Como aprovechar al máximo las Injusticias

Como aprovechar al máximo las Injusticias


1 Pedro 2:18-25


INTRODUCCIÓN 

¿Por qué sufre el justo? Esta es la pregunta que sin duda se han hecho los hombres durante muchos siglos. En medio de las injusticias y sufrimientos, uno se pregunta: ¿Dónde está Dios? Es una verdad que el sufrimiento es parte de nuestras vidas. Y cuando se trata de los sufrimientos por la causa de Cristo, los ejemplos abundan. Se cuenta que en el Concilio de Nicea, una reunión importante de las iglesias en el siglo cuarto, de los 318 delegados que asistieron, menos de 12 de ellos no habían perdido algún ojo o alguna mano, o una pierna lastimada debido a las torturas sufridas por su fe cristiana. Sin duda alguna, Dios quiere que aprendamos la dura lección del sufrimiento. Pero, ¿por qué Dios permite que suframos? En esta ocasión consideraremos 3 motivos por los que Dios permite el sufrimiento injusto. 

I. EL SUFRIMIENTO DE UNA INJUSTICIA NOS DA LA OPORTUNIDAD DE SER APROBADO POR DIOS (vss. 19,20) 

Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. 20Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 

A. En la época de Pedro muchos creyentes eran esclavos, o criados, y a ellos les podía ser fácil someterse a sus amos que eran gentiles y bondadosos, pero aquí el apóstol los está animando a ser leales y perseverantes aun si llegaran a sufrir un trato injusto. Pero, ¿de dónde venía este trato injusto para ellos en particular? 

B. La historia dice que los cristianos tenían que vivir bajo el desagradable rumor de que practicaban el incesto, de que tenían orgías sexuales y aún de que permitían el canibalismo. No gozaban de una libertad religiosa, por lo que nadie los protegía de profesar sus creencias sin temor de ser agredidos, principalmente por sus patrones. 

C. Hay dos razones básicas por las que podemos llegar a padecer un sufrimiento en esta vida: por algo indebido que hicimos o por no hacer nada indebido; en otras palabras: sufrimos justamente o sufrimos injustamente. Desde luego que no hay ningún mérito en sufrir por algo que merecemos; un sufrimiento así nos debería causar vergüenza. Mucha gente no se conmueve al ver a los delincuentes llorar y decir que están totalmente arrepentidos. Si Ud. llega caluroso de la calle e inmediatamente abre el refrigerador, no se ponga triste cuando enfrente una fuerte gripa o peor, una neumonía. 

D. En este pasaje, Pedro está animando a los creyentes al decirles que Dios aprueba al creyente que haciendo lo correcto sufre injustamente; en otras palabras, si al vivir responsablemente recibimos a cambio una injusticia, Dios se alegra si no tomamos el asunto en nuestras manos. Dios quiere que glorifiquemos su nombre en todas las circunstancias, y en nuestro caso, cuando acudimos al Señor en búsqueda de su gracia para soportar y aguantar, estamos asegurándonos de salir adelante en medio del sufrimiento. 

E. Con toda seguridad Ud. y yo habremos enfrentado o estaremos enfrentando una situación como ésta; si así fuera el caso, la Palabra dice que Ud. no debiera preocuparse, porque al recibir la aprobación de Dios, seguramente Ud. contará con la fuerza suficiente para soportarla. 

F. Ante una injusticia, Dios le da la oportunidad de recibir la aprobación de él: si Ud. decide dejarle a Dios el control, él le elogiará; si buscando la aprobación de los demás, Ud. toma justicia por su propia cuenta, dejará de contar con el poder de Dios para enfrentar su sufrimiento. 

II. El SUFRIMIENTO DE UNA INJUSTICIA NOS DA LA OPORTUNIDAD DE IMITAR A CRISTO (VS. 21) 

21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas Este texto nos enseña una gran lección: El llamado que nos ha hecho Cristo, no sólo incluye la salvación de nuestras almas; sino también está incluido el sufrir por él. 

Filipenses 1:29 – Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él…, 

A. Sufrir por Cristo no sólo consiste en sufrir persecución por predicar el evangelio: cuando tratamos de vivir una vida entregada al Señor, obedeciendo sus mandamientos en cada oportunidad, es frecuente enfrentar oposición. Si a la hora de comer, Ud. ora públicamente, Ud. enfrentará la burla de sus compañeros, hasta el punto de descubrir que sus alimentos hayan desaparecido. Al resistirse a algún soborno, Ud. enfrentará una de las más terribles oposiciones, puesto que estará yendo en contra de lo que hace “todo el mundo”. 

