La iglesia dormilona
Apocalipsis 3:1-6
Introducción
1. Sardis significa los que escapan o renovación, había sido la prominente ciudad Griega de Asia Menor. Algunos 700 años antes de que el Apocalipsis fuera dado, Sardis había sido una de las ciudades más grandes en el mundo y la capital de Lidia.
2. Descansaba sobre una colina casi inaccesible a casi 1500 pies. Tres lados de la colina eran casi perpendiculares. Las personas de esa ciudad estaban confiadas de que nunca podrían ser invadidos. Pero lo fueron. No una vez, sino dos veces. Primero por Ciro y su ejército persa, y luego 320 años más tarde por Antíoco el Grande.
3. Cuando Roma llegó al poder, la ciudad fue nuevamente grande y rica. En el 17 D.C. sufrió un terremoto devastador. Como resultado, Tiberio, el emperador Romano, disminuyó los impuestos de la ciudad por cinco años y contribuyó para el programa de reedificación de la ciudad.
4. Sardis llegó a ser famosa por su riqueza material. A mediados del saiglo VI AC y bajo el liderazgo del rey Croeso, Sardis alcanzó su el apogeo de su fama. Sardis, era además, un centro para la adoración de la diosa Cibeles, otro nombre la diosa Artemisa. Dicha diosa estaba asociada con la fertilidad y era invocada por las mujeres a la hora del alumbramiento.
5. Cuando Juan escribió, la ciudad se había degenerado. William Barclay comenta que “la antigua ciudadela no era más que un monumento del pasado en lo alto de la meseta.” El gran arqueólogo, William Ramsay, la llamó la ciudad de la muerte. Dijo que en ningún otro lugar puede encontrarse un contraste tan melancólico entre el esplendor pasado y la decadencia. O. T. Veamos pues a una iglesia del Señor, pero dormilona.
I. LA DEDICATORIA: “El que tiene los siete… y las siete estrellas…Yo conozco tus obras…que tienes nombre…estás muerto” (V. 1).
1. Los siete espíritus de Dios. Es una referencia clara al Espíritu Santo. Habla de la capacitación y la vida en el Espíritu y que están a disposición de la iglesia de Sardis, a pesar de su condición de muerte espiritual
2. Las siete estrellas. Los siete mensajeros a las iglesias, pero también habla de que el Señor tiene el control de sobre las siete iglesias y las hace responsables de responder su llamado. Sardis era una iglesia, que su candelero no emitía una luz poderosa al mundo.
3. Yo conozco tus obras. Esta frase apunta al poderoso conocimiento del Señor. Él tiene un conocimiento absoluto y perfecto de todas las cosas. Nada ni lo pasado, ni lo presente ni el futuro se esconde de Él.
4. Una verdad que constantemente debiera ser recordada es que él conoce las obras de cada iglesia. Conoce la condición de cada persona. A menudo tenemos que confiar en los reportes y reputaciones, pero Jesús es capaz de ir más allá de la apariencia y fachada de la reputación a la verdadera persona. La reputación de una iglesia podría ser una cosa y la verdad algo completamente diferente. Jesús conoce las verdaderas obras.
5. Que tienes nombre de que vives y estás muerto. Esta frase refleja la situación de la ciudad de Sardis. Cuando se escribe el Apocalipsis de Juan, la gloria de la ciudad ya había pasado a la historia. Es probable que los habitantes de la ciudad vivieran manteniendo la gloria pasada sin tomar en cuenta que vivían en una situación diferente.
6. El Señor en su dedicatoria tiene algo muy duro contra la congregación de Sardis: Sardis tenía una falsa reputación de vida. Un “nombre de que vives” sugiere que habían personas que contemplaban la congregación de Sardis deducían que una iglesia con signos vitales aceptables. Quizá era una iglesia tenía muchas actividades, predicaciones, programas y conferencias, pero en lo que concernía a Cristo estaba más muerta que un cementerio. La iglesia de Sardis sólo vivía en apariencias, pero en realidad ante Dios estaba muerta.
7. Hubo una iglesia en Sardis, y como la ciudad misma, la iglesia estaba descansando en su reputación pasada. “Tienes nombre de que vives, y estás muerto.” Aquellos que buscan la paz a toda costa tendrán que encontrar una iglesia que los satisfaga en Sardis.
8. No hay nada más pacífico que un cementerio y no hay iglesia más pacífica que una iglesia muerta. Algunos han observado que cualquier cosa que mueva las partes genera alguna fricción. Pero las partes no se estaban moviendo en esta iglesia. Jesucristo dijo: “Estás muerto.”
9. Para entender lo que esto envuelve, debemos reconocer como las Escrituras usan la palabra “muerte.”
A). Usualmente es usada en sentido literal. La palabra significa “separación.” Cuando un cuerpo retorna al polvo y el espíritu a Dios que lo dio (Ecles. 12:7; Sant. 2:26), uno está muerto.
