Los desafíos de la vida
I. ¿Por qué vienen los desafíos?
“Quiero que sepáis, hermanos que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio.” Filipenses 1:12
Todos los seres humanos quisiéramos vivir en una dimensión de vida donde no hubiera problemas, donde nunca sintiéramos resistencia, y donde fuera fácil alcanzar las cosas que deseamos y soñamos. La realidad es que mientras vivamos en este planeta tierra, seremos confrontados con un sinnúmero de problemas y desafíos, que aparentemente solamente vienen para hacernos la vida imposible o mas fuerte de lo normal. Muchas personas no entienden que la ley de la vida es una constante lucha para sobrevivir, vencer, conquistar, poseer y alcanzar el éxito y el progreso que es parte del deseo de todo ser humano. Si no entendemos el porqué de los desafíos en la vida, pasarán tres cosas: (1) seremos vencidos por ellos, (2) nunca disfrutaremos el sabor de haber conquistado los obstáculos, y (3) no tendremos la motivación y la inspiración para usar los mismos como instrumentos de éxito y progreso en la vida.
1. Míralos con la Perspectiva Correcta.
La vida está llena de desafíos aun desde antes del momento de la concepción en el vientre. Nacer es un desafío, conlleva sobrevivir a un nuevo ambiente, que en muchas ocasiones es hostil a la nueva persona que nace en este mundo. Lo difícil de nacer hoy en día es el convertirse en una victima en vez de ser la solución a las victimas de la sociedad. Alguien dijo que si sobrevivimos a tantas circunstancias adversas que se oponían a que saliéramos del vientre con vida; ¿por qué entonces acobardarnos ante los desafíos que la vida nos presenta?
Todo ser humano ha nacido con los recursos necesarios dados por Dios para poder ser más que vencedor en todas las cosas. No olvidemos que el espíritu de vida que hay en el ser humano proviene de Dios; y por lo tanto tiene parte de la naturaleza, fe y poder del Creador del Universo. Quieras o no, te vas a enfrentar a diferentes desafíos por el resto de tu vida. La diferencia entre los que triunfan y los que viven en fracaso estriba, no en la ausencia de desafíos, sino en la habilidad para mirar los desafíos con la perspectiva correcta. En sí lo que nos derrota en la vida, no son ni los desafíos ni los problemas, sino la actitud que manifestamos ante los mismos. Alguien dijo:”tu actitud determina tu altitud” La actitud que uno asume ante los desafíos es lo que lo deprime y derrota a uno, o lo que reta a uno a salir de la mediocridad, y aprender a matar gigantes que nunca había enfrentado antes.
2. Tu Visión Siempre es Desafiada.
Me he dado cuenta que la gente que no tiene sueños y visiones para lograr algo mejor, no se encuentra con muchos desafíos en la vida. Si no hay metas por alcanzar, tampoco hay obstáculos que saltar. La gente pasiva, negativa, y perezosa se acomodan a las circunstancias tales como son, y no tienen una visión de progreso. Nadie puede progresar a menos que tenga una visión o un sueño de realizar algo que nunca había realizado. La misma Biblia nos dice que: donde no hay visión el pueblo perece. Esto no indica necesariamente que donde no hay visión la gente deja de existir como seres vivientes; esto más que otra cosa significa, que donde no hay visión la persona vive igual que si nunca hubiera nacido. Muéstrame una persona de visión y encontrarás una persona que vive su vida al máximo. Siempre tiene una nueva expectativa de lograr algo nuevo.
La vida de un visionario no puede ser pasiva, porque la visión que lleva adentro es como un dínamo de energía que lo mueve a descubrir nuevos horizontes con nuevas oportunidades. No creo que los desafíos llegan necesariamente en contra de una persona; los desafíos vienen en contra del sueño y la visión que tiene la persona. Podemos decir que los desafíos vienen para abortar la visión antes que nazca. Nunca pienses que tú eres el único que se enfrenta a tales retos y problemas. Todos los que hoy han llegado a una posición de altura y prominencia en el ámbito natural o en al ámbito espiritual, tuvieron que primero vencer desafíos que a primera vista parecían inconquistables.
