Actitudes en torno al pesebre

Actitudes en torno al pesebre


“.. Hágase conmigo, conforme a tu palabra” (Lucas 1:38)


Está comprobado que esta época se caracteriza por ser en el año la estación en donde más movimiento comercial se registra, el ajetreo navideño, se convierte en el preámbulo del estrés innecesario de una temporada mal entendida y mal celebrada. El insolvente condado de Dade éste año cuenta con el árbol de navidad más grande del estado, a un costo de $225,000 dólares, ubicado en el Bay Front Park, es por lo visto el orgullo estacionario, mientras a unos cuantos metros de allí, irónicamente deambulan los desamparados


Es triste reconocerlo pero en esta época del año es cuando más accidentes se registran, el derroche de comidas y de bebidas es escandaloso, las cuentas de electricidad suben considerablemente por las luces que iluminan indiscriminadamente, los precios de pasajes aéreos suben al doble y no siempre se consigue espacio, las personas adquieren más deudas al no poder comprar las cosas de la temporada, las tiendas y centros comerciales abrirán más temprano y cerrarán tarde para aprovechar vender sus artículos, las fiestas y entretenciones estarán por todas partes, la agenda de actividades está totalmente llena, incluso algunos no podrán asistir ni a sus iglesias por tantos compromisos adquiridos. Sucederán muchas desgracias en estos días, pero el mundo no se va a detener por eso, ni por eso se dejará de celebrar “otra navidad”.


Si piensa ir a Belén para conmemorar y celebrar románticamente el nacimiento de Cristo, mejor es que vaya al Bethehem de Pennsylvania, porque el primero está totalmente devastado por los actos de violencia y terrorismo que en nombre de la justicia se cometen a diario. Si acaso quiere ver en estos días un panorama al menos parecido al de tierra santa, mejor es que vaya al área de Orlando, en el estado de la Florida, allí hay un parque de atracciones llamado la Experiencia de Tierra Santa, y quizás sea más entretenido, más seguro y hasta más barato. La otra opción sería no ir tan lejos y preparar el corazón con una verdadera disponibilidad para recibir a Cristo en su hogar. Ya no tiene que hacer largas travesías para ir y adorar como lo hicieron aquellos sabios que fueron del oriente buscando la estrella de Belén, porque ahora es Dios mismo quien nos sale al encuentro con el maravilloso mensaje de la Navidad. Dios no quiere de nosotros sacrificios vanos, ni dramas inoperantes, ni esfuerzos insípidos, ni espiritualidades fingidas, ni fachadas de piedad; sino un corazón disponible, en el cual la sencillez, la humildad y la gratitud sean los factores determinantes para una celebración significativa.


Quizás valga la pena recordar un poco acerca de cómo fueron los preparativos que se hicieron para dar lugar a la primera navidad. Dice Lucas en su primer capítulo que un ángel llamado Gabriel fue el portador que llevó a una joven virgen llamada María el más maravilloso mensaje de amor y de esperanza. Es significativo como Dios vuelve su mirada hacia esos sectores humildes. Bien pudo haberse dirigido a mejores ciudades y a familias más cultas y de mejores recursos para ser los receptores del niño y del mensaje, sin embargo ocurrió en los lugares menos indicados, Nazareth, cuidad pobre y sin antecedentes de grandeza y cuna de nada; luego Belén, otra ciudad pequeña e insignificante.


Enfoquemos ahora la atención en las sencillas personas que fueron los protagonistas elegidos para tan maravilloso drama: María y José, Elisabet y Zacarías. ¿Qué habría de grande o de digno en ellos? humanamente hablando nada, no tenían riquezas, ni títulos, ni mucho menos categoría; sin embargo el Dios que resiste a los soberbios y da gracia a los humildes, colmó de bendición a estas parejas visitándolas con su Espíritu de gracia. Dios se agradó de la sencillez y devoción con que aquellas personas se conducían delante de él. En la alabanza de María conocida como el Magnificat, se puede apreciar la desarrollada confianza que ella tiene en el Dios de sus antepasados, y la seguridad en sus benditas promesas.


