Consumado es

Consumado es


Juan 19:30Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es

¡Consumado es¡

Para ti y para mí, dos palabras sencillas de pronunciar, pero sacar aire para gritarlo a todo pulmón desde lo más profundo del corazón, clavado de pies y manos en aquella cruz, representa para cada uno de nosotros el fin de una vida en esclavitud y el principio de libertad eterna.

Vamos a concentrarnos por el momento en los capítulos 1 al 14 de Éxodo, reflexionemos en lo que esta historia representa, regresemos la mirada años antes de la crucifixión de Cristo, a un pueblo llamado Israel, elegido por Dios como su pueblo y esclavizado por Egipto durante 430 años, Dios decide liberarlos y muestra su poder para hacerlo, pero analicemos un poco el comportamiento del pueblo, antes de su liberación, eran esclavos y algunos querían ser libres, conocían su propia condición y no la aceptaban, por otro lado tal vez algunos otros no se daban cuenta de su realidad ya que no conocían la libertad y no tenían idea de cómo podía ser eso que algunos anhelaban porque todos sus años habían vivido como esclavos. Después de su liberación, recordemos un poco la actitud de Israel cuando salieron al desierto, las reclamaciones a Moisés cuando estaban frente al mar con los enemigos tras de ellos manifestaban su ceguera, estaban atrapados no solamente por los Egipcios, sino también por su propia comodidad ya que a pesar de los años de servidumbre que habían sufrido le decían a Moisés que en Egipto, por lo menos tenían un techo donde dormir cómodamente y comían tres veces al día, se convirtieron en un pueblo que perdió de vista su verdadero origen, un pueblo que se extravió en las labores diarias de la esclavitud, un pueblo que dejo de ver y de creer en su propio libertador.

Sabes que tal vez tu ya seas elegido para formar parte del pueblo de Dios, pero has ignorado su voz por preferir vivir en tu propia comodidad, no te has dado cuenta que eres esclavo de tu propio pecado y eso no te deja ver el alcance que puede tener tu vida con Cristo, ¿Cómo te encuentras hoy? Déjame decirte, estas viviendo una vida dependiendo de ti mismo creyendo que lo que haces es suficiente para estar en la mesa junto con Cristo, sin haberlo invitado por lo menos a cenar contigo.

¡Consumado es! Son palabras que indican que no hay nada que el hombre pueda hacer para salir de su esclavitud o en otras palabras, no te puedes salvar tu mismo. La Biblia enseña que el hombre sin Cristo está muerto y como cualquier muerto, no puede hacer nada para revivirse así mismo, para revivir, necesita recibir la vida desde afuera, A Israel lo liberó Dios no ellos mismos.

Por eso cuando Cristo dice CONSUMADO ES la salvación es una obra terminada, y no un proyecto que puede hacer uno mismo. A Israel comportarse correctamente ante su amo terrenal, Egipto, no le garantizaba la libertad, de igual forma nosotros, las buenas obras no pueden ganar la salvación. Por más sincera que sea su devoción, eso no puede pagar sus pecados.

Regresando al relato

Cuando Dios los liberó y salieron al desierto se toparon con un mundo de agua imposible de pasar, se sintieron atrapados, indefensos, desesperados a punto de morir y tuvieron miedo.

Algunos cristianos que dicen haber creído en Jesucristo como su Salvador, pasan los días preocupándose por si Dios verdaderamente los ha aceptado. Nunca están seguros de su relación con Dios, y por eso viven atrapados en el desánimo que produce el fracaso ante las tentaciones. No te olvides que por medio de Cristo hemos sido aceptados por Dios, “Consumado es” significa que nuestra aceptación por parte de Dios es completa. Somos aceptados por Dios no por lo que hacemos, sino por lo que Cristo hizo en la cruz por ti y por mi.

Lo mas impactante de este relato es que justo antes de salir de Egipto El poder de Dios se manifestó de 10 formas diferentes, pero la ultima es la que nos ocupa el día de hoy, antes de quitarle la vida a los primogénitos de Egipto, Dios da instrucciones precisas de cómo sus elegidos no sufrirían el mismo dolor, en Éxodo capitulo 12 versos 21 al 23 dice “Moisés mandó llamar a todos los ancianos israelitas y les dijo: “Vayan y tomen un cordero para sus familias, y mátenlo para celebrar la Pascua. 22La sangre debe quedar en una olla; tomen después un manojo de ramas de hisopo, mójenlo en la sangre, y unten la sangre por todo el marco de la puerta de la casa. Ninguno de ustedes debe salir de su casa antes del amanecer. 23Cuando el Señor pase para herir de muerte a los egipcios, verá la sangre por todo el marco de la puerta, y pasará de largo por esa casa. Así el Señor no dejará que el destructor entre en las casas de ustedes.

Observemos que Dios no dijo sacrifiquen un cordero y serán libres, requería además de un acto de obediencia, si no es así, ¿para que servía la vasija con sangre?, cada uno, si quería ser librado de la muerte tenia que actuar, debería sumergir la rama de hisopo en la vasija y pintar el marco de la puerta.

Esa noche cuando el destructor recorría la ciudad para tomar cada primogénito de Egipto, reconoció las puertas marcadas por la sangre del cordero, esa sangre les dio la libertad de la esclavitud y partió la historia del pueblo en dos, esa sangre cambió una vida de opresión por la tierra prometida.

Dios también a nosotros nos ha hecho una promesa, la vida eterna junto con él, es por esa razón que la muerte de Cristo es muy sencilla de entender, nos libera de pecado, nos libra de la muerte eterna y nos saca de la esclavitud perpetua. Seamos concientes y aceptemos nuestra culpa, los que llevamos a Cristo a la cruz, fuimos tu y yo, No hay más grave delito que persiga Dios en todo el Universo que tu pecado y el mío y fuera de Cristo, no existe esperanza.

Consumado es, significa que no se puede hacer nada más, ni se necesita nada, más que la muerte de Cristo para asegurar nuestra salvación.

Debemos tener muy claro que sin la sangre del cordero de Dios cubriéndonos, que sin el resguardo de la sangre del cordero pintada en la cruz, nuestro precio a pagar por el pecado, es la muerte, pero Cristo, con su vida compró nuestra libertad.

Un grito desgarrador, dos palabras, partieron la historia de la humanidad en dos, CONSUMADO ES, te deja una silla en la mesa, al lado de Jesucristo, con la cena servida, los utensilios puestos y el alimento caliente, listo para que lo tomes.

Dios dio la vida de su hijo como cordero, tu pecado y mi pecado lo destazaron, lo desangramos hasta vaciarse, y la sangre de Jesucristo hoy esta en una vasija lista para usarse, es tu decisión usarla, o dejarla en la olla para que cuando el destructor pase, no reconozca tu casa.

Si nunca te has arrepentido de tus pecados, te exhorto a que en este día clames a Cristo por la salvación de tu alma. No hay nada más que hacer al respecto que reconocer tu culpa ante él y acudir a Jesucristo para recibir el perdón de tus pecados.

Te amo Jesús.