La bondad, rasgo de un triunfador – Parte I

La bondad, rasgo de un triunfador – Parte I


Efesios 4:32

¿Qué es bondad? De acuerdo al diccionario, bondad es: calidad de bueno; natural inclinación a hacer el bien.

Efesios 4:32 “32 Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” (NVI)

Una mujer anciana frecuentaba cierta sucursal de la oficina de correos porque los empleados eran muy amables. Llegó la Navidad, y tuvo que ir a comprar estampillas para enviar sus tarjetas navideñas. Como suele suceder en aquellas temporadas, las colas en la oficina de correos eran larguísimas.

La mujer, sin embargo, se formó y esperó que le tocara el turno. Al salir de la oficina de correos se encontró con un conocido. Luego de saludarse, el le preguntó: ¿Por qué espera tanto tiempo en la cola, cuando puede comprar estampillas en la máquina que está en el pasillo? La anciana replicó: Es que la máquina no me pregunta cómo está mi artritis.

Vivimos en un mundo mecanizado, donde la mayoría de cosas con las nos relacionamos son maquinas o computadoras.

Mas sin embargo, en medio de nuestro mundo mecanizado, las personas siguen buscando el toque humano, alguien que muestre interés por sus problemas.

Se han hecho estudios de los clientes de bancos y otras instituciones que ponen cajeros automáticos y otras máquinas, y se descubrió algo interesante. Cuando se quita un contacto humano de la experiencia de una persona – por ejemplo, substituyendo a un cajero humano con un cajero automático – las personas buscan alguna forma de reponer el contacto humano perdido.

Cada persona necesita que se le preste atención. Las personas están buscando a alguien que sinceramente se interese por ellos y por sus necesidades. Si queremos alcanzar el éxito en la vida, tenemos que aprender el valor de la bondad.

La Biblia nos enseña que la bondad es divina y ella nos puede llevar al éxito; si queremos ser hombres y mujeres triunfantes tenemos que dejar relucir el rasgo de bondad en nuestras vidas.

Hoy quiero enfocarme como la bondad nos lleva al éxito y como la bondad proviene de Dios.

I. La bondad lleva al éxito

El mundo nos presenta un concepto de la persona exitosa que envuelve ser duro, áspero y manipulador, alguien como Donald Trump.

La Biblia, sin embargo, nos presenta otro camino al éxito verdadero.

Proverbios 11:17 “ El que es bondadoso se beneficia a sí mismo; el que es cruel, a sí mismo se perjudica.” (NVI)

Aquí se nos dice que la bondad es conveniente. No sólo es un deber; es algo que nos traerá éxito en la vida.
El secreto para progresar en la vida no es cobrarle a los demás los males que nos hayan hecho, ni es preocuparnos sólo por nuestras propias cosas y que los demás se ocupen de lo suyo; el secreto es tener un interés sincero en el bienestar de los demás.

Este principio de la sabiduría se ilustra en la clásica historia de Androcles y el león.

Según cuenta la fábula, Androcles era un esclavo que huyó de su amo y se escondió en una cueva. Para su asombro, un león también buscó refugió en la misma cueva – pero en lugar de atacarlo y tratar de comerse a Androcles, el león más bien se mostraba en apuros.

Finalmente, Androcles se acercó al león para ver cuál era su problema, y se dio cuenta de que el león tenía una gran espina clavada en la pata. Con mucho cuidado, Androcles le quitó la espina, y el león se fue.

Tiempo después, Androcles fue capturado; y, como solía suceder con los esclavos rebeldes en aquellos días, fue llevado al estadio para ser tirado a los leones. ¡Cuál fue la sorpresa de Androcles al ver que el león que salió para comerlo era su viejo amigo de la cueva! El león se rehusó a atacar a Androcles, y al ver lo sucedido, el rey mandó soltarlo.

Desde una perspectiva puramente humana, nunca sabemos cuándo aquella persona que hoy tenemos la opción de tratar bien o mal podrá hacernos un bien. Mas sin embargo, si escogemos el camino de la bondad, nos beneficiaremos a nosotros mismos.

No sólo debemos de ayudar a quienes pensamos que nos podrán ayudar en el futuro.

Hay un dicho popular que dice, Haz el bien sin mirar a quién, y la Biblia también nos enseña que la bondad se derrama en formas que no esperamos.

Proverbios 19:17 “A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.” (RVR1960)

Cuando ayudamos a alguien que no nos puede pagar el favor, podemos tener la seguridad de que Dios lo ve, y que en su tiempo, él nos recompensará.

Una buena obra hecha de corazón nunca se pierde. Es una inversión hecha en el banco del cielo, banco que jamás quebrará.

Existe un peligro que debemos evitar, es el peligro de buscar la recompensa de nuestra bondad.

Si ayudamos a alguien, y luego tratamos de identificar la bendición que Dios nos ha dado como resultado, nos encontraremos frustrados.

