La iglesia con una gran puerta
Apocalipsis 3:7-13
Introducción
1. La ciudad de Filadelfia era relativamente una joven ciudad en Asia Menor. Tenía cerca de dos siglos de antigüedad cuando el Apocalipsis fue escrito. La palabra “Filadelfia” literalmente significa “amor fraternal o amor a los hermanos.”
2. La ciudad fue establecida para ser un poco de centro de radiación para la cultura y lenguaje griego en Asia Menor, ahora Turquía. Sir William Ramsay dijo que Filadelfia era “el centro de la difusión de la lengua y las letras griegas en una región pacífica, mediante modos pacíficos de penetración.”
3. Fue la ambición del Imperio Macedónico desde el tiempo de Alejandro mismo, hacer del mundo un Atenas. Ciudades tales como Filadelfia fueron establecidas para ese propósito. Tuvo hermosos edificios públicos y sus templos, llegó a ser conocida como “la pequeña Atenas.” La ciudad ahora podía servir al noble propósito de ayudar a hacer del mundo uno para Cristo.
4. A pesar de la persecución de los turcos, la Iglesia Ortodoxa griega ha logrado mantener una activa congregación hasta hoy día. O. T. No fue una iglesia que recibió gran alabanza y recomendación. No hubo una palabra de condenación cualquiera que fuera. Por esto es una iglesia
I. LA DEDICATORIA: “Escribe al ángel de la iglesia de Filadelfia: esto dice el Santo, el Verdadero el que tiene la llave de David… abre… cierra” (v. 7).
1. Esto dice el Santo. La santidad es atribuida a Dios a través de toda la Biblia. Él es Santo en sentido absoluto e infinito (Isa. 6:3; 43:15). Ahora, la frase “santo” es dada al Cristo resucitado. La palabra “santo” significa “diferente, separado de”. Dios es santo porque es diferente al hombre (Isa. 55:8-9).
2. Jesús es descrito como santo frecuentemente en la Biblia (Mr. 1:24; Hch. 4:26-27). El cristiano también es mandado a ser santo como Dios es santo. Esto significa que él debe ser diferente.
3. Los cristianos deben ser un pueblo especial para la posesión de Dios. Los cristianos son santificados (1 Cor. 6:9-11). Cuando uno se arrepiente de los pecados y entra en una relación con el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, es santificado, separado, es diferente. Como él, “nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Cor. 3:18).
4. Jesús también se describe a sí mismo como “El Verdadero”. Hay dos palabras griegas para verdad. Una significa verdad en el sentido de exactitud o como opuesto a una falsa declaración. La otra palabra significa verdad en el sentido de una cosa que es real o genuina y no artificial. Vivimos en una época de imitaciones.
5. La mayoría de los productos para la venta son imitaciones de algo. El producto genuino es a menudo muy escaso y mucho más caro. Cuando Jesús dijo que Él era el Verdadero, quiso decir que en Él hay realidad.
6. En el mundo, uno podrá encontrar el placer del pecado por un tiempo, pero en Cristo hay verdadera felicidad. En el mundo uno podrá encontrar satisfacción por un tiempo, pero en Cristo hay verdadero contentamiento.
7. En el mundo, uno podrá estar alegre por un rato, pero en Cristo hay verdadero gozo. En el mundo, uno podrá escapar de sus cuidados y ansiedades por un corto tiempo, pero en Cristo hay verdadera paz que sobrepasa el entendimiento.
8. Una tercera cosa afirmada de él es que tiene la llave de David, El abre y ningún hombre puede cerrar; El cierra y ningún hombre puede abrir. ¿Qué se quiere decir con que tiene la llave de David? Esta descripción es de Isa. 22:22.
9. Esta fue una profecía del fiel mayordomo Ezequías, a Eliaquim. Era una profecía de la autoridad que recibiría. Es fácil ver como la palabra “llave” simboliza autoridad. Si uno tiene la llave de la bóveda de un banco, tiene el poder para abrir y entrar.
