La obediencia

La obediencia


La palabra obediencia, que en el hebreo original significa “escuchar a”, “oir”, y que literalmente era tomado como “oir bajo”, nos expresan la manera en que Dios quiere que nosotros oigamos su voz, y estemos atentos para actuar conforme a su perfecta voluntad. La desobediencia de Adán, el primer hombre representativo, y la perfecta obediencia del segundo, Jesucristo, constituyen factores decisivos en el destino de todos.


Cuando Adán ignoró la obediencia, sumergió a la humanidad en la conciencia de culpa, condenación y muerte (Romanos 5:19; 1 Corintios 15:22).


La inquebrantable obediencia de Cristo “HASTA LA MUERTE” (Filipenses 2:8; Hebreos 5:8; 10:5-10) obtuvo justicia (aceptación para con Dios) y vida (comunión para con Dios) PARA TODOS LOS QUE CREEN EN ÉL (Romanos 5:15-19).


La obediencia nace de la gratitud por la gracia recibida (Romanos 12:1) y no del deseo de obtener mérito y justificarse a uno mismo a la vista de Dios. Además la obediencia significa:


Imitar a Dios en santidad (1Pedro 1:15)


A Cristo en Humildad y Amor (Juan 13:14; Filipenses 2:5; Efesios 4:32;5:2) Pero cada uno de nosotros inconversos o cristianos, pertenecemos a un nivel de obediencia, ¿no sabes en cuál te encuentras?, te invito a que los conozcas conmigo:


1. No conocimiento de la ley de Dios:


En este se encuentran las personas que no han conocido de Dios. Pues el argumento de algunos es la negación a seguir mandamientos. El cristianismo nos promete hacernos libres; Nunca nos promete hacernos independientes. Características como:




  • Falta de FE, pues la fe es obediencia, nada más; literalmente nada más.



  • Actuó de acuerdo al conocimiento humano, pero este es limitado y relativo.



  • No actúo pensando en las demás personas ni en Dios. Puede ser que aún siendo “cristianos”, personas tengan esta manera de vivir, es importante evaluar si estoy demostrando y reflejando con mi vida y actitudes la nueva criatura en Cristo que soy.


2. Conozco y empiezo a seguir:


Es cuando me estoy dando cuenta de que mis actos afectan e influyen en las demás personas. Pero aún tengo que dejar otras cosas. Aceptar la voluntad de Dios, nunca nos dirige a ese miserable sentimiento de que es inútil seguir luchando. Dios no nos pide esa desanimada, débil y adormilada complacencia de la indolencia. Dios nos pide algo, y algo fuerte. Nos pide cooperar con Él, activamente desear lo que Dios quiere, nuestra única meta es su gloria. Nivel con características como:




  • Renuncio a pecados y ataduras



  • Empiezo a conocer el camino de la obediencia



  • Más falta morir a mí mismo


3. Morir a mí mismo:


Es el camino y la meta a la que Dios quiere que apuntemos, pues Dios no tiene necesidad de marionetas. Dios le da al ser humano el privilegio de vivir como elija. Pero si vive sin Dios en esta vida, entonces también debe vivir sin Dios en la próxima. El verdadero sentido del cristianismo es tener una comunión perfecta, continua y personal con Dios, pero para poder obtenerla, es necesario que también nosotros tomemos la cruz, y nos neguemos, a nuestras metas, deseos y sueños, para que Dios empiece su obra. Sólo de esta manera llegaremos al verdadero camino de la obediencia. LA ÚNICA CARACTERÍSTICA DE ESTE NIVEL ES: “YA NO VIVO YO, MAS CRISTO VIVE EN MÍ”


Conclusión:


Podemos seguir viviendo fuera de la voluntad de Dios, en efecto, solamente nosotros perdemos, no pierde Dios, no pierde el pastor, no pierde mi líder, sólo soy yo, quien puedo perder hasta la salvación.