La fe de Abraham
Texto: Hebreos 11:8–19; Su Historia Génesis caps. 12–25
Introducción:
El capítulo once a los Hebreos nos introduce luego de definir lo que es fe, a lo que algunos han denominado la «galería de la Fe» donde se nos presentan una serie de personajes bíblicos, los cuales actuaron en fe, conforme a una promesa hecha por parte de Dios a sus vidas, obteniendo grandes beneficios, no solo para ellos, sino también para el pueblo de Dios y porque no decir también: toda humanidad; historias que nos ilustran con ejemplo prácticos lo que es la fe.
Encontramos allí a Abraham, el gran «padre de los creyentes» que es uno de los más grandes ejemplos de fe del A.T. Un verdadero ejemplo de fe para nosotros hoy, donde buscamos tantas confirmaciones y a pesar de obtener algunas, luego hacemos tan poco al respecto. La verdadera fe obedece para ver la recompensa. El ser humano hace a la inversa: quiere primero ver para recién creer.
Aprendamos hoy, del patriarca Abraham que creyó a Dios: sin saber ¿dónde?, sin saber ¿cómo?, sin saber ¿cuándo? y sin saber ¿por qué?
I. ABRAHAM CREYÓ A DIOS, SIN SABER ¿DÓNDE? (vv. 8–10)
1. Fue la fe en la Palabra de Dios lo que le hizo dejar su casa, vivir como peregrino y seguir a dondequiera que Dios le guiaba.
2. Cuantas veces Dios nos está guiando a salir y cómo no sabemos «dónde» nos quedamos más de la cuenta y lo único que hacemos es empeorar las cosas. No «salir» es tanto o más problemático que salir sin permiso.
3. A veces uno sale donde quiere, donde le gusta, a donde lo invitaron, a donde piensa que está la bendición, a donde cree que se está moviendo Dios, lo incierto de la fe es que Dios le ordenó que saliera y no le dijo cual era el destino. “Vete de tu tierra a la tierra y de tu parentela, y de tu casa, a la tierra que te mostraré…”(Genesis 12: 1-3) Note que había una orden que necesitaba una obediencia inmediata y una revelación subsecuente.
4. Dios llamó a este hombre a abrir camino donde no había. A ser un pionero, un innovador. A ser padre espiritual de un nuevo pueblo. La fe no pregunta ¿a dónde vamos? La fe confía en la promesa y obedece y sigue a quien camina delante, nuestro gran Dios. Entendiendo que la revelación es progresiva, conforme vamos obedeciendo.
II. ABRAHAM CREYÓ A DIOS, SIN SABER ¿CÓMO? (vv. 11–12)
1. La fe le dio a Abraham y a Sara el poder para tener un hijo cuando estaba «ya casi muerto»
2. Las promesas de Dios no están sujetas a nuestras limitaciones físicas. El ser humano se mueve en el plano de lo limitado por el tiempo y el espacio. La fe se mueve en el plano de lo ilimitado, pues tiene que ver con una promesa hecha por Dios. Jesús prometió en (Marcos 9:23)
3. Te parece que se está pasando el tiempo y la bendición no viene. Entiende que si Él lo prometió no importa cuan imposible lo veas o te parezca, a su tiempo lo tendrás. Dice el texto sagrado: “porque creyó que era fiel quien lo había prometido”
4. ¿Si usted fuera Dios a que edad le hubiera dado el hijo de la promesa? En todo Dios nos quiere hacer crecer y madurar. Solo él sabe cuando la fe producirá alabanza y gloria a su nombre. Recuerde que fuimos creados para Su gloria no para nuestra gloria (1 Pedro 1:7)
III. ABRAHAM CREYÓ A DIOS, SIN SABER ¿CUÁNDO? (vv. 13–16)
1. Abraham y sus descendientes peregrinos no retrocedieron, como los líderes hebreos se vieron tentados a hacerlo, sino que mantuvieron sus ojos en Dios y persistieron en avanzar hasta la victoria (vv. 13–16; 10.38, 39) El pueblo hebreo, descendiente de Abraham —padre de la fe— estuvo a las puertas de la tierra prometida y no la pudieron poseer por incrédulos. Hay momentos donde hay que recordar nuestra historia y tomar ejemplo o no volver a cometer sus errores.
2. Es tan importante creerle a Dios como entender que muchas veces me toca sembrar para que otro disfrute de mi trabajo. Dios no solo deseaba bendecir a Abraham sino a sus generaciones.
ILUSTRACIÓN: Un viejito de mas de ochenta años que estaba sembrando un manzano. Un joven que estaba atento a lo que hacía le preguntó: —me imagino que usted no estará pensando comer del fruto de ese árbol. —Claro que no respondió, pero estoy seguro que alguien lo hará.
3. Muchos de nuestros muchachos, nuestros jóvenes son: “como saetas bruñidas en la aljaba” Alcanzarán lo que uno no ha podido, llegaran más lejos que nosotros, cosecharán lo que hemos sembrado. Dios evalúa y nos dice, en realidad no mereces algo temporal, pasajero, ¡Tengo para preparado algo mucho mejor para ti, algo eterno!
4. Abraham creyó y recién la generación de Josué pudo conquistar y poseer la tierra prometida.
IV. ABRAHAM CREYÓ A DIOS, SIN SABER ¿POR QUÉ? (vv. 17–19)
1. La respuesta a nuestra fe en ocasiones hace que Dios nos tenga que probar para ver si amamos mas al dador que a los dones.
2. La promesa hecha por Dios a Abraham le hizo ofrecer a Isaac, el hijo de la promesa, pensando que aun Dios lo podía levantar aun de entre los muertos, pues de Isaac saldría la descendencia que heredaría la bendición.
3. La fe hace que uno sea probado aun en lo que sabemos que recibimos de parte de Dios, pues él lo había prometido.
a) Rara vez encontramos, usando la razón, respuesta a la pregunta «por qué», cuando estamos siendo probados.
b) Después descansamos cuando sabemos el «para qué» fuimos probados. Pablo entendió esto cuando lo declara en (2 Corintios 1:3-4)
4. En medio de la prueba es probable que no entendamos los motivos divinos, eso no quita que debamos obedecer. La prueba es una oportunidad que se nos ofrece para demostrar cuanto amamos a Dios y hasta donde estamos dispuestos a obedecerle.
Conclusión:
La Biblia afirma: “Todo aquel que en él que cree, no será avergonzado” (Romanos 10: 11) No importa si no sabemos a dónde, cómo, cuándo o el por qué. Tienes que asegurarte que tu fe sea genuina, y no que te muevas por presunción, para esto, la promesa debe tener como fuente la verdadera voluntad de Dios para con tu vida. Finalmente sé obediente para recibir el galardón (Hebreos 11: 6)