamos en Su nombre. Los hombres de Dios que han proclamado su nombre y le han amado por sobre todas las cosas han visto satisfacción en sus vidas, porque aman a Dios.


II. Somos más que vencedores cuando somos llamados a hacer Su voluntad (v.28


… a los que conforme a su propósito son llamados”


El salmista dice que todo nuestro ser es conocido por Dios, nuestro sentar y nuestro levantar, nuestra salida y entrada, en más que desde el vientre de nuestra madre ya nuestro embrión veía su rostro; y antes de la fundación del mundo él ya nos había escogido  para ser como su Hijo Jesucristo (v.29). Que hermosa declaración nos da este versículo, pues eso nos debe dar un sentimiento de importancia y de estima  a los ojos del creador. Es así pues Dios nos escoge para hacer realidad sus propósitos en este mundo a través de nuestras vidas, así como nosotros disfrutamos de bendiciones de su parte, él quiere que las demás personas le conozcan y le sigan. Dios nos garantiza la victoria en semejante empresa. Cuando leemos la Biblia y vemos que todos los personajes, no eran súper hombres, sino comunes e hizo a través de ellos cosas portentosas y maravillosas, Dios no quiere que soñemos lo que podemos hacer por él. Él quiere que nos pongamos a su disposición y él nos dará la victoria. Además cuando creemos en su promesas, él hace que podamos superar nuestras limitaciones y problemas, pues solo en él esta la fortaleza de los siglos. Dios nos hace vencedores a nuestros enemigos, problemas y obstáculos cuando cumplimos el objetivo para el que nos escogió. David el rey de Israel fue un vencedor, más que su capacidad e inteligencia, fue por cumplir las metas que Dios se había trazado.


III. Somos más que vencedores cuando Dios trabaja para nuestro bien (v.28) 


“ todas las cosas les ayudan a bien” (RV) “ Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman” (PDT)


Una actitud común entre los seres humanos cuando hay problemas, obstáculos es quejarnos, lamentarnos, y por ende paralizarnos y no hacer nada por salir adelante o darle la vuelta. Pero Pablo nos dice que cuando nosotros entendemos y creemos que todas las cosas que ocurren en nuestra vida  son para nuestro bien  y que primer lugar no son accidentes de Dios, en segundo por muy terribles que parezcan, Dios lo utiliza para nuestro beneficio; debemos aprender a sacar cosas buenas de las malas y salir fortalecidos. Se cuenta que un caballo cayo en una zanja profunda, se hicieron fuertes intentos pos sacarle, hasta que todo se intento y parecía imposible; el dueño tomó la decisión de dejarlo morir, entonces dio la orden de echarle tierra hasta cubrirlo completamente, así se inicio y para sorpresa de todos conforme echaban la tierra, el caballo iba subiendo hasta que llego a la superficie y salió libre del problema que tenía. La tierra de problemas puede ser el elemento que Dios usa para ayudarnos a salir de ellos, pues dice que da juntamente con la prueba la salida para que podamos soportar; un filósofo comentaba que el único obstáculo a vencer por un águila, para volar con mayor velocidad y facilidad es el aire. Sin embargo, si el aire fuera quitado y el ave tuviera que volar en vacío, caería instantáneamente imposibilitada para volar. Somos más que vencedores cuando utilizamos nuestro problemas para crecer. Dolly Parton dice: “Si usted desea disfrutar del arcoiris tiene que vivir la tormenta”


Desafío


El plan de Dios es que vivamos en Su poder y en Su victoria, que él ya nos ha dado a través de Cristo Jesús. Creamos en esta realidad que Dios nos da en Su palabra y vivamos siendo más que vencedores.