Dios sabía que aquellas humildes personas recibirían con gozo el mensaje y al mensajero, sabía que ellos tenían disponibilidad para llevar adelante sus planes de redención, aún cuando desconocían los detalles, ejercían fe en la soberanía de Dios. Había en aquellas sencillas personas una capacidad para obedecer al pie de la letra sus planes divinos, al grado que aquella joven de corta edad y poca experiencia pudo decir: “Hágase conmigo, conforme a tu palabra”


Cualquier celebración navideña resultaría una mueca o una burla de temporada, si no celebramos en un verdadero espíritu de sencillez, humildad, receptividad, devoción, reverencia, alabanza, disponibilidad y obediencia incondicional al Señor que se ha dignado en visitarnos y redimirnos. No permitamos que las luces artificiales nos hagan creer que eso basta para sabernos en navidad, hagamos de esta celebración una maravillosa experiencia familiar, vivamos intensamente esta navidad, a lo mejor podría ser la ultima en tu itinerario. Asegúrate de que Jesucristo verdaderamente estè morando en tu corazón.


ENCIENDE TU LUZ DE NAVIDAD


No esperes que sea navidad para ser portador de buena voluntad, Busca hoy llenar corazones con notas de encanto y amistad. Pero hazlo cada día pues tienes de Dios los dones, Para encender luces que iluminen corazones.


No tienes que regalar adornos que no se van a usar, Intenta mejor de ternura y amor corazones colmar. Tu mejor tarjeta de navidad podría ser tu sonrisa sincera El cariño a tiempo antes que el ser amado se te muera.


Si pretendes celebrar de Cristo su navidad, Debes entonces tener sentimientos de humildad. No dejes que se te apague el ángel que te procura, Enciende la llama viva que a vida eterna perdura.


Y si acaso tienes tiempo y deseas compartir, No te olvides que hay criaturas que no tienen donde ir. Y quizás tu corazón a partir de hoy podría, Convertirse en un albergue de amor y de alegría.

Actitudes en torno al pesebre

Actitudes en torno al pesebre


Mateo 2


Reacciones en torno al pesebre


Todavía recuerdo las distintas reacciones en torno al 11 de septiembre, fecha trágica que de alguna manera cambió la fisonomía de la libertad y la democracia en éste país. Recuerdo reacciones de asombro, ira, lástima, dolor, y hasta de alegría en pobres niños palestinos que salieron a las calles a celebrar la tragedia de otros. Los seres humanos de acuerdo a la cultura, la herencia, los intereses y hasta a las amenazas, solemos reaccionar de muchas e inesperadas maneras. Algunas personas y no pocas, podrían reaccionar con más gozo y euforia ante la sorprendente noticia de tener en sus manos un billete de lotería premiado con una elevada cifra, y sin embargo ser indiferentes al mensaje de la navidad.


Sería bueno averiguar que es para nuestros hijos lo más significativo de la navidad, y aún para nosotros cuál es el verdadero significado y con qué espíritu lo celebramos. Mientras tanto remontémonos en el tiempo y vayamos al pesebre, y descubramos juntos, quienes fueron los que advirtieron la llegada de aquel recién nacido y cuáles fueron sus reacciones. Comencemos con los que no aparecen en el pesebre, con los malos de la película, pero que desafortunadamente a muchos de nosotros representan.


Mencionemos primeramente a Herodes, este personaje es el que manifiesta su temor a que otro le quite su lugar e interfiera en sus egoístas planes, él no está dispuesto a que nadie amenace su vida, posición, influencia y prestigio. Su reacción es indagar acerca del recién nacido pero para eliminarlo. Este ser de instintos bajos, movido por la sospecha y la desconfianza, está dispuesto a desprestigiar, a difamar, y hasta cometer la peor matanza registrada en la historia, pues se dice que eliminó a todos los niños menores de dos años. Su odio y hostilidad no tienen límites, aún cuando era conocedor de la promesa de un Mesías.


Los sacerdotes y escribas, aquellos que debieron estar al día con las noticias y mostrar diligencia ante el proceder de Dios en la historia, no fueron hostiles como en anterior, pero fueron totalmente indiferentes, no les interesó en lo absoluto el nacimiento de Cristo, prácticamente no significó nada para ellos, y por lo visto siguieron con sus oficios religiosos.


