El testimonio del sepulcro vacío

El testimonio del sepulcro vacío


Lucas 24:1-12


El sepulcro vacío testifica:


I. Del poder de Jesús.


Durante su ministerio en la tierra Jesús demostró de muchas maneras su poder, para sanar, para controlar la naturaleza, para echar fuera demonios, para levantar muertos, para proveer alimentos y muchas cosas más. Pero después de su muerte en la cruz hizo una demostración mucho más grande de su poder, al tomar su vida nuevamente resucitando de entre los muertos.


Juan 10:17-18 17 Por esto me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.”


La parte final del v.17 muestra que el sacrificio no se consideraba como un fin en sí mismo. La resurrección estaba en la mente de Cristo como una conclusión triunfante. Hay dos asuntos que deben ser subrayados en este respecto:


1. El carácter voluntario de la entrega de Cristo, esto fue una decisión de él, no le fue impuesto por nadie ajeno a su persona, él en su poder quiso hacerlo, y sólo él tenía el poder para hacerlo.


2. La autoridad de Jesús, ésta autoridad proviene de su deidad. Él poseía vida en sí mismo y él es la fuente de vida, por esa razón tenía la autoridad de entregarla y tomarla cuando quisiera.


¿Habrá algo imposible para aquel que tiene poder y dominio sobre la vida y la muerte? Con este hecho asombroso, único en la historia de la humanidad, Jesucristo demuestra lo ilimitado de su poder. El pensar en esto debe despertar en nosotros admiración, agradecimiento, dependencia y confianza en Dios.


Admiración por lo grande de su poder y por su superioridad ante nosotros que simplemente somos sus criaturas, lo cual nos invita a alabarle y rendir nuestras vidas en adoración a él. Agradecimiento por habernos dado vida y preservarla hasta el día de hoy. Dependencia, entendiendo que somos insuficientes para cuidarnos nosotros mismos y satisfacer nuestras necesidades. Confianza porque si vivimos para el vivimos y si morimos para el morimos, sea que vivamos o que muramos somos del Señor.


El sepulcro vacío testifica:


II. De la victoria de Jesús.


La resurrección de Jesús no es simplemente un acontecimiento histórico importante, es un sello que garantiza la victoria de Jesús. Con la resurrección Jesús vence:


1. Al pecado: Romanos 5:18-19 18 Así que, como la ofensa de uno alcanzó a todos los hombres para la condenación, así también la justicia realizada por uno alcanzó a todos los hombres para la justificación de vida. 19 Porque como por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron constituidos pecadores, así también, por la obediencia de uno, muchos serán constituidos justos.


Jesús con gran poder, con justicia y obediencia venció al pecado que asediaba a la humanidad, ahora el pecado puede alcanzar y condenar sólo a los que no decidan refugiarse en Jesús el Salvador.


Con la resurrección Jesús vence:


2. A la muerte: Romanos 6:9 Sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él


Esto es resultado de su poder y ese poder nos alcanza. El sepulcro no pudo contener a Jesús, la muerte no pudo retenerlo, por eso el es vencedor.


Con la resurrección Jesús vence:


3. A Satanás: Romanos 16:20 Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás debajo de vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesús sea con vosotros.


Apocalipsis 20:10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.


El sepulcro vacío testifica:


III. Que hay esperanza para los seguidores de Jesús.


1. Esperanza de vida:


Vida abundante: Juan 10:10 El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.


La vida en abundancia implica la salvación y el sostenimiento por parte de Dios al ser humano.


Vida eterna: Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.


Todos los hijos de Dios seremos inmunes a la segunda muerte, esto gracias a la obra magnífica de Dios en Cristo.


2. Esperanza de libertad del yugo del pecado: Romanos 6:14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, ya que no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.


El pecado ya no tiene potestad sobre los hijos de Dios. Mientras vivamos tendremos que lidiar con tentaciones, pero la diferencia radica en que contamos con el socorro de Cristo para soportarlas.


3. Esperanza de vencer sobre la muerte:


Muerte espiritual: Romanos 6:5-8 5 Porque así como hemos sido identificados con él en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la semejanza de su resurrección. 6 Y sabemos que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; 7 porque el que ha muerto ha sido justificado del pecado. 8 Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él.


La muerte espiritual no debe ser una preocupación para los hijos de Dios, ya que Cristo la ha vencido y nos ha dotado de vida eterna.


Muerte física: 1 Tesalonicenses 4:16 Porque el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán primero.


Juan 6:39-40 39 Y ésta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el día final. 40 Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mira al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final.


El que cree en Jesús no morirá para siempre, sino que será levantado el día final, como lo enseña la Palabra de Dios.