II. Los Desafíos Sacan lo Mejor de Ti.
La actitud que tú tengas hacia los desafíos de la vida es lo que va a determinar tu progreso o tu fracaso. Toma hoy una determinación de que cada desafío que te llegue lo que haga es sacar lo mejor de ti. Recuerda el dicho: “Si la vida te da un limón, puedes usarlo para hacer limonada”. Así mismo, las situaciones que a veces creemos que son una maldición se convierten eventualmente en una bendición. José, el que fue vendido por sus hermanos, aprendió esta lección. Después que en Egipto él se reveló a sus hermanos, José le dijo a ellos: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20). ¿Cómo Ser Elevado a una Dimensión Más Alta? Creo que lo que ayudó a José, es que nunca registra la Biblia que él permitió que las circunstancias de los desafíos del momento lo amargaran o lo paralizaran.
La gente que se amarga por las circunstancias es la gente que se paraliza y nunca puede salir de las mismas. Fue esta actitud positiva lo que hizo que en todo lugar donde José llegó, no pasó mucho tiempo sin que él fuera la cabeza y no la cola. Como resultado de la actitud de José, él pudo ser el instrumento de Dios para darle preservación de vida a toda una nación. Por eso creo tan firmemente en la aseveración bíblica que todas las cosas obran para el bien de aquellos que aman a Dios, aquellos que conforme a su propósito son llamados (Romanos 8:28). Hay un lugar más alto para aquellos, que como el águila usan el desafío de la tormenta para remontarse a un lugar más alto y más excitante.
III. Los Desafíos proveen un lugar para Milagros.
He aprendido en mi vida que el mejor momento para los milagros de Dios son los desafíos. Hay algo sobre los desafíos que casi nos obliga a creer en milagros, aun para aquellos que no están muy cerca de Dios. El corazón de la persona que se encuentra en una situación desesperada como resultado de un reto, es buen terreno para que la fe se manifieste en ellos. Ejemplos: El desafío del Mar Rojo movió a Moisés a clamar a Dios, y terminó abriendo el mar como uno de los milagros más grandes de la historia de la raza humana. El desafío de un gigante que amenazaba la existencia de Israel como nación, movió a un joven (David) a atreverse a intentar lo que los expertos generales del ejército de Saúl no creían que era posible. Escúchame! El desafío de alimentar 5000 mil personas con unos pocos pececillos y panes le dio la oportunidad a Jesús de demostrar que mientras más grande es el desafío más grande puede ser el milagro.
IV. Desafíos Traen Progreso a tu Vida.
Puedo atreverme a decir que sin desafíos no hay progreso. Hay que enfrentarse a los desafíos con la actitud correcta. Piensa que los desafíos, no solo son para hacerte la vida imposible, y empujarte a sacar recursos de tu interior que tú ni sabías que los tenías; sino que son el elevador para llevarte a un nivel de progreso que antes era solo un sueño. Aun el mismo Jesús, la Biblia nos dice, que una de las razones por las cuales aceptó el desafío de morir en la cruz y derramar su última gota de sangre; fue por el gozo puesto delante de Él (Hebreos 12:2). ¿Cuál fue ese gozo que llevó a Jesús a sufrir tal contradicción de pecadores, y nunca se amargó ni se turbó? Fue el gozo de que algún día Jesús tendría millones de seguidores que proclamarían su nombre y su bondad por toda una eternidad, como resultado de Él aceptar el desafío de la cruz.
Conclusión:
¿Por qué vienen los desafíos en la vida?
1) Vienen para retar tu visión y tratar de hacerte desistir de tus metas de progreso; pero más importante que esto, hay que ver cómo los desafíos se convierten en instrumentos de bendición y promoción.
2) Los desafíos sacan lo mejor de ti cuando no te dejas amargar por ellos, y te pueden elevar a una posición más alta en la vida si tú lo permites.
3) Otra bendición de los desafíos es que dan lugar a grandes milagros.
4) Los desafíos te maduran y traen mejora a tu vida aun de una manera negativa, pero todo obra para bien a los que aman a Dios.