José y María indudablemente son los protagonistas más destacados en el sentido de que fueron las personas favorecidas que Dios usó para tan maravillosa tarea. Esta joven pareja representa a todos aquellos que son receptivos al mensaje y los planes de Dios. La sencillez y la devoción hacen posible que Dios se complazca en favorecer y bendecir a tantas personas, las cuales a su vez se convierten en portadores de un mensaje de fe, de amor y de esperanza, y que por cierto tanta falta hacen en una sociedad como la nuestra. Si de nuestros hogares pudieran surgir jovencitos y jovencitas como José y como María, estoy plenamente seguro que notables diferencias se marcarían en la vida familiar, y que Dios estaría complacido con aquellas congregaciones que semanalmente abren sus puertas para dar lugar a la adoración.


Los pastores, primeros en escuchar las alabanzas angelicales y recibir las nuevas de gran gozo en cuanto al nacimiento del niño en Belén, representan a la clase pobre, obrera, sin prestaciones sociales, explotados y oprimidos, y que según estadísticas serias, el 80% de la población mundial es pobre. Cientos de miles de niños mueren de hambre anualmente, en África, un continente tan lacerado por las injusticias sociales es alarmante el índice de personas que mueren de SIDA, desnutrición y hambre. Siempre es pertinente pensar en la manera en que Schweitzer leyó e interpretó el evangelio al ver a África el continente pobre como el Lázaro de la parábola y a Europa vio como el rico disfrutando de sus espléndidos banquetes, por no decir Estados unidos hoy en día.


Del lejano oriente, de esos lugares que producen el crudo que abastece a la mayor parte de la población mundial, punto estratégico en la configuración cosmográfica para la próxima guerra nuclear, punto decisivo desde donde y hace el cual apuntan los modernos mísiles, y cuna de la Meca en donde supuestamente se honra a Dios, pero se odian a los infieles, cristianos y judíos; de allí partieron a Belén, buscando la estrella, tres pintorescos personajes que querían poner a los pies de Cristo sus preciosos dones, admiración y reverencia. No escatimaron costo ni sacrificios para tan arriesgada y difícil tarea. Estos personajes a los cuales en algunos lugares se les rinde más honor con fiestas que al mismo Cristo, representan a todos aquellos que con sincera devoción buscan a Dios de todo corazón y con toda diligencia proyectan sus esfuerzos y capitales para honrar al Altísimo Señor de la navidad, de la creación y de la historia.


Por supuesto que también en torno al pesebre habían otros seres irracionales, y aunque usted no lo crea, también a muchos representan, pues cuando la más maravillosa historia de amor ha sido dada, y a los seres humanos no responden con gratitud, ni les interesa la buena voluntad de Dios, entonces es válida la comparación, aunque con la misma se tenga que ultrajar a aquellos pobres animalitos que estaban en su elemento y que hoy son ornamentos de temporada.


SENTIMIENTOS Y REACCIONES EN TORNO AL PESEBRE


Acaba el Verbo divino misteriosamente incursionar Del cielo trayendo luz que solamente Dios puede dar. Y en torno al pesebre del que solo brota virtud Los humildes se aproximan en reverencia y gratitud. Saciándose de gozo al presenciar en plenitud El rostro del tierno niño de quien brota beatitud. Divina entrega que en la quietud de una noche serena Toma forma soberana de Dios la gracia plena.


Mientras tanto y no muy lejos el mísero gobernante Al corrupto Herodes encarna con su sistema alienante. Y en nombre de la justicia mata, roba y engaña Depravado terrorista que vierte su odio y saña. Sacerdotes profesantes religiosos sin devoción En sus hipócritas confesiones también van a perdición. Que miseria la de muchos que agonizan en pecado Despreciando de la gracia lo que el cielo les ha dado. Que desgracia la que aquellos que pudieron contemplar Mas no quisieron de Dios el regalo aceptar.


Otras almas sin embargo con sedienta devoción Encontraron en el niño esperanza y redención. De una virgen aldeana su regazo se embellece Al abrazar la criatura que Dios al mundo ofrece. Del oriente misterioso unos sabios han llegado A rendir preciosos dones al Altísimo encarnado. Que dichosos los que vieron y con gozo recibieron Lo que Dios de su bondad los profetas concibieron. Que felices los humildes esos pobres reverentes Acertaron con la estrella que no vieron los videntes. Venturosos los que oyeron celestiales melodías Quedando para siempre inundados de paz y armonía.


Y con gozo regresaron las buenas nuevas a dar Por caminos y distancias la esperanza a proclamar.