La otra respuesta de Dios

La otra respuesta de Dios


2ª Corintios 12:1-10


Introducción


El autor Gerald Sittser deseaba tener una familia numerosa, pero su esposa Lynda era estéril. Cada día oraban para que Dios les otorgara el don de tener niños. Sus oraciones fueron finalmente respondidas cuando en el termino de 6 años, Lynda había dado a luz 4 niños sanos. Ella estaba delirante de gozo y abrazo su llamado a la maternidad con entusiasmo y confianza. Cada mañana le pedía a Dios que protegiera su familia. Eso mismo oró el 27 de septiembre de 1991. Pero algo salió mal aquel día. Un conductor ebrio perdió el control choco con su pequeña camioneta, matando a Lynda, a su hija Diana y a la mamá de Gerald, que estaba de visita ese fin de semana. Hasta el día de hoy nadie ha podido entender como fue que cambió su vida en ese día. Se hizo las siguientes preguntas: ¿Qué impidió que mis oraciones llegaran a Dios? ¿Cometí algún pecado imperdonable? ¿No dije las palabras correctas? ¿De pronto Dios se volvió en mí contra? ¿Por qué, me pregunté miles de veces, mi oración no fue respondida? En mi trabajo como pastor he escuchado testimonios menos dramáticos, pero no menos emotivas. Una madre de familia que ora por la salvación de sus hijos, sin ver nada inmediato. Varones que piden empleo para salir adelante sin hallar nada; jóvenes que piden dirección pero no la encuentran; parejas jóvenes que piden las oportunidades de prosperar y nada.


En esto podríamos pensar en creyentes inmaduros y vanos que piden para sus deleites, pero todos, incluyendo cristianos sinceros y maduros tampoco ven en algunos oraciones la respuesta que ellos quieren ver. Sin embargo existe una verdad en todo esto, Dios no siempre responde nuestra oraciones como nosotros queremos y deseamos. Esta es la otra respuesta del Señor, a la que quisiéramos ignorar. Pero esto es más frecuente de lo que pensamos o queremos.


I. La otra respuesta de Dios tiene un propósito (v. 7) “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente…”


Hay muchos testigos de oraciones contestadas de acuerdo a lo pedido. Un misionero en el Ártico contó cómo el hielo sobre el cual viajaba se separó de la costa y fue llevado hacia el mar. Con la muerte ante él, el misionero oró. Milagrosamente el viento cambió y lo llevo de nuevo a tierra y a su misión, poblando eventualmente el norte con cristianos. Muchos creyentes tienen recuerdos personales de haber sido ayudados, rescatados, cuidados, bendecidos en respuesta a la oración. Pero no siempre es así y el apóstol Pablo nos ilustra esto. Pablo hace memoria de un evento ocurrido hace 14 años atrás; de cómo fue llevado al tercer cielo y en donde tuvo una experiencia extraordinaria, en el mismo paraíso vio y escucho cosas que ser humano no sabría explicar (v.1-4). Pablo sigue diciendo en el v.6 que sería justo que él alardeara de sus experiencias espirituales, pues eso lo colocaría en una posición de superioridad humana y privilegio, pero no lo hace para que los demás no se forme una idea superior de él. Sin embargo, el Señor para asegurarse de que esto no ocurra y de que no quede ningún cabo suelto permite que un mensajero de Satanás, un terrible aguijón sea clavado en Pablo para atormentarlo y así evitar que se enorgullezca de las extraordinarias revelaciones recibidas.


