Soy bendito
Introducción:
Por mucho, mucho tiempo, se ha tenido el concepto de que el cristianismo es síntoma de pobreza, y de que el cristiano es tipo de necesitado, etc.
Yo creo que esta nueva generación de hijos de Dios tenemos que demostrar de que estamos hechos, no estamos aquí para pasar hambres, ni necesidades, pero estamos aquí para mostrarle al mundo quien es nuestro PADRE.
Génesis 12:1-3 “Pero Jehová había dicho a Abram… haré de ti una nación grande, y te bendeciré… y serás bendición… Notemos aquí el llamado del Señor a Abram, (Mi padre es exaltado), sacado de UR de los caldeos (Nehemías 9:7), quien el santo patrono era el “dios de la luna”
Dios le estaba haciendo un llamado a hacer una diferencia en este mundo, ya que le dice: “Haré de ti una nación grande” y “te bendeciré” y “serás bendición”
Tres aspectos del llamado de Dios a Abraham.
1. Haré de ti una nación grande.
2. Te bendeciré.
3. Serás bendición.
Primero veamos, el llamado: El llamado de Dios a Abram implicaba tres cosas:
(1) Separarse de su tierra, (Quizá le costó dejar la comida, amigos, costumbres, etc.
(2) Dejar a su parentela (Padres), Quizá de lo más difícil para Abram y
(3) La casa de su padre, en otras palabras, tenía que renunciar a la bendición y herencia de su padre, además de que no tendría un techo seguro, pues no sabía a donde Dios le estaba enviando, y desafortunadamente para él, no existía aún los Marriot´s, o Best Western, etc.
Aún así, Abram estuvo dispuesto a obedecer a la voz de Dios, agarró su equipaje, sus garritas y empezó a caminar (POR FE), sin saber a donde iba, más de uno quizá se habrá reído de él: “Abram, estas loco, ¿A dónde vas?, aquí tienes segura la comida, el vestido, el techo, etc.
Pero Abram, creyó que la voz que le había hablado era la de Dios, tal vez tuvo la oportunidad de pensarlo mejor, quien sabe, quizá lo pensó más de una vez, oiga dejar todas las comodidades, no creo que fuera tan fácil para él.
Pero, ahora bien, el lo hizo y ¿nosotros? ¿Lo haríamos? ¿Obedeceríamos a una voz que de pronto nos hablara? quizá podríamos decir o querer hacer lo que Gedeón: Señor, si eres tú quién me está llamando a ir a algún lugar, confirma tu palabra… y después queremos que en tres distintas ocasiones Dios haga cosas espectaculares para darnos cuenta de que si es él quien nos esta llamando.
Yo creo, tengo la convicción personal que Dios está llamando a esta nueva generación de cristianos a impactar este mundo y llenarlo de su gloria, a través de la predicación, nosotros, usted y yo estamos aquí con un propósito, dar a conocer las maravillas y el amor de Dios, así que con esto en mente, veamos ahora…los 3 aspectos del llamado de Dios para Abram.
1. Haré de ti una nación grande:
En este aspecto creo que no tenemos duda ya que precisamente a Abram se le conoce como el padre de la fe. Al Dios decirle que le haría una nación grande era precisamente porque ahora, gracias a esta promesa usted y yo estamos aquí (Gálatas 3:8; 14). Dios cumplió la promesa que le hizo a Abram, quien más tarde se le llamó Abraham (Génesis 17:5). Pero, que implica esta promesa para usted, para mi, para mis hijos, etc.
A. Primero que nada implica SEGURIDAD, ¿Por qué? porque Dios no cambia, (Hebreos 13:8), la seguridad de que Dios estaría con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mateo 28:20), esta seguridad debe de empujarnos a no estar conformes con lo que somos, y mucho menos con lo que tenemos, pues el me ha dicho, haré de ti una nación grande, NACIÓN GRANDE no me dice, te voy a ser una pequeña nación, no pero- NACIÓN GRANDE, yo no se si esto le diga algo a usted, pero a mi me esta diciendo que salga de la comodidad de mi casa, empiece a buscar el rostro del Señor y este dispuesto a ir a donde el me envíe, ahora bien, ¿que seguridad tengo yo de que todo va a ir bien en mi vida? La misma seguridad que tengo de que es Dios quien me está llamando a IR…
B. Segundo, implica compromiso, ¿porqué? Porque si creo que Dios está conmigo, debo entonces obedecer antes de que se le agote la paciencia, si creo que es la voz de Dios, debo cumplir con el llamado que él me está haciendo. ¿Que hubiese sucedido si Abraham no hubiera obedecido a la voz de Dios? quizá Dios se hubiese buscado a otra persona que cumpliera con este compromiso, como el ejemplo de Esther quien fue la que siguió adelante con los planes de Dios, es decir, Dios no va a frenar ni a detener su plan de trabajo ya establecido, pero en cambio, nosotros si podremos tropezar y convertirnos en seres estresados, tristes, amargados, iracundos, etc., cuando vemos que por dejar de obedecer a la voz de Dios en cuanto al llamado que nos estaba haciendo, ahora, ya no somos nadie.