10. Aquí, las palabras hacen referencia a Cristo quien tiene toda la autoridad (Mt. 28:18; Efe. 1:20-22). Él tiene la llave de David. Como David gobernó con autoridad sobre su reino, de la misma manera Jesús se sienta sobre el trono con autoridad sobre Su reino.
11. Desde que Él es la cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, debemos respetar Su autoridad para agradarle. Hoy día estamos bajo la autoridad de Cristo. Su palabra está contenida en el Nuevo Testamento. Únicamente a través de Él podemos poseer vida eterna (Juan 14:6).
II. LA ALABANZA: “Yo conozco tus obras… he puesto delante de ti una puerta abierta…tienes poca fuerza… has guardado… no has negado mi nombre…has guardado la palabra… yo también te guardaré de la prueba” (Vv. 8-9).
1. Yo conozco tus obras. Recuerda el conocimiento íntimo y sobrenatural de nuestro Señor. No se menciona ninguna crítica a la iglesia, aunque las obras están expuestas al conocimiento de Dios. Cabe recordar que las obras no son méritos para alcanzar la salvación, pero sí guardan relación con las bendiciones terrenales y con los galardones que Dios dará a los redimidos.
2. He puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar. Este es un regalo de la gracia de Dios para la iglesia de Filadelfia. El Señor ha abierto la puerta y ningún hombre tiene el poder para cerrarla.
3. Filadelfia, como ya hemos notado, fue establecida para ser una ciudad misionera de la cultura griega. Estaba en una ubicación estratégica para tal propósito y podría servir bien como centro de radiación para el evangelio de Cristo. Los cristianos de Filadelfia necesitaban comprender que la gran puerta de esa oportunidad estaba abierta para ellos.
4. La puerta es la oportunidad para predicar el evangelio a pesar de los enemigos de la fe cristiana. La puerta tenía que ser abierta de una manera sobrenatural por el Señor Jesucristo, debido a la oposición satánica de cerrarla de inmediato.
5. Satanás usa agentes inicuos (1ª Cor. 16.9); la prisión (Col. 4:3); maquinaciones (2:2, 11-12); y a los mismos demonios para apagar el testimonio cristiano (Ef. 6:12-13). La iglesia de Filadelfia tenía la oportunidad de llevar el evangelio a las regiones más cercanas a la ciudad.
6. La iglesia cristiana hoy puede llevar el evangelio a todos los rincones de la tierra haciendo uso adecuado de las oportunidades y los medios modernos que Dios nos provee. Quizá lo que hoy está ausente en muchas iglesias es el celo evangelístico y la visión misionera.
7. Hoy día también necesitamos comprender esto. Cada cristiano tiene su círculo de influencia. Si, por la correcta administración de esa influencia, puede testificar la salvación de su propia familia, ha hecho una gran obra. Si, por dejar que su luz brille y sosteniendo en lo alto la palabra de vida, puede testificar la salvación de sus amigos y vecinos, verdaderamente ha hecho una obra maravillosa.
8. La puerta de la oportunidad es una puerta que ningún hombre puede cerrar. Los principales sacerdotes y el concilio Judío trataron de cerrar esa puerta poco después de que la iglesia empezó en Jerusalén. En Hechos 4 y 5 leemos de los apóstoles siendo encarcelados, pero el evangelio prevalecía (6:7).
9. En Hechos 7, Esteban fue apedreado, y en Hechos 8, una gran persecución se levantó contra la iglesia, pero el evangelio prevalecía (Hch. 8:4). En el capítulo 9, el resonante líder de la persecución, Saulo de Tarso, se volvió un converso a Jesús de Nazaret. En Hch. 18, cuando el convertido predicó el evangelio en Corinto, los Judíos se opusieron al evangelio y blasfemaron, pero el evangelio prevaleció. Aún Crispo, un principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa y muchos Corintios creyeron y fueron bautizados (v.8).
10. Mientras el cristiano tenga un poco de fuerza, y ejercite esa fuerza en guardar la Palabra del Señor, su puerta de la oportunidad no será cerrada. Debe ser notado que la palabra de Cristo no es simplemente para ser escuchada y creída, sino también para ser guardada.
11. En la parábola del sembrador Jesús dijo que la buena tierra, son los que con corazón recto y bueno retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia (Luc. 8:15).
