La familia feliz
Salmos 126
INTRODUCCIÓN:
Hablar de la familia hoy día nos resulta algo difícil, ya que la situación que rodea dicha institución no es muy halagadora, nos damos cuenta con tristeza que lo que un día fue establecido por Dios y se puede considerar como uno de los dones mas preciados que Dios ha regalado al hombre hoy se encuentre tan dañada, las estadísticas no mienten, solamente en nuestro estado se llevan a cabo 700 divorcios al mes, imaginase esta cifra a nivel país, lo que se incrementa, hace algunas semanas atrás el conocido comentarista Joaquín López Doriga, informaba en su programa de Televisión que la estabilidad de un matrimonio en México es de tan solo 8 años, es decir a los 8 años de vida de un matrimonio ya esta siendo amenazado por posible divorcio, y a sido cimbrado por la infidelidad conyugal, en la gran mayoría de los casos principalmente por el varón, todos sabemos que la familia es el núcleo de la sociedad, por lo tanto si la familia esta en decadencia, también la sociedad lo esta, y si nos asustamos por la cantidad de divorcios y los casos de infidelidad conyugal, todavía son mas impactantes las repercusiones que estos traen consigo: Violencia, Inseguridad, corrupción, drogadicción, alcoholismo, delincuencia, inestabilidad social, niños de la calle etc.….
La realidad es que Dios nos ha creado con capacidad de razonar y decidir hacer lo bueno, lamentablemente el ser humano no ha sabido aprovechar esa capacidad para realizar lo que Dios quiere de el.
Pero que importante que no todo esta perdido, hoy cada Familia puede llegar a ser la Familia que Dios quiere “LA FAMILIA FELIZ”.
Este salmo nos orienta como podemos lograrlo:
I. TENIENDO A DIOS COMO EL DISEÑADOR DEL HOGAR.
>Muchas veces equivocamos el camino, creemos que podemos garantizar la felicidad de nuestros hijos, dándoles tan solo una bonita casa, mucha ropa y bastante alimento, y sabemos que es importante darles lo mejor, pero si construimos un hogar prospero y feliz sin permitir que Cristo nos ayude, las cosas no salen bien.
>Si la casa donde vivimos no tiene un buen arquitecto se derrumba, así también nuestra familia se puede derrumbar si no permitimos que Cristo la edifique.
>Por ello el salmista nos dice: “Si Jehová no edificare la casa…”
>Es pues la ayuda de Dios indispensable en un buen diseño familiar.
>El debe ser nuestro arquitecto.
>El anhela construir hogares felices, donde se honre y obedezca su nombre.
>Lo temporal es vano, pero lo que Dios hace permanece para siempre.
II. CONSIDERANDO LA FAMILIA COMO UN REGALO DE DIOS.
>Hay muchas cosas de valor en este mundo pero ninguno como la familia.
>Dios da a los hijos como un regalo y entonces se conforma la familia.
>Dios quiere que amemos a nuestros hijos y les valoremos.
>preocupémonos por darles no solo educación secular, si no además educación cristiana.
>atrévase a corregirlos cuando amerite.
>Suplamos sus necesidades: Afectivas-Psicológicas-Materiales.
>Recordemos: “Herencia de Jehová son los hijos…”
>Mucha gente no entiende esto de la importancia de los hijos.
>El valor de los hijos dependerá de lo importante que sean para nosotros.
III. ESTABLECIENDO UNA CORRECTA DIRECCIÓN.
>Es triste darnos cuenta que algunos hogares se dirigen con una botella en la mano.
>Otros con actitudes violentas o golpes desprovistos del amor de Dios.
>Muchos padres enseñan a sus hijos: Que les silben a las damas que pasan, o les dan tragos de cerveza.
>Imagínese que clase de dirección esta dando a su hijo.
> ¿Qué será de estos niños cuando conformen su familia?
>Dios le da la oportunidad de formar a sus hijos.
>Consideremos aquel que hace arcos y flechas.
>Hagamos flechas rectas y pulidas con nuestro ejemplo de: Abnegación,
>vidas de Oración, Vidas cristianas firmes y maduras, generosidad, trabajo etc.… Es cierto que para fabricar flechas rectas y pulidas se requiere de paciencia, trabajo, dedicación y esfuerzo, también para la educación de nuestros hijos, pero vale la pena.
CONCLUSIÓN:
Tú puedes lograr que tu familia sea feliz si sigues las instrucciones bíblicas, si permites que Dios diseñe tu hogar, si das el valor a tus hijos que les corresponde Y si estableces en ellos una correcta dirección.