Cómo lograr su propósito en la iglesia
El siguiente estudio busca responder a esta interrogante. Lo hemos puesto en práctica en nuestra iglesia y da resultado.
Sé que te será útil también a ti.
Cuerpo: “Y me dijo: Escribe la visión… para que corra el que leyere en ella.” Habacuc 3:2.
No solo estamos en los últimos días; es el tiempo en que el Señor dará su última manifestación gloriosa a la iglesia con el fin de cautivar nuestros corazones y atraer a él a los millones que han no han llegado a sus pies. La invitación de Dios es salirnos del conformismo, la apatía y el sueño espiritual para entrar a una dimensión de obediencia donde el reto es grande pero la capacidad para lograrlo estará con nosotros y todo nos será posible.
Contamos con los mas grandes recursos en la historia del hombre; es posible lograr en poco tiempo lo que se hubiera tardado siglos en alcanzar en tiempos atrás; el mundo espiritual está en actividad constante para contrarrestar las fuerzas malignas y dar el último golpe a través de la iglesia a las huestes espirituales de maldad que tienen al hombre enceguecido y paralizado para rendirse a los pies del Señor.
No queda más que aceptar el reto y levantarse; afrontar con fe los tiempos que vivimos y lograr la más grande cosecha jamás soñada. La iglesia del presente es la iglesia del futuro que soñaron los videntes hace muchos años. Es la iglesia que ama fervientemente al Señor, se somete a él, le busca de corazón, ama a las almas perdidas y posee un sentido de unidad los unos con los otros.
Este el tiempo perfecto, Dios va delante de nosotros quitando todo obstáculo para lograr la más grande cosecha de todos los tiempos, mientras que su iglesia se levanta con poder y vive en los beneficios gloriosos alcanzados por Jesucristo en la cruz del calvario y en su resurrección.
La voz del Señor pregunta: ¿a quién enviaré y quien irá?
Nuestros corazones, ya santificados y deseosos de ver su gloria responden: Henos aquí, para hacer tu voluntad, para vivir en la libertad que nos diste a través de Cristo, para amarnos con el perfecto amor que soñaste y en la unidad por la cual clamaste y para ejercer el poder que nos otorgaste antes de ascender al cielo. Estamos listos para ser testigos y proclamar el Reino de Dios entre las naciones.
Para lograr sus propósitos debemos vivir en los fundamentos que la Biblia muestra y que conmoverá nuestras vidas:
1. Oración. 2 Crónicas 7:14, habla a su pueblo; a nosotros, iglesia que históricamente ha ido decayendo y se ha conformado, iglesia que ha perdido la dirección y se ha desviado del verdadero propósito para su vida; hoy el llamado es humillarnos, orar , arrepentirnos de nuestros malos caminos con el fin de que su gracia nos envuelva y vivamos la vida de victoria en todas las áreas.
Marcos 1:35 nos da el secreto en la vida de Jesús para un ministerio poderoso: todos debemos practicar la búsqueda de su rostro. La forma la encontramos en Juan 4:35 donde se nos dice que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en Verdad, por que esos son los adoradores que el Padre busca que le adoren. Debemos vivir esta clase de búsqueda y no descansar hasta que cada uno este viviendo esa vida y disfrutando las gloriosas consecuencias.
Todos los hombres que triunfaron fueron de oración; los momentos gloriosos de su pueblo, llámese Israel o Iglesia, ministerios o grupos, fueron aquellos momentos en que sometidos de rodillas a Dios buscaron su voluntad y vieron su gloria. Los grandes movimientos, individuales o colectivos se fundamentaron en la oración. Mientras no comprendamos esto y lo practiquemos lo demás será vano y estaremos perdiendo el tiempo trabajando con nuestras propias fuerzas y no con las de él , quien dijo que separados de mi nada podemos hacer. San Pablo expresa que nos debemos fortalecer en el Señor y en poder de su fuerza, tomando la armadura de Dios, Efesios 6:10-12; no hacerlo es querer avanzar hacia delante contra un ejercito maligno que esperará para detenernos y burlarse de todos nuestros esfuerzos mientras los días y los años pasan y las almas se pierden.
