Novio(a): ¿quién lo necesita?
INTRODUCCIÓN
El tema de noviazgo es uno de los temas más esperados en los retiros y campamentos juveniles, si es que no el más esperado. Es muy natural y muy sano que a los jóvenes cristianos les llame la atención las jóvenes del sexo opuesto y viceversa. Lo contrario sería preocupante.
Al compartir esta plática con los jóvenes, les digo que hay básicamente dos métodos para conseguir novia. Uno es rápido y el otro es más lento. La primera consta de tres pasos muy fáciles. ? Identificar a la víctima ? Pegarse como chicle ? Declararse Bueno, hay un pequeño detalle con este método, que ha estado causando malestar entre quienes la están poniendo en práctica, y es que a pesar de que sí da resultado, solo dura unas semanas, a lo mucho meses, pero trae graves problemas. Todavía se está perfeccionando.
El segundo es un poco más tardado, pero es el más efectivo. De hecho los que la han seguido están felices y la están recomendando a todos sus amigos. Para eso vamos a la Biblia, al libro de los comienzos, a Génesis 2:18-25. En realidad, no es una receta, sino se trata de:
PRINCIPIOS BÍBLICOS PARA EL NOVIAZGO
Antes de cualquier cosa, quiero decirles que no existe lo que comúnmente se llama noviazgo bíblico. Al menos, no como muchos lo entienden hoy. En la época de la Biblia:
a) con algunas variaciones los que intervenían en la decisión para elegir a la pareja eran mayormente los padres;
b) la edad; no eran adolescentes que apenas se saben amarrar las agujetas o lavarse los dientes; y la característica más importante,
c) la pareja se elegía no para salir a pasear o tomar un helado, ni para sudarse las manos, sino para CASARSE. Sí, nada de novios “para ver qué pasa”, “para ver si hay química y si no, cada quien a su casa”.
Así que las decepcionantes noticias que te tengo en esta noche son que cuando se piense en novio o novia, se piense en MATRIMONIO.
Cuando se piense en novio, hay que preguntarse: ¿ya estoy listo para hacer planes de casarme? Esta pregunta la responderé más adelante. Veamos algunos principios -eso sí- bíblicos acerca de la elección de tu pareja.
A. DIOS DESEA TRABAJAR CON TU SOLEDAD (vs. 18)
“Dijo el Señor: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda adecuada.”
1. Es de llamar la atención que fue Dios quien advirtió la soledad de Adán. Adán no se había dado cuenta. En nuestra sociedad, la soledad se ha vuelto una experiencia común, especialmente para los solteros. Vivimos en el mundo de las parejas. Algunos han llegado a decir que no tienen a ninguna amistad cercana con quien compartir.
2. Con bastante frecuencia, los solteros se envuelven en una manto de soledad y tristeza, que oscurece su visión del futuro y de Aquel que en su soberano plan está dirigiendo ese futuro. La soledad es un síntoma de estar alejados de Dios. Colosenses 1:21
3. Una cosa hay que dejar bien claro. Dios no ha prometido a todo el mundo que le dará una pareja. Este pasaje no tiene la intención de demostrar que todos los jóvenes creyentes encontrarán una pareja, sino que Dios está interesado en que disfrutemos al máximo nuestra relación con él. Lo que sí ha prometido es que sus hijos nunca deberían sentirse solos en su presencia. Sal. 73:25; 16:11.
4. En el caso particular de Adán, Dios le dio una mujer, pero es posible que Dios pueda darle a un joven el don de la soltería o el don del contentamiento. ¿Has considerado la soltería como la perfecta voluntad de Dios para tu vida? Tenemos casos ejemplares de personas en la Biblia que sirvieron al Señor íntegramente estando solteros.
B. DIOS QUIERE QUE ESTÉS PREPARADO ANTES DE RECIBIR A TU PAREJA (vs. 19-20)
“Entonces Dios formó toda ave y todo animal y se los llevó a Adán para ver qué nombre les pondría…así el hombre les fue poniendo nombre…”
1. Para salir, los jóvenes de hoy tienen que ir con papá o con mamá, o con los hermanos para pedirles dinero para salir con sus novias, si es que no son medio chayotes y se cuelgan de la incauta chamaca a la que le piden prestado.
2. También es muy común que los que ya tienen novio o novia no tienen dónde caerse muertos, bueno, sí tienen, pero no tienen ningún colchoncito para que no duela tanto el ranazo. No tienen futuro (a veces, ni a presente llegan) y ya quieren tener novio.
3. Aquí vemos que Dios quería que Adán estuviera preparado intelectualmente antes -ojo- antes de conocer a su pareja. Imagínense el trabajito que tuvo el pobre Adán para ponerle nombre.
4. Dios quiere que si uno se va a casar, esté listo física, emocional, intelectual, pero sobre todo espiritualmente. Adán disfrutaba una perfecta relación con Dios. ¿Cómo está la tuya con él?
5. El principio es claro (principalmente para los varones): joven, ESTUDIA (pero termina), PREPÁRATE, SÉ UN JOVEN O UNA JOVEN QUE AME A DIOS, MADURO EN LA FE, SÉ ALGUIEN de quien tu pareja esté orgullosa por tus logros profesionales y espirituales. Prov. 31 y 1 Pedro 3:4-6 son buenos pasajes por considerar.
6. Pensemos en los “noviazgos” actuales entre jovencitos de 14-17 años: ¿Estarán listos y preparados para enfrentar un compromiso sólido que glorifique a Dios?
