Los grandes también se desploman
1º de Samuel 17:49 – David tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente y cayó, sobre su rostro en tierra.
1. SER GRANDE NO SIEMPRE ES SINÓNIMO DE SEGURIDAD.
La Palabra del Señor dice: “Y Saúl… de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo. Y tuvo temor al gigante (1º de Samuel 9:2) y fue destituido de su gobierno”. ¿Sabía usted que la Federal de Caminos, ó la Marina, ó el Ejército, selecciona personal que debe medir una estatura sobresaliente? ¿Será para resolver los conflictos sociales o solo para impresionar a la ciudadanía? Pero no te olvides, Goliat cayó.
A. La historia nos habla de hombres y mujeres que soñaron con ser grandes y formaron su propio imperio; tuvimos el gran Egipto, con todo y sus Faraones; la gran Babilonia, con sus sabios y astrólogos. Y que decir de la intelectual Grecia.
B. La historia también nos hace recordar de famosas estrellas de cine, o famosos atletas, o boxeadores que también quisieron la grandeza. Hoy en día viven en las más terrible miseria, sin que nadie les recuerde. Pero, ¿qué fue lo que causó su extinción? ¿que fue lo que le redujo a simple cenizas? ¿Qué fue lo que produjo su ruina? La Palabra de Dios dice en Romanos 3:23 “Por cuanto todos pecaron, están destituidos de la Gloria de Dios”, y Romanos 6:23 dice “que la paga del pecado es muerte y destrucción”.
Y hoy en día: lo mismo sucede con las poderosas naciones. Nos hemos vuelto demasiado tolerantes: Nos hemos vuelto demasiado flexibles. Las Iglesias están uniendo parejas de homosexuales y de lesbianas. Los Ministros se hacen operaciones para cambiar de sexo. Los padres se preocupan más porque los hijos lleven a la escuela, en lugar de lonche o torta, una bolsa de preservativos. se ha quitado de las manos la Biblia y se les pone un fúsil para matar. Se han practicado toda clase de vicios. Se han olvidado de los valores morales. A esto el Señor le llama PECADO, y todas las naciones y los imperios y los grandes hombres y los grandes estadistas que no se arrepientan y BUSQUEN Y SIRVAN AL SEÑOR, por muy gigantes que sean CAERÁN y se derrumbarán por los suelos y quedarán en la RUINA.
2. SER GRANDE EN BASE A PRACTICAS DEMONÍACAS ¡NO DA SEGURIDAD ESPIRITUAL!
Deuteronomio 32:17 “Sacrificaron a los demonios y no a Dios, a dioses que no habían conocido, a nuevos dioses venidos de cerca…”
Vivimos en una sociedad donde todos queremos alcanzar la prosperidad, el éxito y la riqueza por el camino más corto y más fácil. Los estudiantes y los empresarios, el mundo artístico, cantantes y actores, han sido objeto de escándalo, por su participación en misas negras, a fin de tener fama y éxito. Un hombre se estaba bajando de un coche. Al verlo lo reconocí, era un conocido y próspero comerciante; pero algo me llamó poderosamente la atención: de su cadena colgaba un Cristo, de cabeza y una santa muerte. ¿Sabía usted que esta simbología corresponde al grupo satánico del 666 ? ¿Sabía usted que este número lo tienen tatuado en la mano ó en la espalda? ¿Sabía usted que en lugar de quemar incienso, queman azufre? ¿Tiene idea de cuantos grupos como éstos existen alrededor suyo? ¿tiene usted idea de cuantos vecinos respetables, como el que yo menciono, viven cerca de ustedes? ¿Ahora si se entiende porqué muchos de la noche a la mañana tienen dinero, casas y comercios? Usted también, todo esto y más podrá tener. ¿Pero, vale la pena pagar el precio? ¿Vale la pena ser un segundo Judas? La Palabra del Señor dice: “Porque ¿de qué le aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y al final perdiere su alma? ¿O que recompensa dará el hombre por su alma?” Mateo 16:26. El profeta Ezequiel, dice, que el alma, no la podemos hipotecar, porque es del Señor (18:4)
3. SER GRANDE EN BASO AL ACUMULAMIENTO DE BIENES, NO DA SEGURIDAD AL ALMA. Lucas 12:18-21, 16:22-24.
La Palabra del Señor en Lucas 12:18 “El rico dijo: derribaré mis graneros… y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos, y mis bienes. Y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados…para muchos años, repósate, come, bebe, regocíjate”. Pero más adelante el Señor da un calificativo, un mensaje y una pregunta: NECIO, esta noche vienen a pedirte tu alma y lo que has provisto ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoros y no es rico para con Dios.
Hace muchos años, conocí a una persona en la frontera con Bronsville, Texas. Estaba en una de las camas del Hospital; era diabético, había perdido la vista, le habían cortado 15 centímetros del intestino grueso y se lo habían sacado para defecar, por un lado del estómago. Los riñones se habían paralizado, tres veces por semana era urgente llevarlo a una máquina de Estados Unidos para hacerle lavado de sangre, y era menester pagar en dólares. Era dueño de varios edificios, tenía varias terminales de carros de sitio y algunos restaurantes, además de una gran mansión para su familia. Él dice, que empezó a trabajar desde los 6 años, vendiendo chicles. Guardaba el dinero para su madre, a veces solo tomaba refresco con pan. Trabajó hasta su juventud, malpasándose y guardando siempre su dinero, hasta juntar toda su fortuna. AHORA ESTABA MURIENDO, ahora tenía que entregar su alma al Creador; materialmente tenía grandes riquezas, pero ante Dios, era el más miserable de los mortales; su alma estaba desde tiempo atrás, completamente vacía. En ese último momento, dijo: Hábleme del Señor Jesucristo, quiero entregarle mi alma y quiero su perdón y su salvación. Entonces aceptó a Cristo como su Salvador y después murió, pero con una sonrisa en sus labios, había dejado de sufrir.
Es bastante cierto, que tenemos necesidades básicas, como el dinero, alimento, vestido, casa, educación. Pero hemos descuidado el elemento más importante de nuestras vidas: DIOS, y nuestra alma.
En Lucas 16:22-24 se relata la triste historia de un hombre que en vida tuvo muchos bienes materiales. Y desde el más allá hace una súplica: Padre Abraham, ten misericordia de mí, envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama, llama, llama de fuego.
En Apocalipsis 20:12 dice el Señor: Y ví a los muertos grandes y pequeños, de pie ante Dios, y los libros fueron abierto, y otro libro fue abierto, el cual es el Libro de la Vida, y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Y el que no se halló escrito en el libro de la Vida, fue lanzado en el Lago de Fuego; y esta la segunda muerte. Arrepiéntete, y ve al encuentro de tu Dios. Y dile, perdóname Señor, todos mis pecados y ofensas cometidas contra Ti. Yo me quiero entregar a Ti. Déjame servirte y dame tu Eterna Salvación.
CONCLUSIÓN:
“De modo que si alguno está en CRISTO, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas” 2a. Corintios 5:17.