Este aguijón es descrito por muchos de manera casi general como algo físicamente doloroso y limitante. No se sabe a ciencia cierta a que se refiere Pablo, podemos presuponer que se trata de un enfermedad, específicamente en los ojos, pues a raíz de su experiencia personal con Jesús en el camino a Damasco (Hch. 9) en donde el resplandor de la gloria de Cristo lo ciega y aunque al parecer recupera la vista no lo consigue al 100%; pues en Gálatas 4:15 hace referencia a la generosidad y amor de los hermanos de Galacia y que de haber podido habrían sacado sus propios ojos para dárselos. El tratar de dar respuesta sencillas y definitivas es difícil, pero la Biblia nos alumbra y es precisamente el caso de Pablo el que parece darnos respuesta. Se dice que el tener este mal que lo lastimaba, y le impedía incluso escribir él sus propias cartas (Rom. 16:22) no era un accidente o producto de la casualidad, sino que formaba parte del plan “PERFECTO” de Dios para la vida de Pablo. ¿Qué ese sufrimiento Dios lo enviaba? No, el Señor lo permitía, pues Dios tiene una visión redentora y nosotros queremos vivir en nuestra experiencia inmediata. Este mal cumplía un propósito en la vida de Pablo. Evitar que se hiciera presumido de las grandes bendiciones recibidas y además de otras cosas que veremos más adelante.


Para ilustrar esto mejor déjeme hacer referencia a una carta que el director de Young Life recibió en 1955, era del misionero Jim Eliot , en esta carta Jim, hablaba emocionado de sus avances en esta parte del Ecuador y de cómo un compañero de él Ed había logrado contactar a la tribu de los Aucas para alcanzarlos con la Palabra de Dios. Pedía a Bob que orará por ellos, especialmente por Ed y que Dios cuidará de sus vidas. Bob, oró por que el Señor los protegiera, meses después supo que Jim Eliot, junto con Ed y tres compañeros fueron brutalmente asesinados por los Aucas. Bob le preguntó a Dios lo mismo que muchos de nosotros hubiéramos preguntado ¿Qué salio mal? En es momento nadie comprendía que había fallado y por que Dios había dado una respuesta diferente a la esperada. Nadie veía el propósito de Cristo, todos esperaban resultados inmediatos y satisfactorios; olvidando la soberanía del Señor pues Él sabe lo que es mejor para nosotros y sus planes, pues su voluntad es agradable y perfecta (Rom. 12:2b) Dios no se complace en el dolor de los suyos y menos es indiferente ante el sufrimiento de estos, no lo podemos entender por que sus caminos y sus pensamientos esta muy por encima de nuestras finita comprensión (Is. 55:8).


II. La otra respuesta de Dios es también una bendición (vv. 9, ) “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”


Anteriormente observábamos que cuando Dios no responde positivamente a nuestras oraciones es por que Él tiene un propósito perfecto para nosotros, pero además desea enseñarnos más de Él, y mostrarnos su grande amor. Al responderle a Pablo “Bástate mi gracia”, el Señor no le niega la bendición que ha prometido a todos sus hijos, sino que le dice “Nada más te es necesario, Yo soy todo lo que tu necesitas”. A Pablo no le era necesario la salud de sus ojos, según el plan del Señor, por esa razón Él le niega la petición de su corazón. Jesús nos asegura que Dios desea bendecirnos al responder nuestras oraciones “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan , le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dadivas a vuestros hijos ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lc. 11: 11-13)


Dios como nuestro Padre, se goza en darnos dones, Él no nos torturaría al convertir nuestras más sinceras peticiones en ocasiones para lastimarnos. ÉL rebosa de bondad y quiere bendecir siempre nuestra vida, pero a veces las bendiciones vienen en paquetes que no nos parecen atractivas. Cristo no desea darnos bendiciones baratas que se desgastan después de semanas de uso. Dios cualquiera que sea su respuesta aún las negativas, es para darnos lo que realmente necesitamos. Nos envía al Espíritu Santo, este es el mayor don que nos permite vivir bien la vida, a pesar de las circunstancias exteriores. Henry Blackaby, en su libro “Mi Experiencia con Dios” cuenta la siguiente anécdota: “Cuando nuestra hija Sarita tenía 16 años, el médico nos dijo que tenía cáncer. Tuvimos que someterla a quimioterapia y radiación. Sufrimos junto con ella al contemplar como padecía los efectos del tratamiento. Los tratamientos para el cáncer fueron una experiencia devastadora para nosotros. ¿Nos ama todavía el Señor? Si. ¿Había cambiado Su amor? No.


