El fundamento de la sociedad
Éxodo 20:12
INTRODUCCIÓN
Hemos visto que cada uno de los diez mandamientos que hemos estudiado nos habla de asuntos que tocan nuestras vidas. Los primeros cuatro nos han desafiado en nuestra relación con Dios. Pero con el quinto mandamiento el enfoque cambia. En tanto que los primeros cuatro mandamientos hablan de nuestra relación con Dios, los últimos seis tratan de nuestra relación con las personas. Por decirlo de alguna manera, los primero cuatro son verticales y los últimos seis son horizontales. El quinto mandamiento es especialmente relevante e importante para nuestro tiempo. Vivimos en un mundo que ha desarrollado una adoración de la juventud. A lo que me refiero es que ser joven es visto como la bendición más grande. Se cree que es la juventud donde se encuentra la energía, donde están las ideas y donde descansan los valores más grandes. Parece ser que la juventud es aquello que todo mundo desea tener y retener. Esta adoración de la juventud ha conducido a una serie de repercusiones:
Se le presiona a la gente a jubilarse por su edad y no por un decaimiento en su habilidad. Existe una obsesión por negar los efectos de la edad: cirugía reconstructiva, cualquier número de intentos por combatir la caída del cabello; la coloración del cabello (tanto para hombres como mujeres) para esconder las canas. La gente desea manejar automóviles que se ven juveniles, usar ropa de moda y aun aparentar estar más joven… y todo porque no queremos vernos o sentirnos viejos. Muchas personas ancianas son enviadas a asilos (que en sí mismos no son malos) donde son olvidados por sus amigos y familiares. Muchas personas en las casas para ancianos nunca son visitados por su familia. Va en aumento el número de suicidios de ancianos que sienten que por su edad ya no son útiles. Va en aumento el robo, homicidios contra la gente anciana. Con mucha frecuencia se les trata como si sus opiniones no importaran.
Cuando se llega a cierta edad (y cambia con la situación) las opiniones ya no parecen tener ninguna importancia y se les trata más como un estorbo que como una persona de valor. Pero qué diferente es la perspectiva bíblica acerca del envejecimiento. La Biblia nos dice que honremos a aquellos que son mayores y que valoremos la sabiduría que viene con los años. Y ésta es la razón por la que el quinto mandamiento es relevante hoy. Es claro y va directo al grano: Honrarás a tu padre y a tu madre para que tus días se alarguen sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. Éxodo 20:12 Creo que hay dos principios básicos que vemos fácilmente. Primero…
EL RESPETO HACIA LA AUTORIDAD ES EL FUNDAMENTO DE LA SOCIEDAD
Leamos el razonamiento que viene inmediatamente después del mandamiento y veamos algunos de los beneficios que se prometen: ” para que tus días se alarguen sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.” En Deuteronomio 5 vemos una segunda lista de los diez mandamientos. Y en el vr. 16 se nos dice que deberíamos honrar a nuestro padre y a nuestra madre para que vivamos muchos años y para que nos vaya bien en la tierra que Jehová nos da. El Señor está diciendo que nuestra prosperidad y salud futuras están ancladas en la fortaleza de nuestras relaciones familiares. Si la relación entre padres e hijos se desintegra, el mismo fundamento de la sociedad comienza a cuartearse. Un pastor nos recuerda por qué los valores familiares son importantes: El oscuro trasfondo de este mandamiento debe encontrarse en el natural rechazo hacia la autoridad. Es por ello que la familia es tan importante en la economía de Dios.
Si a los hijos no se les enseña a respetar a sus padres y se les deja sin castigo cuando desobedecen y deshonran a sus padres, más adelante en su vida se rebelarán en contra de otras formas válidas de autoridad. Si desobedecen a sus padres, desobedecerán las leyes del estado. Si no respetan a sus padres tampoco respetarán a sus maestros, ni aquellos que poseen una sabiduría fuera de lo común, ni a los gobernantes electos, ni a otros. Si no honran a sus padres, tampoco honrarán a Dios. Este mandamiento es importante por la salud de nuestra sociedad. Pero es importante ver que este mandamiento no debería ser interpretado de manera muy estrecha. En la sociedad de hoy con tantas famitas fracturadas, los padres se podrían referir a: padres biológicos, padres adoptivos o padrastros El quinto mandamiento tiene una gran relevancia para todas estas personas.
En un sentido u otro, todos ellos son padres y a todos se les ha dado una posición de autoridad de parte de Dios sobre nuestras vidas. Debemos respetarlos y honrarlos debido a su posición. Pero es posible que perdamos de vista que este mandamiento se extiende hasta aquellos que son padres en el sentido figurado: La intención de este mandamiento también está incluyendo otras clases de “padres y madres”. Los comentaristas han señalado que también existen padres políticos (aquellos que ocupan posiciones seculares de autoridad), padres espirituales (pastores y otros ministros cristianos) y aquellas personas que por su edad o experiencia también son llamados padres. Esto significa que deberíamos considerar a aquellos que Dios ha puesto sobre nosotros y tratarlos con “honor, obediencia y gratitud”. El respeto a la autoridad (que es una condición para que haya orden) comienza en el hogar. Pero el principio funciona hacia fuera hacia todos aquellos que están en una posición de autoridad. Con toda seguridad la idea puede extenderse hasta incluir a los oficiales de la ley, maestros, jefes, y otras personas. El honrar a la autoridad no está de moda en la actualidad y esa puede ser la razón por la que estamos viendo los problemas que estamos enfrentando: violencia, inmoralidad e impunidad.
