En busca del tesoro perdido

En busca del tesoro perdido


No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazónMateo 6:19-21

Las palabras de Jesús en el texto anterior, siguen teniendo relevancia hoy en día. El corazón del hombre, producto de la insensibilidad espiritual se ha endurecido, a tal punto que hemos sustituido nuestro tesoro más preciado por otros tesoros.


Desde el mismo momento de la caída del ser humano producto del pecado, el hombre perdió la virtud mas importante para su sobre-vivencia en la tierra: “la relación con Dios”. Esa relación del hombre con su creador es la necesidad más fundamental que tiene la humanidad, a tal punto, que el hombre ha buscado esa dependencia perdida en otros medios, y no lo han conseguido. Desde famosos de la música, hasta los más estudiosos, han tratado de encontrar el tesoro perdido sin ningún éxito.

Pero eso no es todo, el cristianismo también ha sido afectado. Hoy en día vivimos en una sociedad muy aferrada al consumismo, a los excesos y a lo mundano, y así corromper al pueblo de Dios. Cada día, nuestro comportamiento se parece mas al camino de los no cristianos, y eso me preocupa mucho. Surgen varias preguntas que es importante que nos hagamos: ¿será que se nos olvidó que somos la sal de la tierra? ¿Qué somos la luz del mundo? ¿Será que hemos cambiado nuestro más preciado tesoro?

Hoy en día hay más entretenimiento “cristiano”, desde conciertos de todo tipo, hasta programas atractivos que caen en el emocionalismo, pero hay poca relación con Dios” hay poca búsqueda. Hay más conferencias teológicas, pero poca integridad.


Creo firmemente que lo que la iglesia del siglo 21 necesita, es reestablecer su relación con Dios de manera personal. Ya basta de tanto ruido espiritual, es la hora del silencio con Dios, del susurro de Dios, de la intimidad con Dios. Veamos como podemos redescubrir el tesoro perdido

1. DEBEMOS HACERNOS LAS SIGUIENTES PREGUNTAS: ¿Dónde esta mi tesoro hoy en día? ¿Qué cosas le están robando a Dios el primer lugar en nuestras vidas? ¿esta nuestro corazón secuestrado?

Para responder a las preguntas anteriores, es importante que reconozcamos cuales son los falsos tesoros.

Yo, personalmente clasifico los tesoros en dos partes: LOS TESOROS NEGATIVOS Y LOS TESOROS POSITIVOS Aunque los dos son dañinos, la diferencia radica, en que, los tesoros positivos son más difíciles de soltar, debido a que se mezcla con la vida cristiana. Veamos cuales son los tesoros negativos

• La riqueza
• El poder
• La fama
• El placer

Muchos, inconscientemente tenemos esos tesoros en el corazón, y producto de eso, la relación con Dios se pierde, y los mas triste es que no nos damos cuenta.

LOS TESOROS “POSITIVOS”

• El matrimonio
• Los hijos
• El éxito
• El activismo eclesiástico (el ministerio)

Todos esos tesoros son buenos, pero todos tienen que tener su lugar. Ninguno de estos tesoros debe estar por encima de Dios. Dios tiene que ser lo más importante de nuestras vidas, no hay sustitutos para Dios.

Con respecto a los dos últimos, es importante que estemos muy atentos, ya que muchos consideran el éxito como resultado de vivir en la voluntad de Dios, sin embargo, es posible que Dios no este detrás de eso, ya que las metas alcanzadas y los logros, se han entronado en el corazón, dejando a Dios a un lado.

Con respecto a la actividad eclesiástica, es vital que probemos nuestro corazón, ya que hoy en día muchos quieren servir a Dios, pero en el fondo lo que hay es la necesidad de alcanzar fama, reconocimiento, viajes, comodidad, etc. Eso es egolatría, donde el ministerio y nosotros mismos le quitan el primer lugar a Dios

TRABAJANDO SIN RELACIÓN CON DIOS

“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa.

Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.

Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”

Lucas 10:38-41

Trabajar en la obra de Dios es importante, pero debemos trabajar no para la obra del señor, sino, para el SEÑOR DE LA OBRA.

Es bueno que trabajemos, que nos involucremos, pero nunca descuidemos lo mas importante: “la relación con Dios”.

2. RECUPERANDO NUESTRO TESORO “LO QUE SE HABÍA PERDIDO”

Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.


Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.

Mateo 18:10-11

Comprender el pasaje anterior nos va a dar la clave para vivir a plenitud la vida cristiana y así recuperar lo que se había perdido.

Muchos al leer este pasaje se confunden ya que creen que lo que se había perdido es la oveja, es decir el ser humano. Pero eso va más allá de la perdida de la oveja. Si leemos bien el texto nos dice que Jesús vino a buscar LO QUE SE HABÍA PERDIDO, no QUIEN SE HABÍA PERDIDO. Para salvar a la oveja, es importante buscar LO QUE SE HABÍA PERDIDO. Veamos:

¿Quién se había perdido? LA OVEJA

Pero ¿Qué se había perdido? EL AMOR, LA RELACIÓN, LA DEVOCIÓN Que bueno que Jesús nos halla dejado esta parábola, ya que en ella encontramos el deseo de Dios de encontrarse nuevamente con su creación. Al pastor dejar las 99 ovejas por buscar a una, no es mas que la expresión del amor de Dios para con nosotros, esa relación que se perdió cuando entró el pecado y todos fuimos destituidos de esa gloria y de esa relación. El tesoro perdido es “la relación, la devoción, la búsqueda de ese amor perfecto que existía en el principio” pero gracias a Dios, que envió a su hijo Jesucristo para que retornemos a esa relación con nuestro creador.

Es una lastima ver a cristianos que no tienen relación con Dios. Cristianos sin hábitos espirituales, sin disciplina espiritual y como resultado de eso se origina anorexia espiritual, que no es más que el enflaquecimiento de la vida espiritual. Esa anorexia espiritual nos hace débil frente a las artimañas del enemigo, es por eso que somos propensos a caer de cada rato, todo por no ser fuertes por no tener hábitos espirituales.

3. HÁBITOS ESPIRITUALES: MANTENIENDO LA MIRADA PUESTA EN EL TESORO


Todos sabemos que es orar, que es leer la Biblia y que es vivir la vida cristiana, pero son pocos los que tienen esos hábitos espirituales.

El trabajo, los estudios, la familia, los compromisos, etc. hacen que nos cansemos físicamente, y es hay donde la oración y la lectura de la palabra se hace mas difícil. Entonces, debemos recuperar esos hábitos hoy mismo. Quiero hacerles una pregunta para que se respondan ustedes mismos: ¿Cuándo fue la última vez que tuviste un encuentro con Dios en la intimidad, tú y Dios solos en tu habitación o lugar de oración? ¿Cuándo fue la ultima vez que te deseaste que ese momento no terminara? ¿Cuándo fue la última vez que hiciste tu estudio personal de la Biblia? ¿Qué memorizaste varios versículos bíblicos?

Si fue hace tiempo, entonces debemos comenzar hoy mismo a buscar esos hábitos. ¿Cómo? Muy sencillo, apartar tiempo para Dios todos los días para leer la Biblia y orar. Comenzar desde lo mínimo, es decir, orar 5 minutos diarios y aumentarlos todas semanas. Leer un capitulo diario y memorizar un versículo y cada semana ir aumentando. Con el tiempo será más natural y se convertirá en un hábito que no podrás dejar con facilidad.

Comencemos hoy mismo a buscar esa relación con Dios a través de los hábitos espirituales y veremos que nuestras vidas dará un cambio de 180 º.