B). La palabra “muerte” también es usada en sentido figurativo de separación de Dios a causa del pecado (1 Tim. 5:6; Luc. 15:24). Cuando uno deja la casa de su padre y se va a un país lejano a pecar y gastar su sustento con rameras y en parrandas, está muerto en pecado. Pablo dijo en Rom. 6:13 que los cristianos fueron vivos de entre los muertos, y en Efe. 2:1,5 que sus conversos habían estado muertos en delitos y pecados, pero que ahora estaban vivificados o resucitados en Cristo Jesús.
10. Eso había sido verdad de los santos en Sardis también, pero ahora estaban muertos de nuevo. Tuvieron la reputación de estar vivos, de ser una iglesia vibrante. Aún llevaban el nombre de aquel que murió y vive para siempre. Aún tenían sus períodos de reunión conjunta. Aún iban a través de los movimientos de la adoración. Pero estaban muertos.
11. Hay diferentes cosas que pudieron haber traído la muerte a esta congregación:
1. Algunas iglesias mueren a causa de las falsas doctrinas que se deslizan. Pablo advirtió de tal cosa a los ancianos de Efeso (Hch. 20:28-32). Este proceso de muerte es usualmente una prueba lenta. Las falsas doctrinas se deslizan repentinamente. Una pequeña desviación de la Palabra de Dios es introducida. Si esta pasa sin ser chequeada, una desviación adicional se encontrará en el camino.
2. La iglesia en Sardis podría haber muerto a causa de la mundanalidad e inmoralidad. Hay dos grandes problemas: demasiadas iglesias en el mundo y demasiado mundo en la iglesia. Hay demasiadas iglesias con nombres que usted no puede encontrar en la Biblia, con doctrinas que usted no puede encontrar en la Biblia, haciendo obras que usted no puede encontrar en la Biblia. Y siempre ha habido demasiada mundanalidad en la iglesia del Señor. Había muchos que estaban débiles y enfermos y muertos a causa de la mundanalidad, carnalidad e inmoralidad de la iglesia en Corinto (1 Cor. 3:3; 5:1-2; 11:30).
3. Una iglesia podría morir a causa de que los miembros se destruyen los unos a los otros con palabras depravadas, envidias y contenciones (Gál. 5:15). Cualquiera de estas representará una separación del Señor Jesucristo y lo tal constituye una condición de muerte espiritual (Juan 15:6,10).
II. LA EXHORTACION: “Sé vigilante… afirma… porque no he hallado” (V. 2).
1. Acorde a Heródoto, el historiador Griego, Sardis cayó ante la invasión de los Persas porque la ciudad fue dejada sin guardia. Se creyeron a sí mismos demasiados seguros para necesitar guardia, de manera que cayeron. Ahora, era necesario que la iglesia en Sardis se despertara de la muerte espiritual.
2. “Se vigilante,” la idea es por vuestro bien, volveos vigilantes. Es una exhortación a que despierten de su anestesia espiritual y continúen vigilando. Este es uno de los principios fundamentales de la Biblia para el cristiano.
3. A menudo nos es dicho en la Palabra de Dios que velemos (Rom. 13:11-12; 1 Cor. 16:13). ¿Por qué debería velar un cristiano?
A). Debiera velar por los engaños y trucos del diablo (1 Ped. 5:8; Efe. 6:11; 2 Cor. 11:13-15). Muchos basan su esperanza de salvación en como se sienten antes que en la Palabra de Dios.
B). El cristiano debe también estar alerta contra la tentación. Jesús advirtió a Sus discípulos a “velad y orad, para que no entréis en tentación” (Mat. 26:41). La tentación nos vence cuando permitimos que nuestra guardia se baje. Cuando uno se vuelve demasiado confiado, tendrá mejor que velar (1 Cor. 10:12-13).
C). Otra cosa en la que el cristiano debe velar es por la falsa enseñanza. Pablo dijo a los ancianos en Efeso que velaran a causa de los lobos… falsos maestros (Hch. 20:31). Nosotros también debemos velar a causa de la falsa doctrina (1 Tesal. 5:21; Heb. 5:14; 1 Juan 4:1). Como los Bereanos de Hechos 17:11, debemos escudriñar las Escrituras para ver si la doctrina de un hombre es así.
D). Debemos también velar por la venida del Señor (Mat. 24:42-43). No sabemos el tiempo de nuestra partida y no conocemos el tiempo de Su segunda venida (Mat. 24:36). Debiéramos vivir cada día como si fuera nuestro último día en la tierra. El Señor dijo: “Sé vigilante.”
