El poder de la lengua

El poder de la lengua


Santiago 3:1-12


Introducción:


Durante estas últimas semanas hemos estado hablando acerca del libro de los proverbios, libro escrito por Salomón, un hombre conocido por su gran sabiduría.


Llama la atención los consejos prácticos que están contenidos en este libro. En algún momento señalamos digno de admirar el que un hombre sabio de tanto conocimiento pueda resumir la vida de una manera tan práctica.


Este libro forma parte de la colección de literatura sapiencial judía. El equivalente de este libro en el Nuevo Testamento es el libro de Santiago.


Si el libro de los Proverbios nos hablan de la practicidad de la vida.


El Libro de Santiago nos habla de la practicidad de la fe cristiana.


Con esto quiero señalar que el libro de Santiago no trata los grandes temas doctrinales de las epístolas de Pablo. Sino más bien esta orientado a exhortar al pueblo cristiano para que “la realidad de la fe, sea mostrada por los hechos y las actitudes”.


Si hay una frase que distingue a este libro, esta es:


(RVA) Santiago 1:22 – Pero sed hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.


Es decir poner la Palabra por Hecho. Por acción.


Al igual que el libro de los proverbios distingue la sabiduría humana de la divina: la primera tiene que ver con conocimiento, con ciencia; la segunda, con conducirse en toda rectitud, con proceder en sabia mansedumbre, con hacer la voluntad de Dios.


En este sentido, una definición de sabiduría sería:


“Ordenar toda la vida humana según la voluntad de Dios, viviendo rectamente”


Dominando la lengua.


Es libro, al igual que el de Proverbios, toca varios temas de la vida diaria, el poder de las palabras y su efecto en la vida de las personas es uno de ellos.


La imagen que utiliza para referirse a la lengua: Pequeño freno, pequeño timón, pequeña chispa.


Santiago nos impresiona con estas imágenes, quiere asegurarse, seamos concientes del poder de la lengua y de la responsabilidad del que abre la boca para hablar.


a. Enfatiza los peligros:




  • i. “Todos ofendemos muchas veces” (v.2)



  • ii. “Ningún hombre puede domar la lengua” (v.8)


Pablo estaba conciente del impacto negativo de la lengua


(RVA) Efesios 4:29 – Ninguna palabra obscena salga de vuestra boca.


El sentido de la palabra, sapros {sap-ros’}: fruta podrida, fea y hedionda.


Expresiones huecas, lo que no edifica, lo que ataca, humilla, critica, culpa, burla, desanima, amenaza, lastima, engaña.


También, el sarcasmo que hiere, el humor que humilla, lo que trae disensión; la información que rompe amistades y arruina reputaciones.


Si la lengua puede hacer tanto mal, nos dan ganas de no abrir la boca jamás.


(RVA) Proverbios 21:23 – El que guarda su boca y su lengua guarda su alma de angustias.


Nos acordamos de las veces que las palabras hirieron lo mas profundo de nuestro ser, pero pocas veces recordamos las heridas profundas que nuestras palabras han ocasionado a los demás.


Pero también es con la lengua con la que bendecimos al Dios y Padre… (v. 9)


Pablo nos dice que es posible que el cristiano diga buenas palabras.


… sino la que sea buena para edificación según sea necesaria, para que imparta gracia a los que oyen. Ef. 4:29.b Estas son: palabras de animo, estimulo, afirmación, afecto, admiración, agradecimiento, humildad, compromiso, apoyo, entusiasmo; palabras que piden o dan apoyo y consejo, que enseñan, que piden perdón y perdonan, que sanan heridas, que reconocen, que comparten


¿Por qué dije tal cosa? Jesús contesta esta pregunta:


Mateo 12:34-37 – Generación de víboras! ¿Cómo podréis vosotros, siendo malos, hablar cosas buenas? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno del buen tesoro saca cosas buenas, y el hombre malo del mal tesoro saca cosas malas. 36 Pero yo os digo que en el día del juicio los hombres darán cuenta de toda palabra ociosa que hablen. 37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.


Es tu corazón y no el diccionario lo que da significado a tus palabras.


Porque critico, porque murmuro, porque lanzo palabras con la intención de lastimar, porque comento el pecado o la falta del otro, porque exagero delante de los demás?


¿Cuáles son algunos pecados del hablar?


a. El Chisme.




  • i. Sabemos que la noticia no es toda la verdad y lo decimos — estamos frente a una difamación o calumnia.



  • ii. Sabemos que la noticia es verdad y pensamos que muchos o todos deben saberlo — estamos frente al chisme y la murmuración.


(SRV) Santiago 4:11 – Hermanos, no murmuréis los unos de los otros.


b. La indirecta.




  • i. Silencio embarazoso, cejas arqueadas, mirada burlona.



  • ii. No tenemos que decir las cosas en la cara para que la comunicación sea clara y dura.


c. La adulación.




  • i. Si el chisme es decir a espaldas de una persona lo que uno no le diría teniéndola en frente, la adulación significa decirle de frente lo que no diríamos a sus espaldas.



  • ii. Le expresamos un cumplido, le elogiamos, pero insincera mente.



  • (RVA) Proverbios 29:5 – El hombre que lisonjea a su prójimo le tiende red ante sus pasos.



  • iii. Un hábito con propósitos de manipulación.


d. La critica.




  • i. Tiene como propósito mostrarnos sabios, superiores rebajando a otros con nuestra crítica.



  • ii. Mecanismo de autodefensa, de ataque, de revancha, de celos, de envidia, etc.



  • iii. Critica constructiva, su propósito es mejorar las condiciones o la conducta.


(RVA) Mateo 7:1 – No juzguéis, para que no seáis juzgados.


El corazón que habla bien.


a. Un corazón arrepentido. Cada vez que pecamos con la lengua, examinar los móviles que me llevan a hacerlo y confesar las actitudes al Señor.


b. Un corazón agradecido


c. Un corazón que conoce el amor de Dios.


d. Un corazón que ama a Dios.


e. Un corazón que ama a la gente.


f. Un corazón humilde


¿Cuáles principios ayudan a hablar bien?


a. Aprendamos a escuchar. No toma placer el necio en la inteligencia, sino se deleita en ventilar sus propias opiniones. Prov. 18.2


b. Busquemos la ayuda del Maestro. Pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios. No dejes que se incline mi corazón a cosa mala. Salmo 141:3-4


c. Pensemos antes de hablar. El corazón del justo piensa para responder; más la boca de los impíos derrama malas cosas. Prov. 15:28


d. Discernamos la necesidad del momento. … la que sea buena para la necesaria edificación. Ef. 4:29


e. Valoremos el silencio. El que carece de entendimiento menosprecia (habla mal) a su prójimo; mas el hombre prudente calla. Prov. 11:12


Conclusión:


Oremos por un corazón que produzca buenas palabras en el momento adecuado. La meditación de la palabra, el arrepentimiento y la sumisión a Dios obrarán por el Espíritu Santo los cambios necesarios. Dios desea controlar y usar nuestro hablar para lograr sus propósitos eternos.