El desafío de ser comunidad
INTRODUCCIÓN
1. Análisis de la realidad histórica:
¿Quién no va a decir: “año nuevo, vida nueva”?. Pero la realidad va ser muy diferente, porque a partir de este nuevo año, la humanidad empezará a cosechar lo que sembró en este, como los atentados en Nueva York y la guerra injustificada contra los talibanes. Muchos se jactan que en los últimos años hemos obtenido grandes avances tecnológicos: no sólo se ha llegado a la luna sino que se ha explorado el espacio exterior con mayor detalle; se han creado los mejores aparatos que están al servicio de la medicina; pero también al servicio de la muerte, por los armamentos y armas bacteriológicas que tienen la finalidad de extinguir a la humanidad. Se han construido las más potentes computadoras, de tal manera que podemos viajar por todo el mundo por Internet; la industria y el comercio ha generado condiciones de vida social cómoda para los que la pueden adquirir, se han creados modelos económicos capitalistas como el neoliberalismo que ha facilitado el mercado común europeo y el libre comercio empresarial entre países. Pero todo esto sólo ha generado una sociedad cada vez más deshumanizante, donde la identidad y la dignidad humana han quedado en un segundo plano: “no importa quién eres tú, sino lo que representas y lo que tienes”, nos han reducido a números y estadística. Se han elaborado instituciones y sistemas que están por encima de la dignidad humana; hoy en día es preferible sacrificar a personas que el sistema al cual dependen esas personas. Para este año que viene, se tiene la sospecha que se perderá por completo el concepto comunidad y se exaltará con mayor ímpetu el concepto individualidad.
2. La problemática de la supremacía de la institucionalidad en la sociedad, es que ha influido en gran manera a muchos grupos altruistas y asociaciones de servicio, pero también a la iglesia cristiana. Esta condición mundial de la institucionalidad ha afectado la esencia e identidad del cristianismo, muchos cuerpos, grupos o sectores eclesiales se han deshumanizado en darle suma importancia al sistema y la burocracia, que en un momento dado, han sacrificado a hermanos (as) y a personas que buscan el rostro de Cristo por mantener el sistema o conservar la institución religiosa (testimonio del joven enfermo de SIDA que llego a Bethel).
3. La propuesta de hoy, que lleva un sentido paradójico, es que en medio de este avance tecnológico e institucional, regresemos al modelo “antiguo”, el proyecto de Cristo: formar una verdadera comunidad de esperanza, amor y servicio (Objetivo de la Iglesia).
4. Analizaremos una iglesia que estaba cayendo en un terrible problema de institucionalidad. El libro de Apocalipsis tiene dos aspectos importantes que desarrolla el autor: lo escatológico y lo profético. Las cartas tratan de problemas concretos y actuales de las iglesias destinatarias. El tono de Jesús en las cartas, es el de quien está al corriente de todo lo que ocurre en cada comunidad y se ocupa personalmente de su salud espiritual. En un tono sereno, tranquilo, imparcial, objetivo, de quien calibra en su justo punto lo bueno y lo malo de cada iglesia. No hay afán castigador, sino preocupación amorosa del Buen Pastor. Exhorta, pero respeta la libertad humana. Está dispuesto a perdonar las culpas, pero exige arrepentimiento de ellas.
I. UNA IGLESIA QUE RESPONDE A LA MISIÓN DE JC.
La iglesia de los Efesios es una de las más reconocidas y elogiadas por el Señor, tiene muchas virtudes que la hacen gloriosa. Su formas de organización hace que los demás la cataloguen como una iglesia que responde a las expectativas de la misión cristiana. Ser una iglesia de esta naturaleza requiere un precio alto que hay que pagar en forma constante.
Éfeso era una de las ciudades más grande e importantes del Asia proconsular; era una ciudad cosmopolita con un puerto marítimo floreciente. Era un centro comercial y religioso significativo (donde se encontraba el templo de Diana); el ambiente de esa ciudad era pagano (políglota) e inmoral: practicaban el comercio sexual. Desde que Pablo fundó la iglesia en Éfeso, la consideró una de las más gloriosas; hubo curaciones, liberaciones, exorcismos, conversiones. También hubo una fuerte oposición al Evangelio: se practicaba la magia y la superstición. Por esta razón, algunos judíos querían imitar a los apóstoles echando demonios (Hch. 19:13-16).
Cuatro acciones constantes de la iglesia de los Efesios, la caracterizan como una iglesia que responde a la misión de Jesucristo:
1. No soportaba a los malos: los malos son sinónimo de injustos, carentes de amor fraternal, sin misericordia, con acciones inmorales. Su conciencia está corrompida y está encaminada en buscar el mal del otro, buscar la caída y perdición del inocente. Estos constantemente niegan la verdad del Evangelio y no se someten al disciplina. La iglesia no soportaba a los malos, excomulgaba a aquellos que no se sometían a la autoridad de Cristo.
2. Desenmascaraban a los falsos apóstoles, a los que predicaban falsas doctrinas. Estos falsos apóstoles eran doctores judaizantes, como los que combatía el apóstol Pablo. Imponían a los cristianos ordenanzas carnales; se creían ser los únicos enviados por Jesucristo. La iglesia los había desenmascarados observando su conducta, examinando su doctrina, y habían probado que eran mentirosos.
