La debilidad de la carne
Tema Central: Nuestra debilidad es nuestro mayor recurso para demostrar el poder de Dios y su amor. Nuestro poder es mas que una muestra de nuestra debilidad. Cuando calificamos debilidad vemos que tiene que ver con deber, Un deber que no tenemos la fuerza y el coraje para demostrar y actuar.
Objetivo general: Ser vencedor de la carne con las fuerzas del espíritu, a través de una vida espiritual.
INTRODUCCIÓN:
En mi vida de creyente he escuchado hermanos decir que “la carne es dura”, en una connotación de que no se puede vencer. La situación actual es que vemos personas que tienen problemas espirituales o ataduras carnales, los cuales les parece que nunca podrán vencer o cambiar su forma / manera de “vivir”. Unos cargan con esos problemas desde su niñez, adolescencia o cuando fueron adultos. Pero después de haber conocido la verdad, piensan que esa situación es “imposible” de resolver.
¿Podemos vencer la carne y sus pasiones? ¿Y si no lo hacemos que puede ocurrir? ¿Que pues haremos? ¿Cómo podemos lograrlo?
I. LA CARNE ES DÉBIL.
A. ORIGEN.
Muchas personas tratan de justificar su manera de vivir diciendo que “debido” a la debilidad de la carne, hoy día no se pude ser fiel a Dios. Ellos entienden que el problema o la razón de su situación personal es “externa” a ellos, por ejemplo: Los programas de televisión, los compañeros de trabajo o escuela, familiares, otros.
La realidad es que el problema comienza por y en nosotros mismos. La Biblia dice en Romanos 7:21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 25Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Tenemos que comenzar, aceptando como realidad, que el problema se origina en nosotros mismos, y debemos dejar, el tratar de justificarle a Dios, la razón por la cual no podemos vencer nuestros deseos carnales.
B. SITUACIÓN.
La Biblia nos señala que los deseos, pasiones y placeres de la carne, tienen como resultado final la muerte y separación de Dios (Santiago 1:15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.; Romanos 6:23; Romanos 3:23). También menciona que no combatir esos deseos hace que la carne y el pecado nos esclavice (Juan 8:34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.)
La Biblia nos dice que no permitamos o proveamos que el pecado y los deseos de la carne reinen en nuestros cuerpos (Romanos 13:14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. Romanos 6:12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;)
Gálatas 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
II. ¿CÓMO VENCEREMOS? ROMANOS 8:37ANTES, EN TODAS ESTAS COSAS SOMOS MÁS QUE VENCEDORES POR MEDIO DE AQUEL QUE NOS AMÓ.
A. ESTAR EN CRISTO.
Hay varios puntos importantes que deben ser observados cuando se estudia lo que la Biblia dice respecto a la vida espiritual o en el espíritu. 1) No es una opción sino una orden. 2) No es solamente para los que ejercen cargos o tienen responsabilidades. Debemos estar claros, cuando finalicemos este estudio, que la vida en el espíritu es lo que Dios espera de todos sus hijos.
Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Romanos 7:24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
El apóstol Pablo después de haber presentado la situación que tenemos en nuestros cuerpos con el pecado y la carne. Situación que el escritor de los Hebreos en el capítulo 12 verso 1 dice “…del pecado que nos asedia.” indicando que nos tiene en estado de “sitio” rodeados. Pablo afirma en el capítulo 8 de Romanos “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…”
La palabra condenación tiene dos connotaciones dentro de este pasaje: 1) se refiere al estado de perdición en que se encuentra la persona que no tiene a Cristo, y 2) contiene una referencia indirecta al pecado que es quebrado (cortado, desplazado) cuando la persona se convierte. En otras palabras para que se destruyan las consecuencias del pecado, primero tiene que ser destruido su poder, su fuerza, su capacidad de esclavizar.
Romanos 8:2 Porque la ley (el poder) del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley (el poder) del pecado y de la muerte.
Así como el pecado y la muerte reinan en aquellos que no conocen a Cristo, el Espíritu y Cristo (camino, verdad y vida Juan 14:6) reinan y permanecen en los verdaderos creyentes.
B. ANDAR EN EL ESPÍRITU.
Entonces, ¿para quiénes no hay ninguna condenación? para “los que no andan conforme a la carne, sino conforme al espíritu”. No hay puntos medios, o se anda conforme a la carne o conforme al Espíritu (vv1, 4); se piensa en las cosas carnales, o en las del Espíritu (v5); nos ocupamos en las cosas de la carne, o en las del Espíritu (v6); si vivimos conforme a la carne, no podemos vivir conforme al Espíritu (vv8, 9); se tiene al Espíritu de Dios, o no (v9); se está vivo, o muerto (v10); o se es hijo de Dios, o no se es (v16). También debemos estar conscientes que el verbo “andar” es sinónimo de “vivir”. La vida cristiana no consiste en buenas intenciones, ni en meros deseos; tampoco en persuasiones académicas, ni en abstracciones teológicas. Esa vida es eminentemente objetiva. La teología es práctica, no teórica.
Gálatas 5:25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
C. PENSAR EN LO DEL ESPÍRITU.
La verdadera vida espiritual no se limita a orar, leer la Biblia, cantar, asistir a la iglesia y trabajar arduamente. Ésta consiste en la presencia del Espíritu ejerciendo un control, que desplaza y vence al pecado, para que se manifiesten las cosas que son agradables a Dios.