III. En la otra respuesta de Dios se manifiesta el poder de Cristo (v.9, 10) “…mi poder se perfecciona en la debilidad… por que cuando soy débil entonces soy fuerte”


Un tercer aspecto que descubriremos es que Dios no responde a nuestra oraciones afirmativamente por que es precisamente ahí en donde el poder de Cristo se manifiesta. La reacción de Pablo es sorprendente, pues otros hubieran dudado del amor de Dios, cuestionado su respuesta y afirmado que era insensible; pero Pablo no, al contrario una forma de ver el poder de Jesús en medio de la negativa del Señor es como Pablo recibe con gozo, regocijo y alegría el saber que Dios valora más la debilidad que la fuerza humanas. Pablo no culpa a Dios de sus problemas, pues dice que el aguijón es un mensajero de Satanás, así como lo fue el de Job (Job 1:12), ¿quién en sus cabales aceptaría que Dios le niegue la sanidad que tanto necesita? Solo en alguien en quién operé el poder de Dios. Pero además vemos de manera paradójica como el poder de Cristo se expresa en condiciones de debilidad y derrota.


Pablo al hacer un recuento de sus extraordinarias revelaciones descubre que Dios obra su poder en ciertas condiciones, entonces el exclama que por a amor a Cristo se alegra de los insultos, privaciones, humillaciones, persecuciones, dificultades, enfermedades, debilidades y angustias. Paradójicamente vemos lo que el ser humano cree y la Biblia enseña y es que pensamos que la fortaleza tiene que ver con saber aguantar, pero Jesús nos enseña que esto no es así, es cuando admitimos vivimos en debilidad; pues Pablo dice: “cuando soy débil, entonces soy fuerte”


El poder de Jesús es difícil de observar en condiciones de fortaleza humana o cuando todo esta o sale bien. Nuevamente es Herny Blackaby quién nos ilustra esto en su libro “Mi Experiencia con Dios” “Cuando un individuo o iglesia permite que la presencia y la actividad de Dios se exprese, un mundo que observa será atraído hacía Él. Pero esto no se da porque estamos en muchas ocasiones estamos programados en confiar en nuestras fuerzas y capacidades, que en lo que el Señor puede hacer a través de lo débil. Gerald, el hombre de nuestra historia nos cuenta que después de la muerte de s


Desafío


Quiero terminar diciendo que las oraciones a las que me he estado refiriendo y que reciben la otra respuesta de Dios no son en ninguna manera las frívolas, vanas o egoístas, sino aquellas que son sinceras y necesarias en nuestra vida. Digo esto para diferenciar, pues hace ocho años estuve en Piedras Negras y durante un curso de oración, nuestro mentor nos afirmaba que toda oración hecha con fe, recibía respuesta afirmativa de parte del Señor, de no ser así era falta de fe o pecado no confesado. No estuve de acuerdo, le desafíe a ver en el caso de Pablo eso que el afirmaba, después de una acalorada discusión teológica, este hombre concluyo de manera tajante que Pablo no recibió lo que esperaba por estar pidiendo algo egoísta y para sus deleites. Eso me dejo claro que existe un pensamiento arraigado entre los creyentes de que Dios es un genio que cumple deseos y que para tenerlos hay que tener las frases mágicas para conseguir sus favores. Sin embargo el Nuevo Testamento esta lleno de historias en donde Jesús tenía otra respuesta a las oraciones, que no eran y no son lo que más gusta, por estar acostumbrados a nuestra experiencia inmediata; pero que sus respuestas se proyectan hacia el futuro donde podemos ver su propósito y alcance. Yo le invito a seguir orando como un débil, por todas aquellas cosas que le son una enorme necesidad, pero recuerde que si no recibe inmediatamente lo que pidió o como lo pidió; esa sigue siendo una respuesta del Señor y que le ama, que es bueno y que el amor de Él por usted y los suyos nunca deja de ser.