2. Segunda promesa: TE BENDECIRÉ.
Dios estaba adquiriendo un compromiso serio con Abraham, de que le iba a bendecir, en otras palabras, siempre iba a estar con él, mi hermano, Dios ha adquirido un compromiso serio con usted, conmigo, con todos los que él llama a sus caminos, el salmista lo reconoció de esta manera: “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo Jehová me recogerá” (Salmo 27:10). Dios ha prometido bendecirte a ti mi hermano, y créame que las promesas de Dios no son cualquier cosa, las promesas de Dios son PODEROSAS y TREMENDAS, “…Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1ª. Corintios 2:9). Dios ha preparado cosas poderosas para cada uno de nosotros. Él me dice: TE BENDECIRÉ.
Cuando somos bendecidos de parte de Dios no debemos tener temor del día de mañana, no estar atribulados por que no tengo dinero para pagar algunas deudas, o incluso, no estar buscando YO MISMO la economía y dejar de asistir a la iglesia por causa de trabajo. No mi hermano si confío en el único Dios todopoderoso, entonces debo creer que no es por mi, sino por su poder que yo voy a recibir bendición para mi vida, “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” (Hageo 2:8), Debo de creer que YO SOY BENDITO, (Repita conmigo). Entonces, por que Dios está conmigo y yo soy su hijo, estoy en bendición, ¿ha notado cuando alguien no tiene la certeza de que Dios es quién le bendice como reacciona cuando usted le pregunta? ¿Cómo estas?
¿Que como estoy? ya quisiera verte en mis zapatos- si, claro como tú tienes tu empleo seguro- etc.
A. Pero cuando estamos seguros de que es Dios con nosotros (Romanos 8:28-31), estamos también seguros de que TODO lo que ocurra en nuestra vida será para BENDICIÓN de nosotros mismos. Porque SOY BENDECIDO POR DIOS. Podemos aprender del ejemplo de Caleb, el cual fue uno de los doce espías que fueron a mirar la tierra prometida y uno de los dos (junto a Josué) que dio noticias alentadoras, pues este Caleb aun a pesar de tener ochenta y cinco años (Josué 14:6-14) le recordó a Josué acerca de la promesa que había recibido de parte de Dios de darle la tierra que sus pies pisaron por heredad, en otras palabras el sabía que esa bendición era para él, y se consideró ¡Bendecido! De parte de Dios, pudo quizá quedarse contento con lo que hasta el momento tenía pero no fue así, sino que estuvo dispuesto a buscar la bendición de parte de Dios y no paró hasta que la consiguió, como también lo hizo Jacob (Génesis 32:22-26), mis hermanos no debemos desmayar, ni conformarnos a nuestra condición, sino que debemos creer que si Dios ha prometido bendecirnos, ¡Él lo va a hacer! Porque sus promesas son fieles y verdaderas (Números 23:19), el diablo nos ha quitado mucho terreno (economía, territorial, espiritual, etc.) pero creo firmemente que es la hora de la Iglesia del Dios viviente de dar a conocer el único nombre que salva, somos bendecidos de parte de Dios por la revelación no sólo de su Bendita Palabra sino por la revelación de ¡SU BENDITO NOMBRE! Usemos pues esta bendición que nosotros TENEMOS en nuestras manos para ir y quitarle al enemigo la tierra que nos ha quitado y empezar a fundar iglesias fuertes, iglesias sanas, iglesias que conocen a su Salvador tal cual es ¡JESÚS! Y no por títulos.
3. SERÁS BENDICIÓN:
Ya hemos visto que, Dios ha prometido hacerme una nación grande, también vimos que soy bendecido por Él (Dios), pues bien, ahora veamos lo que yo debo de hacer precisamente cuando estoy siendo bendecido por Dios.