En el v5 Pablo habla de aquellos “que son del Espíritu”. Lo cual es indicativo de que primero uno está en el Espíritu o él lo posee a uno; inmediatamente después se empieza a pensar en las cosas del Espíritu (v5), y luego a ocuparse en las cosas del Espíritu (v6). Uno no puede ocuparse en las cosas del Espíritu sin pensar en ellas, y no puede pensar en esas cosas si no es dominado por el Espíritu.
Los verbos “pensar”(v5) y “ocuparse”(v6) en el idioma griego vienen de una misma raíz que denota mucho más que solamente un proceso mental; implica la participación de todas las facultades del alma: la razón, las emociones y las determinaciones (decisiones). Ser guiado por el Espíritu de Dios no significa que en ciertos momentos especiales o cruciales de la vida, uno recurre a Dios para saber qué debemos hacer, sino que se refiere a la guianza, la orientación total de la vida a través del Espíritu Santo, quien produce en uno nuevos conceptos, orientaciones diferentes, inclinaciones muy distantes a las anteriores, nuevos objetivos y propósitos, valores e ideales acordes a la voluntad de Dios.
D. OCUPARSE DE LO ESPIRITUAL O VIDA ESPIRITUAL.
El creyente no puede tener doble identidad; ser él y además cristiano; la carnal y la espiritual. La vida en el Espíritu no es un uniforme para ocasiones especiales; no son experiencias intermitentes, estados circunstanciales o esporádicos. Ocuparse de lo espiritual o vida espiritual es la expresión genuina de la vida cristiana.
En Efesios 5:19,20, Pablo exhorta a estar llenos del Espíritu Santo, y luego, a hablar con salmos, himnos y cánticos espirituales. Quien está lleno del Espíritu Santo cantará y hablará de las cosas del Espíritu.
E. CONVICCIÓN ESPIRITUAL POR MORADA DEL ESPÍRITU.
El espíritu Santo no sólo produce adopción en nosotros, también da conciencia y convicción de esta nueva identidad con Dios. Uno no puede ser hijo de Dios y no saberlo. El Espíritu Santo nos indica todo lo que implica esa relación con Dios.
Romanos 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
En los versos 9 y 10 de Romanos 8 hay dos afirmaciones fuertes que garantizan al creyente ser propiedad de Dios: el creyente no vive según la carne (naturaleza humana o terrenal; deseos o pasiones), y el cuerpo está muerto en referencia al pecado. Esto es, solamente quienes son propiedad exclusiva de Dios, y en quienes el Espíritu ha hecho su morada (casa, residencia) tienen victoria sobre el pecado.
Esto significa que ser cristiano no consiste solamente en hacer una confesión de fe y abrazar una creencia, sino en tener una experiencia transformadora que nos hace vencer el pecado de afuera (externo) que se presenta como una tentación, y el pecado de adentro (interno) que se manifiesta como una fuerza.
Romanos 8:11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
F. AYUDA ESPIRITUAL.
Romanos 8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.
Es importante notar que cuando el texto dice que el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, no se refiere a situaciones de tentación o para salir de apuros cuando hemos provocado un problema, sino que se refiere a la ayuda que nos presta cuando nos acercamos a Dios. Es una ayuda para alcanzar los niveles espirituales a los cuales Dios desea llevar al creyente.
El espíritu no está en el creyente tan sólo para socorrerlo del mal, sino para introducirlo profundamente en las cosas de Dios.
La vida en el espíritu es mucho más que mantener una guerra sin cuartel con aquello que es pecaminoso. No consiste en aceptar que hay dos fuerzas idénticas en poder: el bien y el mal; la carne y el Espíritu; el diablo y Cristo. ¡No! La vida en el Espíritu es la presencia dinámica del Espíritu de Dios en el creyente, remontándolo a las alturas espirituales
III. ¿CÓMO LOGRAMOS ESA VIDA ESPIRITUAL?
A. LA PALABRA DE DIOS.
Hebreos 10:16 Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré,
Corazón y la Mente
La palabra de Dios se tiene que poner (atesorar, guardar, retener) en EL CORAZÓN del creyente, y esto tiene dos propósitos:
1) La palabra se convierte en deseo.
Salmo 119:11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.
Daniel 1:8 Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.
Salmo 51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Jeremías 11:20 Pero, oh Jehová de los ejércitos, que juzgas con justicia, que escudriñas la mente y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque ante ti he expuesto mi causa.
Proverbios 21:2 Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero Jehová pesa los corazones.
2) La palabra se torna en espada que combate los malos pensamientos (frutos de la carne Gálatas 5) que salen del corazón.
Mateo 15:18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 19Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Lucas 8:14 La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. 15Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto RETIENEN la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
Efesios 6:17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
La palabra de Dios se tiene que escribir (registrar) en LA MENTE del creyente. Esta palabra será la espada espiritual que utilizaremos para vencer TODO pensamiento externo que quiera llegar a contaminarnos el corazón.
B. AMOR A DIOS.
Juan 14:23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. 24 El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.
Romanos 8:37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
Gálatas 5:24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
2 Corintios 10:4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Santiago 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.