No dejes apagar el fuego en el altar

No dejes apagar el fuego en el altar


Levíticos 6: 12-13; 1Timoteo 4:14; 2 Timoteo 1:6


Introducción


Hace unos años atrás, platicando con mi mama, me entere de la manera antigua en la que mantenían el fuego encendido. Hace muchos años atrás en los ranchos de México, las personas no tenían cerrillos para encender la lumbre, está la encendían con las chispas que causaba el golpear de dos piedras juntas. Y cuando ya lograban encender el fuego, tenían la gran necesidad de mantener aquel fuego encendido, ¿pero como lo hacían? Durante la noche la mujer tenia que estar poniéndole leña al fuego para que no se apagara. Hasta que se llegaba la mañana (5:00 – 6:00am) Cuando la mujer se levantaba a poner su nixtamal para molerlo en el metate, para sacar la maza con la cual hacia sus tortillas para alimentar a su familia. Y así lo hacían día tras día. Ellas sin saber, estaban haciendo lo mismo que Dios les manda hacer a los sacerdotes, es decir la misma forma.


Cómo decían nuestros antepasados ¡¡¡¡¡¡atízale al fogón ¡!!!!!!!!!


Yo creo que en lo del Señor se debe de hacer de la misma manera, primero prender el fuego. Antes lo hacían golpeando dos piedras juntas, pero nosotros tenemos la piedra que el constructor desecho, que vino a ser la piedra angular (Mateo 21:42; Marcos 12:10; Lucas 20:17; 1 Pedro 2:7) Esta piedra fue golpeada para que nos pueda dar el fuego (Isaías 53)


“Y el fuego encendido sobre el altar no se apagara, sino que el sacerdote pondrá en la leña cada mañana, y acomodara el holocausto sobre él, y quemara sobre él las grosuras de los sacrificios de la paz. El fuego arderá continuamente en el altar; NO SE APAGARA. (Levíticos 6:12-13)


Este era un mandato de Dios para los sacerdotes del Antiguo Testamento, que no dejaran de echarle leña, para que no se apagara el fuego. Pero mi Biblia me enseña que en estos tiempos todos los que creen en el Señor Jesucristo, y que se han arrepentido de corazón y que han sido lavados con la sangre de Cristo son sacerdotes de Dios. (1 Pedro 2:9; Apocalipsis 1:6; 5:10) Por esto también para nosotros aplica aquel mandato.


Como todos sabemos que uno de los símbolos del Espíritu Santo es (Fuego) Yo creo que todos necesitamos mantener el fuego ardiendo, como lo dice la palabra del Señor. Una de las maneras de mantener el fuego ardiendo es: Mantener al Espíritu Santo contento en nuestra vida.


La Biblia dice: ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Corintios 3:16)


Como dijimos antes, uno de los símbolos del Espíritu Santo es: Fuego. Y si la Biblia dice que el Espíritu Santo mora en nosotros, entonces dentro de nosotros habita “el Fuego”


Y este es el fuego, que yo creo que dice la Biblia que no debe de dejar que se apague, sino que hay que mantenerlo prendido.


Si usted nota en el versículo 12 del capitulo 6 del libro de Levíticos, dice “Y el fuego encendido sobre el altar, no se apagara”. Note que aquí aparece la palabra “altar”


La primer vez que la palabra altar aparece en la Biblia es en: Génesis 8:20 en donde Noe construyo un altar para Dios.


Después de esto miramos que la palabra altar es mencionada varias veces en la Biblia, nosotros necesitamos ser cristianos que construyan un altar en sus propias vidas, no solo en la iglesia sino también en nuestros corazones.


La palabra altar esta registrada 354 veces en todos los 66 libros de la Biblia. En el Antiguo Testamento se registran 331 veces, y en el Nuevo Testamento se registran 23.


Estos son los nombres de algunos hombres que levantaron un altar para Dios:




  1. Noé



  2. Abraham



  3. Isaac



  4. Jacob



  5. Moisés


Noé «Y edifico Noé un altar a Jehová, y tomo de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Jehová el olor grato; Y dijo Jehová en su corazón: No volveré mas a maldecir la tierra por causa del hombre; Porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; Ni volveré mas a destruir todo ser viviente, como he hecho” (Génesis 8:20)


Abram “Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edifico allí un altar a Jehová, quien le había aparecido” (Génesis 12:7)


Isaac “Y edifico allí un altar, e invoco el nombre de Jehová, y planto allí su tienda; Y abrieron allí los siervos de Isaac un pozo” (Génesis 26:25)


