En la barca con Jesús
Mateo Capitulo 8
Mateo ubica este pasaje al final del Sermón de la montaña.
…cuando descendió Jesús del monte, lo seguía mucha gente… Mat. 8:1
1. Jesús sana a muchos enfermos y su ministerio se expande.
Es en este capítulo 8 en donde se nos habla de un día intenso en la vida de Jesús, muchos milagros fueron hechos por él.
la sanidad de un leproso
el siervo de un centurión
la suegra de Pedro
Muchos enfermos y endemoniados experimentaron la sanidad y la liberación de Jesús
Isaías 53 dice: 4Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros lo tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios! 5Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados.
2. Jesús se aparta de la multitud.
Jesús busca tiempos de reposo, pero aún en medio de estos, planea su próxima misión; alcanzar la otra orilla del lago, la región de Decápolis y la liberar a un hombre (sin nombre), al que se le llama “el endemoniado Gadareno”. Por eso, da la orden de que lo pasen del otro lado del lago.
En el trayecto de Capernaum al puerto dos personas se ofrecen seguir a Jesús en la misión.
el escriba
y otro de sus seguidores
Ninguno de los dos esta listo. Jesús que conoce el corazón de los hombres, alcanza a ver los intereses del escriba y las prioridades del otro hombre. Para seguir a Jesús en la misión (a la misma que el se dirigía), es necesario anteponer los intereses de Jesús a los nuestros y nuestras prioridades a las suyas.
Marcos nos da más datos: Marcos 4
35Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: —Pasemos al otro lado. 36Una vez despedida la multitud, se lo llevaron tal como estaba en la barca.
La noche los había alcanzado en medio de la tarea. La noche aquella de la que Jesús habla y dice que “Nadie puede trabajar”. Para Jesús y sus discípulos no sería así; por el contrario, si el día había sido intenso la noche “en medio de la tormenta, no lo sería menor.
El vs. 36 nos recuerda a un Jesús que no pierde oportunidad para proclamar el Reino de Dios y posiblemente aún en el puerto (embarcadero), había tomado tiempo para hablar desde la barca a la multitud que estaba en la playa y que lo seguía.
3. Una barca:
Quiero detenerme para reflexionar un poco sobre el simbolismo de la barca, hay algunas ideas que nos pueden ayudar a entender porque Jesús no permitió que el escriba y el “otro discípulo” le acompañaran en esta misión.
-espacio cerrado – están los que están y ni uno más -misión, proyecto – ir del otro lado, alcanzar a los inalcanzados a los gentiles r 8.28 De los gadarenos: Cf. Mc 5.1; Lc 8.26. La región de Gadara pertenecía a la Decápolis (Mt 4.25 n.), donde una buena parte de la población no era judía; allí predominaba la cultura griega helenística. Gadarenos: otros mas. dicen: gergesenos, y otros: gerasenos.
x 4.25 Mc 3.7–8. Decápolis: nombre que significa Diez ciudades. Era una confederación compuesta originalmente de diez poblaciones grecorromanas, nueve de las cuales estaban al este del río Jordán. -liderazgo — —Pasemos al otro lado del lago. Ya en el barco si no se tiene dirección se puede ir a cualquier lado -riesgo compartido – nos tenemos los unos a los otros, la unidad debe prevalecer, el propósito y la meta están claros. Por eso los dos voluntarios no fueron agregados, tenían sus propios intereses y preocupaciones. Compromiso y trabajo – para alcanzar los objetivos en medio de las tormentas que se levantarán para impedirnos que alcancemos la otra orilla.
Marcos también señala que:
También había otras barcas.
Hay otras barcas, pero estás han decidido ir por su propia cuenta, se han arriesgado a cruzar de la otra orilla, pero sin Jesús. Siempre alrededor de mi vida y a cada instante se me presentaran otras posibilidades para cruzar los ríos de la vida y llegaré a pensar que puedo hacerlo sin Jesús.
37Pero se levantó una gran tempestad de viento que echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.
4. El trato con las tormentas.
Las tormentas que se levantan en nuestra travesía, en nuestra misión, tendrán como propósito evitarnos alcanzar la otra orilla.
Por supuesto hay un lugar aparentemente seguro y ese es quedarse en casa. Salir de mi seguridad para escuchar a Jesús traerá exigencia a mi vida.
El puerto y el barco amarrado al muelle, crea un estado de seguridad, pero la voz de Jesús se hace fuerte en nuestro interior que nos dice, pasemos del otro lado del mar, allá en donde nos espera la misión, la tarea, “te necesito del otro lado”. Por supuesto es tomar riesgo es dejar mi comodidad, es enfrentar las tormentas.
La seguridad no esta en la barca, en lo bien o mal que este construida (por supuesto, una barca mejor construida puede tener sus ventajas); la seguridad no está en el buen propósito, la gran misión, los grandes objetivos (madera de que pueda estar hecha la barca), tampoco lo diestros que podamos ser para sortear los peligros, la unidad o el acuerdo que podamos alcanzar.
Nuestra seguridad está en Jesús.
38 Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal.
Frecuentemente las tormentas serán mucho más fuertes que los materiales de los que están construidas nuestras barcas, de tal manera que los veremos ceder, también serán más poderosas que todas nuestras habilidades, llegaremos a temer lo peor.
No es de extrañar el que lleguemos a pensar que Jesús se ha dormido, que Dios no me escucha, que hemos quedado a merced de la tormenta.
Pero allí, en medio del cansancio y de la fatiga, cuando se han agotado todas nuestras posibilidades, cuando hemos sido desahuciados (desde la playa otros nos ven y mueven la cabeza) o, peor aún nosotros mismos nos hemos desahuciado (inclinamos la cabeza como señal de impotencia e incapacidad), clamaremos…
—¡Maestro!, ¿no tienes cuidado que perecemos? —¡Señor, sálvanos, que perecemos —¡Maestro! ¡Maestro! ¡Nos estamos hundiendo!
Entonces el Señor se levantará y reprenderá a la tormenta y callará al mar y se hará bonanza.
5. Nuestra fe ha sido probada
Y cuando nos pregunte ¿en donde esta vuestra fe…?
Entenderemos de nuestra vulnerabilidad y de su grandeza, de nuestra debilidad y de su fortaleza.
Solo entonces sabremos con quien hemos estado viajando y entenderemos que nuestra fe ha sido probada porque así lo exige el lugar y la región de Gadara a donde vamos, allá en donde están los endemoniados aquellos a quienes en el nombre de Jesús habremos de liberar.
No son fuerzas naturales las que habremos de enfrentar sino a los mismos poderes espirituales y sobre de ellos en el nombre de aquel que reprende las tormentas y sujeta a los mares “en el nombre de Jesús” habremos de obtener la victoria.
Suelta amarras en el nombre de Jesús. Navega en el nombre de Jesús Oriéntate en el nombre de Jesús Ánclate en el nombre de Jesús.
Porque es en el nombre y solamente en el nombre de Jesús en quién habremos de embarcarnos, navegar, enfrentar tormentas y alcanzar la otra orilla de la vida misma.
Hechos 4:12 Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.