No mires ni vuelvas atrás

No mires ni vuelvas atrás


Génesis 19:15–26


Cuando leemos la palabra de Dios encontramos que para que nos vaya bien debemos andar por el camino que Dios nos ha ordenado y anteriormente trazado. Si sabemos acatar las órdenes de Dios, vamos a obedecerle y Él nos va a bendecirá grandemente.

Las personas deben ir hacia delante, no hacia atrás. Dios quiere que vayas hacia delante, no quiere que nadie este caminando para atrás. Él nos puso los ojos adelante para que no caminemos hacia atrás. Por ejemplo, no puedes manera un carro viendo el espejo retrovisor a menos que desees retroceder. Cada vez que una persona ve hacia atrás, es la primera señal que nos indica que quiere volver atrás.

El problema que se presenta en muchas iglesias hoy es que sus miembros se la pasan volteándose y realizando miradas haciendo al pasado, ¿habrá alguien así hoy?, ¿por qué insistimos tanto en ver hacia atrás?, ¿acaso quieres volver o regresar atrás?

Creo que todos aquí conocen bien lo que sucedió con Sodoma y Gomorra. Ambas ciudades estaban habitadas por personas que estaban entregadas completamente al pecado. El clamor de los justos había llegado a los oídos de Jehová y ahora Él estaba a punto de obrar en justicia.

Los ángeles le ayudaron a Lot y a su familia a salvarse de la destrucción de Sodoma y Gomorra, pero los ángeles le dieron una orden a Lot y su familia, Génesis 19:17 “Escapa por tu vida; no mires tras ti. Ni pares en toda esta llanura, escapa al monte, no sea que perezca”; las instrucciones de parte de Dios eran claras Dios le estaba diciendo a Lot y a su familia que iba a destruir esos lugares que estaban llenos de pecados y de abominaciones al punto que le causaban asco a Dios mismo por lo tanto el ya estaba cansado de esa situación entonces iba a actuar y les pide que no tengan nada que ver con eso que no se contaminen que vean que eso era repugnante que corran, que huyan y que no vuelvan su mirada.

Esto le serviría por señal a Dios de que Lot y su familia estaban confiando en Dios y que lo que estaba sucediendo allá no tenia nada que ver con ellos que eso era pasado y que no se contaminaban con el pecado. Pero vemos la desobediencia de la mujer de Lot, que sufrió el castigo por no obedecer y mirar atrás volviéndose en una estatua de sal. 


No mires hacia atrás, no tengas nostalgias por las cosas que dejaste atrás, no pierdas tu tiempo, no te distraigas en cosas que no aprovechan, no descuides tu salvación, no te detengas hasta llegar al lugar seguro; el pecado de la mujer de Lot no fue una simple mirada atrás, sino la actitud del corazón y los deseos del mundo que la embriagaban, los afectos que estaba perdiendo pudieron más que la salvación que Dios le estaba ofreciendo.

Hermanos, miremos hacia delante corriendo la carrera buscando la meta, no miremos atrás; no debemos ser de los que retroceden, aquellos que a Dios no le agradan sino de los que siguen adelante avanzando hacia la eternidad.

Lucas 9:62 “Y Jesús les dijo, Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios” Un buen granjero no mira atrás una vez que ha puesto la mano en el arado. Jesús usó este ejemplo para enseñarnos que si vamos de ser sus discípulos, debemos romper totalmente con todas las ataduras que obstruyen nuestra relación con Él y que ahora quedaron atrás.

“No puedes arar una fila derecha si miras atrás.” Eso lo puedes probar mirando atrás mientras caminas por la nieve o sobre la arena. Las pisadas no van a ser derechas.   La lealtad total a Dios es un principio arraigado en el Antiguo Testamento. Los israelitas, después de ser liberados de la esclavitud y alimentados por medios sobrenaturales, miraron atrás anhelando los días en que disfrutaban del pescado, los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos en Egipto Números 11:5-6. Esto no agradó para nada a Dios y juzgó a su pueblo. Al mirar atrás dejaron ver una falta de compromiso con Él.

Jeremías 7:24 “Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia delante”

“Ser un discípulo significa no mirar atrás”

Una vez que empezamos a seguir a Jesús nunca debemos mirar atrás. Debemos dejar nuestra vieja forma de vida para encontrar nueva vida en Cristo.