Por principio de cuentas, si estoy siendo bendecido no es solamente para quedarme con todo aquello que Dios me está dando a mi, sino que tengo LA RESPONSABILIDAD de bendecir también a otros, en otras palabras, no debo de callar o guardar lo que Dios me da (2ª. reyes 7:3-9) debo de COMPARTIR aquello que Dios me está dando, cuando nosotros bendecimos, recibimos bendición, esta es la ley del dar (Lucas 6:38), para recibir cosecha debo antes de plantar, no queramos ser como aquel que quiere sacarse la lotería sin antes comprar el ticket (Simple ilustración, pues creo que ninguno de nosotros nacidos de nuevo, jugamos lotería ¿o sí?) Dios me ha puesto aquí para bendecir (Deuteronomio 15:6), nosotros podemos y debemos tener posiciones o rangos en nuestros trabajos, dejar de pensar en el que dirán o dejar ya esos pensamientos de: “Esto no es de Dios” “A Dios no le gusta que yo prospere” la Biblia a mí me dice: Tomarán de mi PRESTADO, pero YO NO tomaré prestado de NADIE. En otras palabras mi hermano, lánzate y toma ese puesto, ese cargo, toma ese trabajo que Dios te está dando, es para ti porque cuando tienes la bendición de Dios vas a bendecir también a otros, pero, cuando obviamente no tenemos la bendición de Dios entonces, nos preocupamos, no ofrendamos, mucho menos hablar del diezmo, pero si Dios me está dando este trabajo es por Él y no por mí, debo entonces agradecer por esto que Él me está dando…
4. CONCLUSIÓN Y LLAMADO:
El hijo de Dios (usted y yo) debemos dejar ya esos pensamientos negativos de que el cristianismo es síntoma de pobreza, dejar ya esos aspectos de que debo de vestirme como pordiosero porque si no Dios se enoja conmigo, (Aclaración, no quiero decir que, si solo tenemos un solo vestido, no lo vayamos a usar) lo que quiero decir es que, si puede comprar una ropita nueva y de buen gusto, cómprelo hermano, pues Dios le está bendiciendo para que la gente sepa a que clase de Dios le servimos nosotros, antes le servíamos al dios de las pobrezas, al dios de la amargura, al dios de la preocupación, al dios de los límites, pero ahora conocemos y le servimos a aquel que dijo: mío es el oro y mía es la plata.
Mi hermano, Dios quiere bendecirte, Dios quiere verte en un estado de prosperidad, el Apóstol Juan lo declara de esta manera: “Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena saludo, así como prosperas espiritualmente” 3ª. Juan 2 NVI).
Si tienes la oportunidad de hacer bien ayudando a otras gentes, ayúdalas aunque no sean de la iglesia ¡MEJOR AÚN! Porque después ellos van a dar testimonio de que algún hermano de la iglesia le ayudó y de esta manera sacudirnos el espíritu de mentira, de engaño que nos ha hecho creer durante siglos que las posesiones, posiciones y riquezas están peleadas con el Señor Jesús.
Veamos, entonces el ejemplo d Abraham, quién era, un hombre más; común y corriente como nosotros, quién era Eliseo, quién era David, quién era Salomón y a donde llegaron simplemente porque creyeron a la voz de Dios que les llamo y les bendijo, dejemos que Dios nos bendiga y de esta manera seamos bendición también para otros…
Dios nos ama y nos ha llamado para bendecirnos en todos los aspectos de nuestras vidas, seamos fieles a Él, busquemos su voluntad para nuestra vida, hagamos como él nos dice, seamos fieles en lo poco y mucho más en lo mucho.
Según el dios que tú sirves, es el testimonio que vas a dar En el amor de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
P.D. No predico acerca de la PROSPERIDAD como el todo en la vida del cristiano, porque es lógico que lo verdaderamente importante es la salvación del alma (primordial) y tampoco creo que la falta de recursos económicos sea un síntoma de pecado o como algún predicador dijo por ahí: “La pobreza es maldición, entonces el pobre esta maldito” esto yo no lo enseño, simplemente que estaba en oración y el Señor me hablo de esta manera en mi vida el día domingo 11 de septiembre del 2005 cuando estaba pidiéndole mensaje para su pueblo, aproximadamente a las 5:00 a.m.
Lo enseñé en la iglesia que pastoreo y fue una tremenda bendición ya que había algunos hermanos luchando con este asunto pues a alguien de ellos le había propuesto en su trabajo el puesto de gerente general y no lo tomaba porque pensó que ¡ERA PECADO!
Bendiciones del altísimo, amados hermanos de la fe común.