Más bien, debemos de desarrollar la costumbre de ayudar cada vez que podamos, y dejar que Dios se encargue de bendecirnos a su manera y en su tiempo. De esa manera encontraremos una vida de bendición y de prosperidad.

¿Cómo podemos desarrollar esta costumbre de la bondad, un hábito que lleva al éxito?

El paso más básico hacia la bondad es desarrollar un interés verdadero en los demás. Si en realidad estás interesado en su bienestar y su vida, ellos lo notarán.

Ese mismo interés te llevará a prestarles ayuda de las formas que puedas, en maneras que les permiten retener su dignidad.

Ahora bien, con todo lo que hemos dicho, alguien se podría quedar con la idea de que la bondad es simplemente algo que ayuda en nuestra relación con los demás.

¿Hay algo más? ¿Tiene la bondad otro aspecto? La Biblia nos dice que sí. La bondad tiene un aspecto divino pues ella proviene de Dios.

II. La bondad es divina

La bondad no es simplemente una cualidad que nos conviene a los seres humanos. Es algo que Dios mismo demuestra. Dios es el ejemplo supremo de la verdadera bondad.

Jesús dijo en Mateo 5:45b “… él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.”

Vivimos en un mundo lleno de desastres naturales, pero si nos ponemos a pensar en lo que se merece la humanidad por su pecado y su desobediencia, realmente es un milagro que el mundo no se haya terminado.

A pesar de que muchas personas no le dan el crédito a Dios por su generosidad en la naturaleza, Dios sigue proveyendo lo que la humanidad necesita.

De la misma manera, Pablo da testimonio de la bondad de Dios en su sermón a los habitantes de Listra. Él les dice: “16 En épocas pasadas él permitió que todas las naciones siguieran su propio camino. 17 Sin embargo, no ha dejado de dar testimonio de sí mismo haciendo el bien, dándoles lluvias del cielo y estaciones fructíferas, proporcionándoles comida y alegría de corazón.” (Hechos 14:16-17 / NVI)

Cada vez que gozamos de una buena comida, estamos disfrutando de la bondad de Dios. Cada vez que vemos los campos llenos de la riqueza de la cosecha, estamos viendo la generosidad divina.

Dios no cesa de hacer el bien a la humanidad. Cada momento de gozo, cada celebración, cada experiencia alegre nace de la bondad de Dios, quien los hace posibles.

Dios constantemente nos hace el bien, y es nuestra ceguera espiritual la que no nos permite ver y agradecerle sus bondades.

Si nos ponemos a contemplar la creación y nuestras vidas, podremos darnos cuenta de lo verdaderamente bueno que Dios es con nosotros.

Así como Dios es bueno, él también nos llama a imitar su ejemplo de bondad.

Efesios 4:32 “32 Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.” (NVI)

Jesús también nos dice en Mateo 5:44-45, “44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, 45 para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.” (NVI)

Así como Dios es bondadoso con nosotros, es nuestro deber de demostrar nuestra bondad hacia los demás.

Pablo escribe a los Tesalonicenses “Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no sólo entre ustedes sino a todos.” (1 Tesalonicenses 5:15 / NVI)

En lugar de mantener en nuestra memoria los males que otros nos han hecho, debemos de enfocarnos en buscar activamente el bien de los demás.

¿Es fácil esto? No lo es. Nuestra carne nos impulsa siempre a esperar que los demás sean perfectos antes de esperar lo mismo de nosotros.

Preferimos señalar los errores de otros, preferimos buscar sus fallas, en lugar de buscar la manera de hacerles el bien.

Se vuelve aun más difícil en el caso de alguien que nos ha lastimado. Cada vez que pensamos hacerles algún bien, se nos viene al recuerdo el mal que ellos nos hicieron.

Es difícil ayudar a aquella persona que te ha insultado, que te ha menospreciado, que te ha difamado. Sin embargo, Dios nos da el ejemplo, y también nos da el poder por medio de su Espíritu Santo, si se lo pedimos.
La bondad verdadera es una cualidad divina, pero es una cualidad que Dios comparte con sus hijos por medio de su Espíritu Santo. Es una cualidad que cada uno de nosotros deberá anhelar y cultivar.

Conclusión

Alejandro Maclaren dijo en cierta ocasión, “La bondad hace que la persona sea atractiva. Si quieres ganarte el mundo, derrítelo, en lugar de darle martillazos.”

Muchos de nosotros estamos acostumbrados a tratar a otros de martillazos. Dios, en cambio, nos llama a derretir su resistencia con bondad. Nos llama a tratarles como quisiéramos ser tratados, aparte de cualquier merecido.

Quiero terminar con dos retos.

Primeramente, esfuérzate esta semana en mostrar un interés verdadero en las personas con quienes te relacionas. Pregúntales cómo están, y escucha sus respuestas.

En segundo lugar, medita sobre la bondad de Dios. Si se nos hace difícil mostrar bondad hacia otros, muchas veces es porque no hemos entendido profundamente la bondad que Dios nos muestra a nosotros.

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