B. De igual manera, Cristo enfrentó grandes injusticias -la cruz tan sólo fue una de las más grandes. Nadie ha sufrido más como nuestro Señor cuando estuvo aquí en la tierra. Algunos ejemplos incluyen los siguientes: cuando nació, Herodes lo quiso matar; después de sanar a un enfermo, lo acusaron de violar el sábado; sus mismos hermanos no creían en él; después de sanar a un endemoniado, se quejaron de él y tuvo que salirse de allí, porque lo querían apedrear; fue traicionado y negado por algunas de las personas que convivían cerca de él, después de estar muy cerca de ellos durante 3 años, etc. 

C. Y aún así, Cristo nos dejó sus huellas para que sigamos sus pisadas. Creo que no hay oportunidad más grande-aunque más difícil- de imitar a Cristo que en el sufrimiento injusto. No olvidemos que el propósito final que Dios tiene para nosotros es el de hacernos semejantes a su Hijo Cristo; es por eso que Él permite que lleguen a nuestras vidas varias injusticias, para darnos la oportunidad de crecer en semejanza a nuestro Señor. 

D. Así que no nos extrañe cuando suframos injustamente, pues el ejemplo de Cristo es el patrón por el que los creyentes debemos entender nuestro paso por este mundo. No olvide que los que conocen el camino de Dios, lo pueden encontrar en la oscuridad. 

E. Nuestra anhelo debería ser el mismo de Pablo cuando decía: Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir en mí el poder de su resurrección y la solidaridad en sus sufrimientos; haciéndome semejante a él en su muerte, 11espero llegar a la resurrección de los muertos. (Fil. 3:10 DHH) 

III. EL SUFRIMIENTO DE UNA INJUSTICIA NOS DA LA OPORTUNIDAD DE CRECER ESPIRITUALMENTE (VSS. 22,23) 

22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente… 

A. Alguien ha dicho que atravesar por una tragedia es como meterse en agua hirviendo. Si Ud. es como el huevo, la aflicción lo hará duro e insensible. Pero si Ud. es una papá, saldrá suave y dócil, maleable y adaptable. Es decir, si atravesamos por el camino de la aflicción con la actitud correcta, podremos desarrollar los frutos de paciencia, mansedumbre, fe y templanza. Tal vez se oiga chistoso, pero debemos pedirle a Dios que seamos como una papá. 

B. Mire con detalle todo lo que Dios quiere que experimentemos en una circunstancia difícil: 

1. Quiere que aprendamos a mantenernos puros: …no hizo pecado… 

2. Quiere que aprendamos a hablar la verdad: …ni se halló engaño en su boca… 

3. Quiere que aprendamos a devolver bien por mal: …no respondía con maldición… 

4. Quiere que aprendamos a confiar plenamente en su justicia …encomendaba la causa al que juzga justamente 

C. Con razón el apóstol Santiago nos exhorta a gozarnos cuando nos encontremos en diversas pruebas. Y de igual forma, recordamos con esperanza que “…a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, …Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo… 

D. Si Ud. está atravesando por alguna aflicción injusta, deje de lamentar su situación, y no se pierda de todo lo que Dios desea producir en su vida al permitirle experimentar este temporal sufrimiento. Confíe en que Dios mismo está detrás de todo controlando cada minuto de su vida, produciendo en su interior el carácter de Cristo en Ud.

CONCLUSIÓN 

Pedro concluye su exhortación enfatizando que detrás de cualquier sufrimiento de una injusticia siempre hay algo más grande que Dios quiere lograr. Dice: 

24quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas. (vss. 24,25)

Cristo murió para que nosotros pudiéramos tener vida. 

Cristo llevó nuestras enfermedades para que nosotros pudiéramos experimentar una salud que un día será perfecta y eterna. 

Cristo tuvo que sufrir en la cruz el abandono de Su padre para que nosotros pudiéramos encontrar el refugio en aquel que hoy es nuestro Pastor y Cuidador de nuestras almas. Si hasta ahora Ud. no ha podido enfrentar con éxito alguna aflicción, algún sufrimiento injusto, le exhorto en el nombre del Señor a confiar plenamente en la gracia del Señor, que entiende perfectamente su corazón. Si Ud. decide glorificar a Dios en esta circunstancia, él le dará su aprobación, Ud. crecerá en semejanza a Cristo, y se convertirá en un creyente maduro, que será de gran bendición para otros.