4. Luego dijo, “Y afirma las otras cosas que están para morir.” Había unas pocas cosas dejadas que estaban vivas. Estaban listas para morir, pero podían ser salvadas si se tomaba una acción rápida. Podría haber sido que su forma de adoración era buena, pero no era en espíritu (Juan 4:24).
5. Algunas de las religiones de nuestros vecinos tienen lo que ellos llaman la religión del “buen sentir.” Sin embargo, su religión no es acorde a la verdad establecida por Dios, entonces esto no los beneficia a ellos en nada. Por otro lado, solamente podemos hacer aquellas cosas expuestas en la Palabra de Dios, y si no tenemos nuestros corazones en ella, si estamos yendo simplemente a través de las emociones, esto no nos beneficiará en nada.
6. “Porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios,” el Señor ha buscado pero no ha hallado las obras de los creyentes de Sardis. Las obras de los creyentes de Sardis estaban falta de aprobación divina porque, no eran generadas por una fe genuina. Lo que se reprocha no es la cantidad de las obras sino la calidad de la obras de aquella iglesia.
III. LA ADVERTENCIA: “Acuérdate… de lo qué has recibido… oído… guárdalo, y arrepiéntete…” (V. 3).
1. Ellos debían recordar como habían recibido y oído el evangelio. Aparentemente hubo un tiempo cuando habían experimentado celo y entusiasmo como cristianos jóvenes. Como el Eunuco Etíope, cuando escuchó y respondió al mensaje del evangelio, ellos siguieron gozosos su camino. Necesitaban recordar esa conmoción inicial.
2. Dios nos ha dado un número de cosas que permanecerán como memoriales para nosotros.
A). Las Escrituras nos colocan en remembranza de las cosas que Dios ha hecho por nosotros (2 Tim. 2:15; 2 Ped. 1:12-13).
B). Cada vez que uno es bautizado en Cristo, eso debe recordarnos la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Rom. 6:3-4).
C). La Cena del Señor debiera recordarnos del cuerpo, vida, sangre y muerte del Redentor de la humanidad (1 Cor. 11:24-26).
D). El regalo de la gracia recibido por la fe en Cristo (Rom. 5:8; Ef. 2:8).
3. El dice “guárdalo y arrepiéntete.” Me parece que el arrepentimiento es la cosa más difícil que el hombre debe invocar para hacer. Los creyentes de Sardis tenían la necesidad urgente de arrepentirse de la manera en que habían utilizado la riqueza espiritual que habían recibido del evangelio. No era un mero reconocimiento de que estaban actuando mal, sino llevar a cabo un cambio de rumbo que los acercara a Dios.
4. Guardar aquellas cosas que son buenas y correctas y arrepentirnos de aquellas cosas que son incorrectas.
A). No es difícil conseguir que una persona crea que Jesús es el Hijo de Dios, si es de una mente abierta e imparcialmente examina la evidencia.
B). Usualmente no es difícil persuadir a una persona para que sea bautizada si verdaderamente cree en el Señorío de Jesús y entiende las enseñanzas de Jesús sobre esto.
C). Lograr que una persona se arrepienta es una cosa muy difícil.
5. El arrepentimiento es un cambio de corazón. En 2 Cor. 7:10 nos es dicho que el verdadero arrepentimiento produce tristeza. La tristeza piadosa produce arrepentimiento, pero la tristeza del mundo produce muerte. Un hombre podría emborracharse y estar triste al día siguiente. Eso no es necesariamente tristeza piadosa. Podría estar triste a causa de que tiene dolor de cabeza y una sed elevada. Podría estar triste a causa de que hizo una necedad de sí mismo. Podría estar triste porque violó la ley y fue encarcelado.
6. La tristeza piadosa viene cuando uno está triste porque ha pecado contra el Dios del cielo. Esto lleva al arrepentido a la decisión de que no volverá a hacer eso una vez más, que va a vivir como Dios lo enseña desde ese momento en adelante.
7. A estos miembros en Sardis se les dijo: “Pues, si no velas, vendrá sobre ti como ladrón y no sabrás a que hora vendré sobre ti.” Es una frase condicional que dice que la advertencia puede ser posible. Pero es interesante notar que la segunda venida para juzgar al mundo es descrita en lenguaje similar (Mat. 24:36,43-44; 1 Tesal. 5:2; 2 Ped. 3:10). Jesús vendrá como ladrón en la noche. Es Su diseño entrar cuando las personas menos lo esperen.
8. No obstante, a través de los siglos, han existido aquellos que han hecho lo posible por discernir el tiempo de la segunda venida de las Escrituras, y aquellos que han afirmado que el tiempo les fue revelado a ellos, todos sus esfuerzos han fallado y todos los esfuerzos futuros fallarán porque Su venida será como ladrón.