2. Ayuno. Todo aquel que se propone a ayunar sacará el tiempo exclusivamente para Dios, ni siquiera desviará su mente para tomar alimento alguno; y estará sumido en la oración, la lectura de la palabra, la adoración y alabanza y la constante meditación mientras busca la voluntad de Dios para su vida y el poder de lo alto para servir, Mateo 17:21 cuenta la historia de aquel muchacho que llevaron a Jesús y no pudieron liberar; la razón era que solo a través de un sometimiento poderoso al Señor en ayuno y oración era posible . Retos grandes y poderosos demandan una vida de búsqueda fuerte hacia Dios.
La gran aventura misionera de Pablo inició un día en que la iglesia se apartó para ayunar. Hechos 13:1-3.
Grandes experiencias se viven apartados con Dios, cuando mostrando una inmensa sed de su gloria subimos al monte y le buscamos de todo corazón. Piense en el ejemplo de Moisés y como este hombre se apartaba de su familia, del pueblo y de sus diarios quehaceres para subir al monte y encontrarse con Aquel que creó los cielos y la tierra.
3. El fundamento de la palabra. Por encima de cualquier libro, la Biblia es la palabra directa de Dios para nosotros; debemos amarla, acudir de constante a ella, buscar el consejo en sus páinas y fundamentar todo aquello que queremos lograr en sus escritos. Cuando Josías, el rey de ocho años que gobernó a Israel con el temor de Dios, encontró la ley de Dios su corazón fue impactado y restableció el servicio a Dios y conmovió a su pueblo haciéndolo caminar en las palabras del Señor. De la misma forma, cuando se le permite a Nehemías regresar de Persia para restablecer el muro; no solo hizo la obra, sino que reunió al pueblo para leer la palabra divina y cuando estos la oyeron lloraron delante de Dios y su gracia fue derramada sobre ellos; Nehemías 8.
Es Josue quien afirma que si leemos la palabra de dí y de noche haremos prosperar nuestro camino y todo nos saldrá bien, Josué 1:8; es el primer salmo que dice que si meditamos la palabra de día y de noche seremos como árboles plantados junto a corrientes de aguas, daremos fruto y todo nos saldrá bien, Salmo 1:1-3.
4. Vivir en la fe que viene de Dios.
A través de la fe se lograron las más grandes obras de los santos. Esa fe avivada por el sometimiento a Dios y la lectura de la palabra, logró que dichos hombres conocieran la voluntad divina y actuaran seguros de que serían respaldados por su poder. Fe es estar convencidos de que lo que anhelamos y soñamos vendrá, es estar plenamente seguros de que lo que no vemos se materializará; ese es la enseñanza de Hebreos 11:1; el material que Dios utiliza para hacer su obra es la nada misma; Dios solo necesita su palabra; y con ella creó todas las cosas; si hablamos la palabra divina veremos grandes resultados; Marcos 11:22-23.
5. Practicar el amor unos con otros y con los de afuera. La iglesia es una familia, debemos estar dispuestos a bendecir a los de la familia de la fe, pero también a todo aquel que nos necesita. Es importante recordar la parábola del Buen Samaritano, entendiendo como resume la voluntad de Dios para nuestra vida: “Amaras al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo “
6. Dar en todo la gloria a Dios. El hombre soberbio hace alarde de sus logros, el humilde da gloria al Señor. Pocos hombres lograron lo que Pablo logró; su vida estaba rodeada de múltiples virtudes; sin embargo, pudo decir que la excelencia del poder es de Dios y no de nosotros; por que el gran tesoro que es Dios mismo, está guardado en vasos sencillos de barro que somos nosotros, 2 Corintios 4:7.
Todo aquel que se humilla será levantado y el que se exalta será humillado, Lucas 14:11; Dios, dice el profeta, habita con el quebrantado . Santiago dice que el da gracia a los humildes y resiste a los soberbios, Santiago 4:6.
7. Tener un profundo amor por las almas perdidas, iniciando en nuestros pueblos alrededor y extendiéndonos al mundo entero. Hechos 1:8.
No podemos vivir conformes cuando multitudes, aquí en los Estados Unidos y en nuestras naciones, se están perdiendo día a día. Somos la luz del mundo; nosotros estamos llamados a manifestar el amor de Jesús a todos los hombres; somos la sal de la tierra; nuestro compromiso es grande delante de Dios por que fue a nosotros que se nos encomendó la gran comisión de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura, Marcos 16:15.
Si lo hacemos, sucederá lo que sucedió al principio de la iglesia; seremos respaldados con poder y señales, Marcos 16:20.