12. En el evangelio, no hay sólo verdades que deben ser creídas, sino mandamientos ha ser obedecidos y promesas para ser recibidas (Heb. 5:8-9). Que nadie le diga a usted que el evangelio no envuelve obediencia (2 Tesal. 1:7-9). Debemos ser como estos santos en Filadelfia que guardaron la palabra de Cristo y no negaron Su nombre.
13. El Señor da tres razones en cuanto al porqué la iglesia de Filadelfia es diga de reconocimiento: A) Tienes poca fuerza. Podría tomarse está frase como una crítica, pero el entorno del pasaje indica una demostración de aprecio. Es probable que la congregación tuviese poca influencia entre los ciudadanos de Filadelfia, pero sus obras eran irreprensibles. Tal vez lo creyentes de la iglesia de Filadelfia pertenecían a la clase trabajadora, sin poder político ni económico, pero guardaban un excelente testimonio. B) Has guardado mi palabra. Los creyentes de Filadelfia habían demostrado ser leales a la Palabra de Dios a pesar de las dificultades. Las circunstancias difíciles no les habían hecho alterar el contenido del mensaje. C) Y no has negado mi nombre. Los creyentes de Filadelfia fueron conminados a negar su relación con Cristo. Quizá en alguna prueba, los cristianos de Filadelfia se mantuvieron firmes y fieles a sus convicciones.
14. Los judíos en la carne que se oponían al evangelio de Cristo no eran verdaderos judíos. Jesús dijo que ellos mentían cuando afirmaban ser verdaderos judíos. Eran verdaderamente de la sinagoga de Satanás.
15. Jesús le dijo a la iglesia que haría que aquellos judíos que los odiaban y difamaban, se arrodillarán ante ellos y sabrían que los cristianos fieles son amados por el Señor. El Señor no dice cuando ocurrirá, es de suponer que tal acontecimiento ocurra con la conversión de los judíos a la fe cristiana y vengan a formar parte de su iglesia. La idea de los difamadores y enemigos del pueblo de Dios dando homenaje ante ellos encuentra su base en el Antiguo Testamento (Isa. 60:14; 49:23).
III. LA SEGURIDAD: “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero…” (V. 10).
1. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia. El Señor alaba y felicita a los creyentes de Filadelfia por haber sido fieles en medio de las pruebas y dificultades. La paciencia significa un gran aguante, resistencia para no claudicar cuando se está en medio del fuego de la prueba.
2. Hay seguridad en Cristo Jesús. Heb. 10:22 habla a nosotros de la plena certidumbre de fe. Pero en el versículo siguiente somos amonestados a “mantener firme, sin fluctuar la profesión de nuestra esperanza…”
3. Hay seguridad en Cristo Jesús, pero muchos han llevado al extremo esta verdad escritural a una falsa doctrina que está al filo de la navaja. Enseñan que el cristiano está tan seguro que nunca podrá perderse a pesar de lo que haga. La Biblia no enseña tal cosa.
4. Si alguien se dice cristiano y vive haciendo lo que quiera, no se ha arrepentido y no ha conocido al verdadero Jesucristo de la Biblia. El cristiano tiene la responsabilidad de continuar fiel… mantenerse firme, sin fluctuar (1 Ped 1:5,11; Judas 21, 24).
5. El Señor promete: Yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero. Esta expresión podría expresarse así: “Ahora bien, has guardado la palabra de mi paciencia, yo, su vez, te guardaré.” La promesa del Señor se extiende a “la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero.”
6. ¿Qué significa la frase? Nos enfrentamos a una respuesta difícil. Algunos estudiosos explican que podría significar “guardarte de atravesar la prueba;” o “guardarte justo a través de la prueba.” Otro estudioso dice que la prueba se ubica con la gran tribulación de los últimos días, situando a la iglesia dentro de ese tiempo y la iglesia sufriendo la persecución del Anticristo.