PODEMOS HONRAR A LOS PADRES A TRAVÉS DE MUCHAS EXPRESIONES PRÁCTICAS
La palabra usada en hebreo para “honor” es una palabra que significa “pesado” o “añadir peso”. Desde la perspectiva bíblica, a los padres se les ha dado gran peso. Juan Calvino escribió lo siguiente: La esencia de este mandamiento es que debemos considerar a aquellos que el Señor ha puesto sobre nosotros, dándoles honor, gratitud y obediencia. De aquí que cualquier cosa que implique desprecio, ingratitud o desobediencia queda prohibida. Calvino usa las palabras “honor, gratitud y obediencia.” Miremos de cerca estas ideas. Ya que debemos honrar o “dar peso” a nuestros padres esto significa que sus deseos, sus valores y su sabiduría deberían importarnos también. Tratar a un padre con honor significa en primer lugar que hablamos de él en maneras que los honren.
Escuchemos lo que dice la Biblia:
El que hiriere a su padre o a su madre, morirá. Ex. 21:15
Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá Ex. 21:17
Todo hombre que maldijere a su padre o a su madre, de cierto morirá; a su padre o a su madre maldijo; su sangre será sobre él. Lev. 20:9
Realmente no hay lugar ni razón para hablar mal de “los viejos”. Según la Biblia, los hijos debemos hablar en términos positivos y no negativos de nuestros padres. Sin embargo, el honrar a nuestros padres no sólo es un asunto de lo que hablamos de ellos, sino también de lo que hacemos. Honramos a nuestros padres cuando los escuchamos, cuando los tratamos con amabilidad, cuando compartimos días especiales con ellos, y cada vez que hacemos un esfuerzo especial en mostrarles amor y consideración. La gratitud significa que debemos estarles agradecidos por lo que ellos han contribuido a nuestras vidas. Alguien podría objetar: “Mis padres no me han dado en la vida”. Pero eso no es verdad. Los padres biológicos han hecho posible nuestras vidas. Los padres adoptivos han provisto para nuestras necesidades materiales como ropa, comida, un lugar para vivir. Pensemos en todas las veces en que nuestros padres nos alentaron, pensemos en los valores positivos que nos han inculcado. Tendemos a ser personas que se enfocan en lo que otros están haciendo mal. Nos damos cuenta de lo que alguien no está haciendo mucho más de lo que sí está haciendo. Y lo mismo es verdad de los padres.
Nos enfocamos en lo que no nos compraron en lugar de lo que sí nos compararon
Vemos los momentos especiales en los que no estuvieron en lugar de los momentos especiales que compartieron
Generalmente nos enfocamos en lo que no nos enseñaron en lugar de lo que sí nos enseñaron
Pensamos más en aquellas cosas que no nos permitieron hacer en lugar de aquello que nos animaron a hacer
Nos enfocamos más en sus debilidades que en sus fortalezas en su personalidad.
Pero no solo se trata de nuestros padres. También es verdad en maestros, pastores, gobernantes y patrones. Podemos desarrollar una actitud de gratitud si nos enfocamos en lo que tienen de positivo en lugar de lo que es negativo. La obediencia significa hacer lo que nuestros padres nos dicen. Obviamente esto es especialmente verdadero cuando somos más jóvenes. Cuando dependemos económicamente de ellos. Es sumamente importante que un hijo confíe en la guía que le dan sus padres. Es cierto que no estemos de acuerdo con muchas de las reglas que nos ponen… pero esas reglas están diseñadas para enseñarnos cosas que no entendemos. ¿Qué niño entiende cuando un padre le dice que debe ahorrar parte de su gastada? ¿Qué niño entiende que debe ir a dormirse a cierta hora? ¿Qué niño entienden por qué los padres les dan algunas tareas para realizar en la casa, o les prohíben ir a determinados lugares, o comer chocolates?
