El evangelio ante las alternativas religiosas
Lucas 2:41-52
Introducción
La palabra religión puede tener dos orígenes: re-ligare que es volver a unir, esto se entiende al ser humano con Dios; o bien relegere que significa volver a leer, especialmente, los textos sagrados. El Evangelio incluye ambos aspectos del término: su propósito es la redención del ser humano a través de Jesucristo, y a la vez Jesús mismo y su evangelio tiene como fundamento una “re-lectura” de los escritos sagrados del judaísmo.
Pero, aunque en sí misma la palabra “religión” no es negativa, sin embargo hablar de religión o religiosidad es algo que ha estado desvirtuado durante muchos años. Esto es debido a que las expresiones “religión” o “religiosidad” se asocian a formas y ritos, que muchas veces se ven como arcaicas, vacías o estériles. Se piensa en la religión como algo que repite las cosas, las palabras, las formas. Cuando alguien cumple algo “religiosamente”, entendemos que lo hace de forma sistemática e irreflexiva. Sin embargo, María y José hacían algo “religiosamente”: iban al Templo de Jerusalén todos los años; y esto no se muestra como algo negativo, sino como una práctica adecuada para su fortalecimiento espiritual, y además como una práctica que permitiría las primeras manifestaciones del Mesías en la sede religiosa de su pueblo. Doce años antes se le había traído a Jesús a presentarlo en el templo, y Simeón y Ana habían hablado de él. Sus Padres cumplieron con Jesús “todo lo prescrito en la Ley del Señor” (Lc 2:39). Este cumplimiento de las disposiciones nos muestran que:
1. El evangelio comenzó inserto en un medio religioso.
El medio religioso en el que se origina el evangelio con Jesucristo tiene un antecedente de casi 2000 años, desde el llamamiento de Abraham. Nosotros creemos que fue a través de la historia de Israel donde Dios, el único y verdadero Dios, quiso darse a conocer a la humanidad. El Evangelio y Jesús mismo nunca niega este origen primordial, pero hace uso de este medio religioso para precisar la revelación de Dios. Por eso es que:
2. El Evangelio supera su propio medio religioso.
La novedad que trae Jesucristo a la fe de Israel es principalmente el hecho que las profecías que anunciaban la venida del Mesías se han cumplido. Una de estas profecías la hemos leído en Malaquías 3:1, se sabía que el Mesías vendría al templo, se sabía de su carácter purificador para la fe… pero el problema es que no vino como se pensaba que debía venir. Una de las formas en que vino al templo fue como un curioso jovencito de 12 años. Esto y muchas otras cosas así causan la decepción del pueblo, pero en especial de los líderes, que se ven amenazados en su posición y ven descubierta su hipocresía. Sin embargo, Jesús cumplió plenamente su propósito al venir, al morir y al resucitar… esto es anunciado desde el inicio de la narración: vean ustedes:
a) Jesús viene al templo, a Jerusalén, en el tiempo de la Pascua, al mismo lugar y tiempo donde al fin de sus días sería juzgado y padecería la crucifixión.
b) Jesús está “perdido” durante tres días, lo cual además de ser un dato seguramente real, es un anticipo ya de los tres días en que estaría Jesús en el sepulcro
c) A Jesús se le “encuentra” después de buscarlo en Jerusalén de nuevo, que es donde se darían las primeras apariciones de Jesús resucitado.
d) La gente que lo escuchaba en el templo se maravillaba o se asombraba, así como los discípulos también se asombrarían al conocer noticias de la resurrección.
e) Sus padres “no entendieron” sus palabras, cosa que se repite a lo largo de su vida, pues la gente y sus propios discípulos “no entienden” hasta que es levantado de los muertos y entonces a sus discípulos “les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras” (Lc 24:45).
Como hoy, entonces había una gran oferta religiosa, pero el evangelio y Jesús, al presentar y hacer énfasis en un sacrificio perfecto en rescate por muchos, al anunciar el escándalo de la cruz, y la certeza de un Mesías resucitado, supera por mucho el medio religioso en el cual se originó, pero sobre todo:
3. El evangelio se muestra como la verdadera y única vía religiosa.
La fe en Jesús no se presenta sólo como una alternativa religiosa más. Hoy hay toda una variedad de movimientos religiosos, algunos buscan ser acordes a la época, promoviendo el consumismo y el “pago en efectivo” para obtener “bienes de salvación”. En efecto, luego de una época que ha defraudado la esperanza de hombres y mujeres confiados en los logros humanos, donde al contrario del progreso, salud y bienestar que se esperaba se encuentran con guerras, ambición, pobreza e incertidumbre económica, luego de esto, las ofertas religiosas proliferan. Pero no en toda oferta religiosa hay verdad, aunque se prometa, no en toda oferta religiosa hay la respuesta que se busca, no en toda oferta religiosa hay una parte de Dios, como a veces se piensa… La verdadera vía para el bienestar integral del ser humano esta, hoy como siempre, en el sencillo mensaje del Evangelio. Jesús, en medio de esta época con una humanidad defraudada y confundida vuelve a mostrarse en humildad, como un pequeño niño que nace, como un jovencito preguntón de 12 años, como un Hijo de Dios que da a conocer a un Padre amoroso, perdonador y cuidador.
Conclusión
Esta sencillez del evangelio, que no es difícil de entender pero a veces difícil de aceptar, es la que se ofrece para nosotros hoy, en estos primeros días del año. Cuál va a ser nuestra reacción? Cuál va a ser nuestra respuesta? Si nos hemos propuesto cambiar… recordemos que sólo en Jesús podemos ser transformados; si nos hemos propuesto hacer muchas cosas… recordemos entre ellas lo que el Evangelio nos pide; si te has propuesto que tu fe crezca y vivas mejor tu vida espiritual, tu vida religiosa… pon a Jesús en el centro de tu corazón y él hará esto por ti y muchas más cosas… Deja que él sane tu vida y te dé esperanza…
El poder de una vida verdaderamente religiosa esta en la fe en Jesucristo.