Debemos avanzar

Lucas 10:30-35 “Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese”

Vamos a encontrar nuevamente una verdad que muchas veces nos hemos perdido y vamos a entender desde otro punto de vista esta parábola. Se nos relata que un hombre descendía de Jerusalén (ciudad que simbolizaba la búsqueda de Dios) hacia Jericó (Ciudad que simbolizaba los placeres de este mundo). Cuando este hombre iba descendiendo vinieron ladrones y lo asaltaron y lo dejaron medio muerto en el camino. Después habla que descendieron también un Fariseo y un Levita y que ninguno le ofreció la ayuda que necesitaba. Luego continúa diciendo que “iba de camino” y esto se entiende que iba de Jericó a Jerusalén, en sentido opuesto a los demás, un Samaritano que movido a Misericordia lo levantó, le vendó las heridas y lo dejó en un lugar hasta que se reponga con todo sus gastos pagos.

Muchas veces encontramos a muchos cristianos que están en Jerusalén, en la presencia misma de Dios y de repente están de camino a Jericó quizás sin saber por qué, o quizá por que creen que es lo correcto por que ya no le encuentran sentido a la vida del cristiano.   Indudablemente, en este punto de debilidad es cuando el enemigo nos roba nuestra relación con Dios y nos deja como este hombre medio muerto en el camino.


¿Por qué muchos descendemos y no nos quedamos en Jerusalén? La respuesta que encontré y en lo que Dios me estuvo enseñando es que debemos avanzar mirando hacia adelante. No tenemos que quedarnos estancados pensando que como estamos, estamos bien, Dios nos manda a crecer día a día.

Filipenses 3:13-14 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”


Lo que debemos hacer hermanos es avanzar es olvidar el pasado como cosa a que aferrarnos y extendernos a lo que Cristo nos tiene por delante. Debemos crecer, debemos buscar continuamente la voluntad de Dios. Dios tiene un propósito con tu vida. Dios quiere hacer algo contigo, el quiere que vivas en victoria. Pero lo que debes hacer es avanzar.   “Nunca, mientras estemos en este mundo debemos dejar de avanzar. Nunca debemos pensar que ya está, que ya fue suficiente, que nuestra misión terminó.”

Si no avanzamos comenzamos a descender de Jerusalén a Jericó nuestra naturaleza es pecaminosa y quiere arrastrarnos hacia Jericó, por lo tanto es como si estuviéramos parados en una cinta de transportación que nos conduce al lado contrario de Jerusalén, por lo tanto si no avanzamos vamos a quedarnos varados o estancados y poco a poco vamos a ir llegando mas y mas a Jericó. En Jerusalén es imposible quedarse parado debemos seguir o salir. Parece duro pero es así, si no sigues el ritmo te sales.

1 Pedro 5:8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” Este versículo nos habla claramente de la advertencia que es a nosotros, cuantos somos observadores y vemos en documentales en la televisión al león cuando ataca, no lo hace cuando la presa esta corriendo porque esta va a correr mas lo hace cuando la presa esta descansando. Lo mismo sucede con nosotros hemos sido llamados a correr la carrera a no mirar atrás pero es cuando nos detenemos a “cambiar el aire” y es cuando el león nos encuentra desprevenidos para atacarnos.

¿Como podemos avanzar?

Para poder avanzar debemos tener una relación con Dios, donde podamos hablar con el y pedir su guía y dirección. Si queremos saber por cual es el camino en el que demos andar debemos estar sensible siempre a su voz. Debemos tener los oídos espirituales abiertos para oír su voz y los ojos espirituales abiertos para ver su camino.

Levíticos 6:8-13 “Habló aún Jehová a Moisés, diciendo: Manda a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del holocausto: el holocausto estará sobre el fuego encendido sobre el altar toda la noche, hasta la mañana; el fuego del altar arderá en él. Y el sacerdote se pondrá su vestidura de lino, y vestirá calzoncillos de lino sobre su cuerpo; y cuando el fuego hubiere consumido el holocausto, apartará él las cenizas de sobre el altar, y las pondrá junto al altar. Después se quitará sus vestiduras y se pondrá otras ropas, y sacará las cenizas fuera del campamento a un lugar limpio. Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz. El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.”

Dios le habla a Moisés como debe ser el fuego de holocausto, como debe ser el fuego para los sacrificios. Podemos pensar, ¿que tiene que ver esto con nosotros? En estos días ya no es necesario realizar sacrificios para estar bien con Dios, porque Jesucristo ya lo hizo una vez y para siempre. Pero yo les digo hoy hermanos que tiene que ver mucho con nosotros.