Dios les ha dado padres a los niños para guiarlos en áreas en las que necesitan ayuda. Ahora, también hay que admitir que los padres cometen errores. Algunas veces son abusivos. Algunas veces nos piden hacer cosas que no son razonables. Y todos deben darse cuenta que cuando los padres le pidan a los hijos que hagan cosas que Dios les manda que no hagan, los hijos hacen lo correcto en desobedecerlos, porque nuestra primera responsabilidad es con Dios. Los hijos no tienen que obedecer a sus padres si ellos les piden que hagan algo deshonesto, ilegal o inmoral. Pero la mayoría de las veces, los hijos deben obedecer a sus padres simplemente… porque son sus padres. Una última manera de honrar a nuestros padres es cuidándolos cuando sean viejos. Hay una tierna historia llamada “Te amaré por siempre”. Esta historia trata de la relación entre una madre y su hijo. Esta mamá cuida a su hija en las diferentes etapas difíciles de la vida y en cada una de ellas ambos cantaban: “Te amaré por siempre. Siempre te amaré. Mientras viva, mi bebé siempre serás.” A medida que la historia avanza, los papeles se invierten. La madre, ya enferma, con varias dolencias es cuidada por su hijo, mientras el hijo le canta: “Te amaré por siempre. Mientras viva mi madre siempre serás.”
En 1 Timoteo 5:1-5 leemos: Vivimos en un mundo donde el gobierno ha tomado muchas de las responsabilidades que solían ser de la familia. Con mucha frecuencia los padres son vistos como una carga en lugar de verlos como una responsabilidad. Los padres deberían contar siempre con sus hijos cuando estén en alguna necesidad. El amor y el respeto deberían tener efectos visibles y tangibles. Es una verdadera vergüenza que nosotros los hijos nos podamos consentir en muchas comodidades y gustos, cuando nuestros padres apenas la están pasando. Así como nuestros padres se han sacrificado por nosotros, de la misma manera, si es necesario, deberíamos sacrificarnos por ellos.
PREGUNTAS
Alguien podría preguntar: ¿Cómo debe encajar mi relación con mis padres en la relación con mi propia familia? La Biblia parece ser clara cuando dice: “dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.” El matrimonio cambia las cosas. Y creo que cuando un hijo se sale de la casa las cosas cambian. El hijo casado tiene ahora como primera responsabilidad su esposa y sus hijos. Se le debe permitir al hijo que sea un adulto… sin embargo esto NO significa que ya acabó con sus padres… y es aquí donde está la delgada línea donde debemos caminar. Segunda.
¿Qué pasa si la mamá, o el papá u otra autoridad no se han portado dignamente? Tal vez hayan sido abusivos, o hayan abandonado el hogar, o nunca estuvieron cuando más se los necesitaron. ¿Cómo podemos honrar a unos padres así? Bien, en estos casos, también debemos mostrarles honor por lo que sea posible. Puede ser que sean los que de todos modos nos dieron la vida… debemos honrarlos como nuestros padres biológicos. O podemos honrarlos por habernos cuidado cuando así lo hubieran hecho. Si los padres son budistas, o ateos o incrédulos, todavía existen formas de tratarlos correctamente, platicando con ellos de otros temas, estando con ellos, visitándolos, invitándolos a comer, etc. También se les puede escribir cartas si viven lejos, darles regalos por sus cumpleaños o mostrarles amor de cualquier manera posible. También se les puede ayudar en privado, sin que se den cuenta: orando por ellos en fiel y constante intercesión, pidiéndole a Dios que abra sus mentes y corazones al Señor. El hecho que nos opongamos a sus creencias o prácticas incorrectas todavía significa que nuestros padres deben ser tratados como seres humanos. La puerta debe estar siempre abierta.
CONCLUSIÓN
Podemos encontrar bellos ejemplos de hijos que honran a sus padres en los siguientes casos:
Hijos que invitan a sus padres a vivir con ellos, (o se cambian a la casa de sus padres) para hacerse cargo de ellos en la medida de sus posibilidades
Hijos que hacen planes para estar con sus padres en sus días especiales
Hijos que acuden a sus padres a citas o los acompañan en situaciones muy difíciles o estresantes
Hijos que valoran las historias que les cuentan sus padres y se las transmiten a sus hijos
Padres que son alojados en casas de atención solamente como último recurso y los visitan regularmente.
Nuestra sociedad mexicana es más afortunada al tener a los padres más cerca al menos que gente de otros países como EU. Sin embargo, si no están tan cerca como la mayoría de nosotros, todavía tenemos el recurso del teléfono, las cartas, o el hacer un viaje. Tal vez no podamos hacer todo lo que nos gustaría hacer, pero eso no significa que no hagamos NADA. En una cultura como la nuestra donde la edad mayor es despreciada necesitamos recordarnos que con la edad viene la sabiduría. Algunos de los trabajadores más hábiles no serán ya los más fuertes o los más rápidos. Algunas de las personas más sabias pueden tener problemas para recordar dónde dejaron las llaves y es posible que se les olvide lo que vayan a decir. Los mayores deben ser respetados y honrados. Debemos demostrar respeto a los que están en algún lugar de autoridad, no por su poder ni aún por su habilidad. Deben ser respetados porque eso es lo que Dios ha mandado y porque Dios nos ha dicho que esa es la única forma de construir una sociedad en la que valga la pena vivir. Hijos que viven en obediencia a sus padres los preparará para que vivan en obediencia a los mandamientos de Dios.