C. DIOS ES QUIEN TOMA LA INICIATIVA (vs. 21-22)
“Entonces… Dios hizo una mujer, y se la presentó al hombre”
1. Como les mencioné al principio, en los tiempos bíblicos, los padres eran quienes intervenían principalmente en la elección de la pareja de sus hijos. Y de igual manera, debemos dejarle a nuestro Padre que sea él quien se encargue de eso.
2. Como podemos notar de los vrs. 18 hasta el 22, Adán no tuvo que mover ningún dedo para encontrar a su pareja. Él estaba concentrado en su responsabilidad de ejercitarse en la tarea que Dios le había dado y Dios miró que era hora de darle su pareja. Pero no pierdas de vista que Dios decidió, no sólo el momento, sino la persona; no fue Adán. Dios se encargó de todos los detalles.
3. Creo que este el principio más ignorado por los jóvenes. Creen que Dios no tiene nada que ver con la elección de su pareja, que es asunto personal de ellos. Creen que Dios no tiene buenos gustos y que si encomiendan este asunto de la pareja, Dios les traerá alguien que no les agrade. Las últimas palabras del vr. 22 son la clave del inicio de un noviazgo correcto y un posible matrimonio feliz y permanente: “… y se la trajo al hombre” Es decir, el secreto para disfrutar un matrimonio dichoso está en permitir que Dios intervenga en todo el proceso; en dejar que Dios sea el que haga su voluntad, decidiendo el momento y la persona adecuados.
D. CUANDO DIOS ACTÚA, ÉL PROVEE LA MEJOR PAREJA QUE SE PUEDA IMAGINAR (vs. 23)
“Dijo Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne…”
1. Oigan nada más el piropo que le dijo Adán a su pareja: ¡hueso de mis huesos y carne de mi carne! Un poco extraño, ¿no? Creo que cualquier chava que oyera esas palabras de su galán, le pondría un termómetro para ver si se siente bien.
2. Sin embargo, la exclamación de Adán frente a su pareja está lejos de ser una expresión rara y sin sentido. Miren lo que dice la última parte del vr. 20 “Mas para Adán no se halló pareja”.Adán miraba cómo cada animal tenía a alguien que era casi igual, y a medida que se agotaban los animales, se esfumaban sus esperanzas de encontrar a alguien semejante a él. Por eso, cuando Dios le trajo a Eva, dijo que Eva era exactamente lo que necesitaba, o en palabras de un joven de hoy: ¡Así me la recetó el doctor!
3. Adán estaba fascinado por lo que estaba frente a sus ojos y Eva por consiguiente. ¿Sabían que cuando permitimos que Dios tome el control de esta área tan pero tan importante de tu vida, podemos tener la seguridad de encontrar a la mejor pareja que se pueda imaginar? No hay que equivocarse haciendo lo que la princesita del cuento de hadas: besar sapos hasta encontrar a tu príncipe azul. Lo que Dios tiene es lo mejor… para ti.
4. Muchos jóvenes creen que al dejarle a Dios que decida quién será su víctima -perdón, su pareja- él les va a hacer una broma y le dará a algún troglodita, feo, sin dientes y de con tres ojos. La voluntad de Dios, según la Biblia es buena, agradable y perfecta. No desconfíes de los gustos de Dios. Si te casas con la persona que él tenga para ti, tendrás a la mejor pareja que te puedas imaginar.
5. Y la mejor pareja que Dios tenga deberá cumplir con ciertos requisitos básicos: i. Hija de Dios, 2 Cor. 6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos. ii. De tu mismo nivel de espiritualidad, Amós 3:3 ¿Andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo?
E. DIOS QUIERE BENDECIR ABUNDANTEMENTE TU VIDA EN PAREJA (vs. 24-25)
“…Dejará a su padre y su madre, se unirá a su mujer, serán una sola carne…estaban desnudos y no sentían vergüenza”
1. Mira lo que Dios tiene preparado para ti y tu pareja (Leer vrs. 24, 25) ¿Cuál ha sido el eterno sueño de toda pareja de novios? Una isla donde estén solitos, sin que nadie los moleste y disfrutarse el uno al otro. Bien, eso es lo que quiere Dios para ti:
Privacidad Dios quiere que nadie les moleste; así que es muy importante que vayas pensando en un lugar independiente para disfrutar tu privacidad. Y para eso se requiere trabajar duro, ganar bien y ahorrar.
Intimidad. El deseo de Dios es que tú y tu pareja alcancen una unión, no sólo física, sino emocional -que compartan todas las alegrías y tristezas- y espiritual -que compartan los mismos planes de amar servir y a Dios en la iglesia, trabajando para su gloria, edificándose el uno al otro.
Confianza. Dios quiere que tú y tu pareja vivan sin preocupaciones en cuanto a la fidelidad del otro; que no haya secretos, ninguna vergüenza de ningún tipo.
Permanencia. Dios quiere que disfrutes a tu pareja hasta el último día de tu existencia. “Se unirá…” significa una unión que nada ni nadie lo pueda separar. Un verdadero amor eterno. Para toda la vida.
CONCLUSIÓN
Tal vez digas ¡Aaaaaaaaaaaaah!. ¡Qué romántico! Pero esta es la puritita verdad ¿Y sabes qué? Es exactamente lo que Dios tiene para ti, con una condición: que le dejes a él que se encargue de todo. Hay un salmo que me gustaría que te aprendas de memoria. Es un salmo del que puedes apoyarte para esperar el momento adecuado para el gran momento: Confía en Jehová, y haz el bien. Deléitate también en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. (Salmo 37:3-4) Decide hoy seguir el plan de Dios… este nunca falla. Ojalá que más adelante nos volvamos a ver y puedas compartirme cómo Dios ha bendecido tu vida.