En Romanos 12:1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” Pablo nos dice que presentemos nuestros cuerpos como sacrificios vivos y agradables a Dios. Nuestro fuego para este sacrificio es el Espíritu Santo que mora en nosotros y no debemos dejar que se apague por nada.

Y Dios nos está dando la forma de cómo impedir que esta llama se extinga, por que en el versículo de Levíticos dice que el fuego no se debe apagar nunca. Lo que le indica al sacerdote es que saque las cenizas y lo aparte de fuego y cada mañana ponga leña nueva. Esto es muy sencillo de interpretar.

Las cenizas representan las alabanzas, las adoraciones y las oraciones que hicimos en el pasado. Todo esto que hicimos nos acercó a Dios y fue de mucho agrado a Dios. Pero no podemos quedarnos con eso, por que eso es ceniza, lo que debemos hacer es poner leña nueva día a día. Debemos reanudar nuestro compromiso con Dios todos los días. Debemos estar en contacto con Dios siempre, por que si vivimos de esas cenizas el fuego inevitablemente se va a apagar. Si decimos que ayer oramos, que ayer alabamos y que ayer adoramos… esta muy bien pero eso fue ayer. Nuestra relación con Dios debe ser todos los días.

En su momento las cenizas fueron una muy buena leña para mantener ese fuego ardiendo y que no se apague, pero eso fue ayer, hoy es solo cenizas y esas cenizas que están en nuestra mente haciendo pensar que eso fue suficiente.

Lo que hace es que el fuego se apague y nos enfriemos. Lo que debemos hacer es sacar las cenizas y poner leña nueva día a día. En Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Pablo nos dice… “Renovándonos día a día en nuestro entendimiento para que sepamos cual es la voluntad de Dios” Esto es una relación intima con Dios, esto es estar en contacto con nuestro Padre y así saber lo que el tiene preparado día a día para nosotros.

Por que Dios es un Dios que quiere que sus hijos avancen y los que entiendan esto vivirán siempre en victoria y no descendiendo a Jericó. Entonces para poder saber cómo debemos avanzar es necesario estar íntimamente relacionado con quien nos va a decir como cuando y donde avanzar.

Después de Saber como, cuando y donde avanzar… Avancemos.

¿Cuantos de aquí conocen realmente su llamado?, ¿cuantos conocen la voluntad de Dios para sus vidas? Por que si todos conoceríamos exactamente nuestro llamado, no solamente nosotros avanzaríamos, si no que toda la iglesia de Jesucristo avanzaría.

Nunca voy a dejar de decir que el llamado es el todo en la vida de un cristiano. Debemos llevar a cabo nuestro llamado para así encontrarle el verdadero sentido a la vida cristiana. Ver qué es lo que hay mas allá, descubriendo todas las bendiciones que Dios nos tiene preparadas, pero para eso es necesario Avanzar Una vez que conocemos el llamado, una vez que damos el gran paso de Fe de la consagración no estamos solos. El Espíritu Santo de Dios nos da los Dones necesarios para poder seguir adelante en victoria. Cumpliendo con la Divina Voluntad de Dios. Por nosotros mismos sería imposible caminar en el camino de rectitud que Dios nos demanda y esto es por nuestra naturaleza pecaminosa. Nuestra naturaleza pecaminosa siempre nos lleva al fracaso, pero para esto Dios nos dio de su Santo Espíritu que es el que nos da fuerza para ser más que vencedores. Es el mismo poder que operó en Cristo Jesús para resucitarles de los muertos el que opera ahora en nosotros, es el mismo consolador que nos prometió dejar Jesús antes de su partida. ¿No creen que esto es todo lo que necesitamos para avanzar?


Conclusión


Si no avanzamos vamos a estar pensando en las cosas tentadoras que dejamos en Jericó y ese aroma de tentación nos va a alcanzar y nos va a hacer voltear y regresar.

¿Por qué somos infelices? Por que no avanzamos, y eso que esta a nuestra espalda que nos costo tanto dejar esta a unos pocos pasos porque ahí nos quedamos y no avanzamos.


Cuando avancemos vamos a entender bien esto y vamos a recibir las bendiciones que Dios nos tiene preparadas. Estoy seguro que Josué le decía al pueblo de Israel “Guerreros avanzad y poseed la tierra” y eso mismo nos dice Dios hoy. Entren a la tierra prometida, entren a la tierra donde fluye leche y miel. No se queden en la puerta muriéndose de hambre de las bendiciones, no se queden en la puerta comiendo migajas. Posean la tierra que por derecho es de ustedes. Sean Príncipes Hebreos 12:1 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”