3. Sufrían fuertes persecuciones por amor de Cristo por parte de los romanos y de los judíos.
4. Repudiaban a los nicolaítas. Este grupo, que se decía ser seguidor de un tal Nicolás, transgiversaban la doctrina de la Gracia que enseñaba Pablo, diciendo que al ser salvos por la Gracia divina, entonces hay lugar para hacer lo que se desea, dando rienda suelta a la carne, porque a fin de cuentas ya somos salvos. Los escritos de Ireneo, Clemente y Tertuliano (padres de la iglesia) mencionan que los miembros de esta secta, se entregaban al vicio y al adulterio, comiendo cosas ofrecidas a los ídolos y demostrando su amor por los placeres de la carne. Parece que también sostenían errores respecto a la persona de Jesucristo.
En resumen, confirmamos que la Iglesia de Éfeso era una comunidad activa y fiel al cumplimiento de la misión que le fue encomendada por su Señor.
II. UNA IGLESIA LLAMADA A SER COMUNIDAD
El mensaje se dedica al ángel de las siete iglesias, es decir, al profeta de la comunidad o a los pastores que dirigían una de esas iglesias. Jesús había presentado a la iglesia de Efesio como la que tiene las siete estrellas en su mano y los siete candeleros de oro. Las estrellas simbolizan la imagen proyectada ante la sociedad, no era una iglesia que pasaba desapercibida ante los ojos de los ciudadanos de Éfeso, al contrario era un foco de atención y atracción. Era una iglesia gloriosa que adquirió fama y una posición social de tal forma que se estaba proyectando como una de las tantas instituciones religiosas, aunque con propósitos evangélicos diferentes.
A continuación de esta descripción de la iglesia, el autor muestra la inconformidad de Jesús: “haz dejado tu primer amor”. El sentido del texto no se refiere al problema del abandono de la fe, no es la invitación al regreso a la fe de Jesús o al amor de Dios, porque la descripción de esta iglesia, muestra los frutos de esa fe cristina. Regresar al primer amor es asumir el reto de volver a vivir en comunidad de amor en la koinonía y no caer en la institucionalidad que genera relaciones impersonales e inhumanas.
Jesús les estaba advirtiendo del peligro que finalmente las iglesias cayeron en años posteriores. Las primeras iglesias se habías constituido como comunidades de fe, vendían sus propiedades y compartían todas las cosas en común, como los bienes, el pan, las oraciones, todos juntos en casas. A pesar de las persecuciones, las comunidades se fortalecían día con día y resistían la oposición al Evangelio. Años después, cuando Constantino declaró a la iglesia como religión lícita, entonces empezó a acomodarse al sistema de poder, construyó catedrales como las demás religiones; para darse a conocer en la sociedad romana, comenzó a institucionalizarse y a jerarquizarse (la autoridad declarativa). La iglesia en comunidad era profética: enfrentaba alegremente la tortura y moría valientemente en el martirio. No se preocupaba de su supervivencia, porque creía en la promesa del Señor que le garantizaba la vida eterna. Los ministros y pastores marchaban al frente, ministrando a sus hermanos y muriendo por el Señor. La iglesia institución es oportunista: desea defender su lugar en el mundo; su existencia ya no es problema de fe, sino resultado de la prudencia y de acomodarse para sobrevivir en medio de los regímenes totalitarios. El ministro y el pastor ya no es el que camina libremente a dar testimonio hasta es martirio, sino que, por lo general se ve arrastrado por la ola de la posición económica y social, camina detrás del rebaño y no raras veces, asiste al exterminio de sus profetas llenos de miedo de reticencias y de llamamientos de fidelidad no a Cristo, sino a la iglesia-institución.
La iglesia antes de ser institución, es comunidad de esperanza, comunidad de amor y servicio, donde sus integrantes se sanan mutuamente y se fortalecen. Se llama a la iglesia a hacer las primeras obras. Jesús no predicó la iglesia, sino el Reino de Dios, que significa liberación para el pobre, consuelo para los que lloran, justicia, paz, perdón y amor. No llama a los súbditos a ser más sumisos, humildes y leales, sino que libera para la libertad y para el amor que permiten al súbdito, más libre, crítico y leal sin ser servil y hace, a quien detenta el poder, ser siervo, hermano. En la iglesia como comunidad se promueve la fraternidad, solidaridad con los más pequeños, con los últimos de la tierra, con los pecadores y hasta con los enemigos. Se renuncia a juzgar a los demás, amor indiscriminado, perdón sin límites.
CONCLUSIÓN
El desafío de la iglesia ante la entrada a un nuevo siglo, es regresar al proyecto original de Cristo, que su iglesia sea una verdadera comunidad de fe y esperanza. Las iglesias institucionalizadas deben de mediar esa naturaleza, así como las nuevas, deben de cuidarse de no caer ahí, no porque lo institucional sea malo “per se” sino que tarde o temprano podría darse mayor importancia a la estructura institucional que a las personas que buscan una comunidad de refugio.
Poema de una mujer que se acercó a pedir ayuda a una iglesia que era toda una institución (basado en Mt. 25:31-46):
Tuve hambre, y formaron una comisión para considerar mi problema.
Estuve en la cárcel, y se retiraron en silencio a orar por mi libertad.
Estuve desnuda, y reflexionaron sobre la inmoralidad de mi aspecto.
Estuve enferma, y agradecieron de rodillas por su propia salud.
Necesitaba un techo, y me predicaron sobre el refugio del amor de Dios.
Estuve en soledad, y me abandonaron para ir a orar por mi.
Parecen tan santos, tan cerca de Dios… pero yo todavía sufro hambre, frío y soledad.