IV. LA ALABANZA PARA UNOS POCOS: “Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.” (V. 4)
1. Había un remanente fiel en Sardis que no había contaminado sus vestiduras. Por no manchar sus vestiduras se quiere decir que no habían manchado sus almas con el pecado. Es decir, andaban en santidad delante del Señor.
2. El Señor no pierde de vista a los pocos fieles en medio de la masa impía. Él conoce los que son suyos. Hubo unos pocos que no se habían dado al espíritu del compromiso y la complacencia. Probablemente eran ridiculizados por los otros miembros.
3. “Andarán conmigo,” expresa una comunión íntima y personal (conmigo). Si aquellos que caminaron con el resucitado, ardían sus corazones: ¡Lo impactante que será caminar con el Señor por la eternidad!
4. “En vestiduras blancas,” habla de la pureza y la santidad que Dios exige para que alguien entre en su presencia. “Porque son dignas,” es una dignidad únicamente para los santos en Cristo (Lc. 20:35; EF. 4:1; Fil. 1:27; Col. 1:10).
5. ¿Cómo quiere que se le recuerde? Como personas que dieron marcha atrás o personas que vivían en pureza y santidad para Dios. Nosotros no tenemos méritos algunos para agradar a Dios. Eran las personas más raras, las personas de ideas y costumbres atrasadas, pero Jesús dijo: “son dignos.”
V. LA PROMESA: El que venciere será vestido… no borraré su nombre…confesaré su nombre” (Vv. 5-6). Tres promesas son dadas a aquellos que son dignos, que no mancharon sus vestiduras:
1. “Serán vestidos de vestiduras blancas.” El blanco es el color de la pureza. Jesús dijo: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mat. 5:8). El vencedor será revestido de vestiduras blancas como exhibición de festividad. Además es galardón para aquellos que fueron fieles a Cristo.
2. Prometió “no borraré su nombre del libro de la vida.” A menudo leemos de este libro (Filip. 4:3; Apoc. 20:15; 21:27). En el Antiguo Testamento el libro de la vida era el registro de todos los que tenían ciudadanía en la comunidad del pueblo de Israel. Es una idea común en las ciudades griegas y romanas de aquellos tiempos. Pues, mantenían una lista de ciudadanos conforme a su clase o tribus, en la que los nuevos ciudadanos eran inscritos y de la que los ciudadanos indignos eran borrados.
3. Aquí vemos una promesa positiva de que los nombres de éstos de ninguna manera serán borrados del libro de la vida. Hay quienes quieren ver aquí la posibilidad de la perdida de la salvación. Pero, tal enseñanza no aparece en toda la Biblia. En Ex. 32:32, Moisés pidió a Dios que quitase su nombre del libro de la vida, pero la petición le fue negada.
4. En los tiempos antiguos, los nombres de quienes morían físicamente eran borrados de las listas de las ciudades. Las autoridades sólo mantenían un padrón de los habitantes vivos. De la misma manera en el libro de la vida sólo permanecen inscritos los nombres de quienes tienen vida espiritual por haber puesto su fe y confianza en la persona de Jesucristo ( 1ª Juan 5:1).
5. El nombre de una persona puede constar en la lista de una iglesia, sin que esa persona sea salva. ¡Qué sorpresas habrán cuando «se abran los libros»! (20:12). El creyente en Cristo tiene la absoluta garantía de la Palabra del Señor: “Y no borraré su nombre del libro de la vida.”
6. “Confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” El Señor Jesús dijo: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mt. 10:32). Es probable que muchos de la iglesia de Sardis, presionados por el ambiente religioso-cultural, se avergonzaban de dar testimonio de su fe en Cristo.
7. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” El Señor hace un solemne llamado en forma personal y colectivo. Una iglesia nunca será más allá de los compromisos de sus miembros. El Espíritu habla a las iglesias, pero el mensaje es personal para cada uno de los miembros de la iglesia y para nosotros hoy día.
Conclusión.
1. La iglesia de Sardis era culpable por su aridez espiritual. Habían abandonado la responsabilidad de testificar de Cristo. Es probable que la mayoría de sus miembros profesaban ser cristianos pero no habían nacido de nuevo. Sin embargo, había un pequeño remanente fiel al Señor.
2. Las iglesias de hoy día y los cristianos como individuos debemos prestar oído al mensaje del Señor a la iglesia de Sardis. Las iglesias necesitan ser vigilantes y fortalecer las cosas que quedan.
3. Es necesario advertir que no basta con tener el nombre inscrito en el libro o registro de una iglesia aquí en la tierra. Lo verdaderamente importante es tener la certeza de que, por la fe en la persona del Señor Jesucristo, nuestro nombre ha sido inscrito en el libro de la vida. ¡Si es posible ser un cristiano digno hoy en día, porque mi nombre está inscrito en el libro de la vida!