Jacob “Y erigió un allí un altar, y lo llamo EL-ELOHE-ISRAEL (esto es Dios, el Dios de Israel)” (Génesis 33:20)


Moisés “Y Moisés edifico un altar, y llamo su nombre Jehová-nisi (esto es Jehová es mi estandarte)” (Éxodo 17:15)


Yo creo que uno de los problemas con los cristianos modernos de hoy en día, es que no levantamos un altar para Dios. Porque si la Biblia dice que nosotros somos Templo de Dios, y que el Espíritu Santo mora en nosotros. Entonces hay necesidad de Levantar un altar para Dios, dentro de nosotros. Un altar como dijo el salmista David:


“Lavare en inocencia mis manos, y así andaré alrededor de tu altar, OH Jehová” (Salmos 26:6)


Cuando usted y yo hacemos un altar para que more el Espíritu Santo en nuestro corazón entonces no dejaremos que ese fuego se apague, porque le estaremos echando leña. (Oración, comunión, lectura de la Biblia, etc. )


Hay un consejo de la palabra de Dios, concerniente al tema que estamos exponiendo:


En su primera carta el apóstol Pablo le aconseja a Timoteo:


“No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio” (1Timoteo 4:14) Podemos darnos cuenta en este versículo que el apóstol Pablo sabia de la condición de su discípulo, que era posible que Timoteo estaba descuidando el don que había en él. Y por esta razón lo amonesta con las palabras que acabamos de leer. Porque hay un gran peligro cuando nosotros descuidamos lo de Dios en nuestras vidas.


Es mi opinión que la frase “No Descuides” se refiere a no prestarle la atención necesaria a algo según lo amerite, o perder un poco o mucho interés en algo. Porque el texto que vamos a leer a continuación nos enseña, que es lo que pasa cuando una persona descuida lo que Dios le dado, (se le va muriendo.


En su segunda carta el apóstol le pide a Timoteo que:


“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de dios que esta en ti por la imposición de mis manos” (2 Timoteo 1:6) Al leer este texto, nos podemos dar cuenta que es posible que el discípulo de Pablo, estaba dejando apagar el fuego del don de Dios que estaba en el. No le estaba echando lecha, o no le estaba atizando al fogón. Por esto el apóstol Pablo le aconseja a Timoteo que avive el fuego del don de Dios que estaba en él. No tanto que buscara el fuego, no porque ya estaba dentro de el.


Para mí pensar la palabra “avivar” significa dar vida, y no se le da vida a lo que esta vivo, sino a lo que sé esta muriendo.


Por esta razón es que nosotros como sacerdotes de Dios necesitamos tomar el consejo de parte de él. De no dejar que se apague el fuego, echémosle leña hasta que el Señor venga por nosotros. Atízale al fogón mi hermano, que nada ni nadie te robe ese fuego de Dios que esta en ti.


“He aquí, yo vengo pronto; reten lo que tienes, para que ninguno tome tu corona” Apocalipsis 3:11


Hay tres enemigos que trataran de apagar tu fuego:




  1. El mundo



  2. La carne



  3. El diablo


Pero este fuego que nosotros tenemos dentro de nosotros, Dijo Jesús: Ni las puertas del infierno lo apagaran. Ni tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o espada. Romanos 8:35


El apóstol Pablo nos dice en la carta a los Romanos:


“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni Ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir. Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8:38-39


Y continua diciendo:


“Antes, en todas estas cosas somos mas que vencedores por medio de aquel que nos amo” Romanos 8:37


Si la palabra de Dios dice: que somos mas que vencedores, entonces tu y yo podemos vencer toda adversidad que se nos presente en el nombre de Jesús.


“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13


Conclusión


Yo también como el apóstol Pablo, te invito a que:


a) No descuides el don de Dios


b) Avives el fuego del don de dios que esta en ti


Si tu ya eres salvo, no tienes que buscar el don de Dios. Ya esta en ti solo no lo descuides, y siempre mantenlo avivado.


El que le atiza al fogón, será luz, y esa luz alumbrara a todo aquel que ande en tinieblas. Porque para esto nos saco Dios de las tinieblas, para que seamos la luz del mundo. (Juan 1:5; 8:12; 9:5; Hechos 13:47; Romanos 2:19; Efesios 5:8,13; 1Tesalonicenses 5:5; 1Pedro 2:9; 1Juan 1:7; 2:10)


Finalmente quiere dejar en tu mente un dicho muy conocido: “Camarón que se duerme se lo lleva la corriente.”