7. Otros vean que no es dirigido a la iglesia sino a los inconversos en la tribulación. Pues dice el texto el objetivo de la prueba: “al mundo entero y para probar a los que moran sobre la tierra.” Ellos piensan que esos momentos la iglesia ya no estará aquí en la tierra. Con todo lo anterior podemos rescatar que el Señor está con nosotros en medio de la prueba y las dificultades.
IV. LA ADVERTENCIA: “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona” (v. 11).
1. He aquí, yo vengo pronto. Solo dice “Vengo pronto.” Esta frase aparece otras veces en el libro (Ap. 1:7; 2:16; 22:7; 12, 20). Sugiere un acontecimiento rápido e inesperado, no necesariamente inmediato. Esta es una gran promesa para el cristiano.
2. Retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. La idea es muy clara: lo que tenemos ahora constituye nuestra corona en el futuro. El cristiano no pierde su salvación, pero sí puede perder su galardón. La corona era un collar de laurel que se entrega al vencedor.
3. Para que ninguno tome tu corona, no sugiere que el galardón o corona podría ser robado, sino que podía perder legalmente como el atleta que llega a la meta pero es descalificado por haber quebrantado alguna regla de la competencia.
4. Los cristianos tienen diferentes dones, talentos, experiencias y niveles de madurez. Dios no espera que todos seamos iguales, pero sí está a la expectativa de que usemos nuestros dones para Él.
5. Se elogia a los de Filadelfia por su esfuerzo por obedecer (3:8) y se les anima a que retengan con firmeza lo que tienen. Usted podría ser un creyente nuevo y sentir que su fe y fortaleza espiritual son pequeñas. ¡Use lo que tenga para vivir por Cristo y Dios lo reconocerá!
V. LAS PROMESAS: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”
1. Al que venciere. Es decir “el vencedor” o todo aquel que ha nacido de nuevo por la fe en Cristo.
2. Yo le haré columna en el templo de Dios. En la antigüedad, recolocaban columnas en los templos de los dioses con los nombres de personas que la ciudad quería honrar. Ser columna en la iglesia significaría una posición esencial e indispensable a los ojos de Dios.
3. Nunca más saldrá de allí. En la antigua Filadelfia eran muy frecuentes los temblores, por lo que las personas vivían en tiendas fuera de la ciudad por temor a los temblores. El que cree en Cristo tiene la seguridad que elimina el temor.
4. El creyente no tendrá ningún deseo de salir de la presencia de Dios, tal como una columna no desea abandonar el edificio dónde está colocada. ¡No habrá más separación! (Rom. 8.35-39). Un cristiano podría ser difamado y odiado por los hombres. Podría ser ridiculizado y condenado al destierro. Pero, si permanece fiel, será reconocido como indispensable en la estimación del Señor Jesús.
5. Mire lo que el creyente podrá disfrutar:
A) Un nuevo concepto de Dios: “Escribiré sobre él el nombre de mi Dios.” Había una costumbre en el primer siglo de marcar un esclavo con las iniciales de su dueño. Posiblemente esta es la base para la referencia. Le es dada la seguridad de que pertenece a Dios.
B) Una nueva ciudadanía: “Y el nombre de la ciudad de mi Dios” la nueva comunidad a la que el cristiano pertenece está en el cielo (Fil. 3:20; Heb. 12:18-24).
C) Una nueva comunión con Cristo: “y mi nombre nuevo” que aún no ha sido revelado. El nuevo nombre de Cristo simboliza la plena revelación de su carácter prometido al vencedor en la segunda venida de Cristo. “El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
CONCLUSIÓN:
1. La iglesia de Filadelfia era, al parecer, pequeña tanto en número como influencia. A pesar de esto, Cristo le anuncia que ha puesto delante de ella una puerta abierta. La oportunidad para continuar dando testimonio a pesar de la oposición.
2. El Señor le promete que será librada de la hora de la prueba. Además el Señor promete al vencedor que disfrutará una íntima comunión con Él.
3. ¡Dios nos conceda como IBM ser tan leales al Señor como lo fue este grupo de creyentes, quizá pequeños en número, débiles en la carne, pero valientes y poderosos en el Espíritu del Hijo de Dios! ¡Si es posible ser cristiano hoy en día… y afectar mi círculo de influencia!