El privilegio

El privilegio


Génesis 26:17-30


INTRODUCCIÓN:

Historia de un hombre perseverante:

La historia dice que este hombre fracasó en los negocios y cayó en bancarrota en 1831. Fue derrotado para la Legislatura de 1832. Su prometida murió en 1835. Sufrió un colapso nervioso en 1836. Fue Vencido en las elecciones de 1836 y en las elecciones parlamentarias de 1843, 1846,1848 y en 1855. No tuvo éxito en su aspiración en la Vicepresidencia en 1856, y en 1858, fue derrotado en las elecciones para el Senado. Este hombre perseverante fue Abraham Lincoln, elegido Presidente de los Estado Unidos en 1860.

La perseverancia constituye uno de los elementos en la combinación requerida para ser reconocido como un hijo de Dios, al respecto, bueno es formularse, algunas interrogantes:


1. ¿Qué debo hacer para ser reconocido como un hijo de Dios?
2. ¿Qué beneficios tengo, por ser reconocido como un hijo de Dios?
3. ¿Qué elementos particulares, me hacen ser reconocido como un hijo Dios?

Considerando esta lectura Bíblica, analicemos tres condiciones, requeridas para ser reconocido como un hijo de Dios:

1. LA PERSEVERANCIA (V17-V22).

La perseverancia se puede definir como: el acto de mantenerse trabajando en pos de un propósito, para alcanzarlo. Esto significa, ir más allá de la gratificación inmediata. Es una forma de disciplina que incluye: La continuidad, la convicción, el amor y el sacrificio por un ideal o meta.

A la luz de esta enseñanza, se pueden distinguir estos aspectos en el propósito trazado por Isaac, de ir tras la promesa dada por Dios a su padre, de multiplicar su descendencia y entregarle la tierra prometida. Señala la Palabra de Dios, como este hombre, se empeñaba en realizar una tarea que era obstaculizada por los Filisteos, obtener el agua viva para la sobre vivencia de su pueblo, ya que para la época, el agua representaba, el elemento fundamental para el asentamiento humano en algún lugar. Si analizamos el texto con detenimiento, notamos que fueron varios los intentos, exactamente tres intentos por asentarse en terrenos con pozos de agua, en el Valle de Gerar, esto denota disciplina en la realización de las tareas, lo que indica que Isaac, era un hombre perseverante, pero ¿qué elementos me indican esta afirmación?, revisemos:

• Continuidad. Cada vez que los hombres de Isaac, abrían un pozo de agua, los Filisteos, lo cerraban, causando además disputas, entre los dos pueblos. Debes entender, amigo, hermano, que cuando te propones alcanzar una meta, tienes que ser constante en tu aspiración, muchas veces emprendemos una tarea y en la primera de cambio la abandonamos, por que sencillamente, encontramos un obstáculo. Los obstáculos, si los miras desde la perspectiva de Isaac, son elementos motivadores en el logro de las metas, los obstáculos te ayudan a forjar y formar el carácter necesario para garantizar el éxito, no solo en logro de la meta, sino también, en su mantenimiento, los obstáculos, te mantienen despiertos, alertas, ante la amenaza constante del conformismo, pues te obligaran, en todo momento a buscar la manera , la vía, de superarlos, todos los hombres llamados por Dios, para sus grandes obras, se enfrentaron a diversos obstáculos: Moisés, tuvo que enfrentar constantemente, la infidelidad y la crítica del pueblo de Israel y no solo eso, sino que antes, en medio de su éxodo de la tierra de Egipto, enfrentó numerosos obstáculos, la negativa del Faraón ante la petición de libertad de este pueblo, la persecución con amenaza de muerte del pueblo, una vez, salido de Egipto, y pare usted de contar. Josué, sucesor de Moisés, en la tarea de conducir a este pueblo, hacia la tierra prometida, tuvo que enfrentar el obstáculo del Río Jordán y hacer que sus aguas retrocedieran para lograr este propósito, enfrentó, además, muchas batallas en las que aparentemente no tenía oportunidad de ganar, pero, logró el propósito para el cual fue llamado por Dios, y muchos otros hombres y mujeres, lograron vencer obstáculos, aparentemente invencibles. Todos ellos tenían una característica en común, eran personas que independientemente de las circunstancias, prevalecían en la continuidad por conquistar sus sueños.

“En esta momento, te hago un llamado a la reflexión, no importa los obstáculos que se te presenten en pos de tu tierra prometida, míralos como aliados, como forjadores del carácter que requieres para disfrutar, del éxito, que obtendrás, continuamente, te enfrentarás a ellos y los derrotarás si y sólo si, eres reconocido como un hijo de Dios” ¡Aleluya!

• Convicción. Otra característica de las personas perseverantes, lo constituye, la convicción por lo que hacen, es decir, que en todo momento muestren una actitud positiva, ante la empresa emprendida. Isaac, estaba convencido que los pozos que anteriormente había abierto, su padre Abraham, tenían agua y le permitirían morar en aquella tierra. La convicción, implica la dosis necesaria de fe, para ver los resultados, aún cuando en el presente, no sean tangibles. Estamos acostumbrados, a logros cortoplacistas, rápidos, instantáneos, y en muchas ocasiones sin la demanda del esfuerzo requerido. Más sin embargo, la mayoría de las metas planteadas por personas exitosas, requieren una fe a prueba de fuego, una fe que aún cuando llegue la prueba, sea inquebrantable, dice la Palabra de Dios en Is 43: 1-3 “No temas, por que yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemaras, ni la llama arderá en ti. Por que yo, El Señor, Dios tuyo, El Santo de Israel, Soy tú Salvador…”. La fe requiere la creencia de que Dios obrará en tu vida aún en las circunstancias adversas y que con su ayuda, podrás mover montañas, si es necesario. El libro de Hebreos, señala en el capítulo 11, lo que personajes Bíblicos hicieron, por la fe depositada en el Señor. Pero es importante que tú entiendas que la fe no significa dejarle todo el trabajo a Dios, El no te hará salvo, a menos que abras tu corazón y le recibas y creas, por medio de la fe, que lo serás, ni te va a lanzar una casa desde lo alto, si la requieres y no emprendes las acciones que te permitan obtenerlas, tampoco te dará un empleo, si estás cómodamente durmiendo en tu casa, esperando uno, mucho menos restaurará tu vida si solo te dedicas a querer dar lástima ante los demás, haciéndote la victima ante la situación adversa; por el contrario, la fe, la convicción del logro obtenido, aun cuando no lo veas ahora, implica un proceso de acción, esto es, trabajar arduamente, creyendo que el mismo, te conducirá a la meta deseada.

“Cuál es tu condición ahora?, Estás convencido de que lograrás el propósito que Dios ha puesto en tu corazón?. Dios está llamando a personas convencidas de que él es el Señor del universo, personas que depositando su confianza, en su majestad, logren conquistar los deseo de su corazón, sólo hay un requisito, déjalo entrar en tu vida, para que alimente la fe que te impulse en la realización de tu sueño” ¡Aleluya!

• El amor y el sacrificio por un ideal o meta. Isaac, por amor a Dios, a su padre, a su pueblo, reconoció el sacrificio que este había realizado y en consecuencia, continuaba incesantemente con la tarea de abrir los pozos, colocándole, los mismos nombres que Abraham en tiempos pasados colocó, aún cuando estos actos, representaban un sacrificio para su pueblo, ante la negativa de los filisteos, de aceptarlos en aquellas tierras, pero el sabía que detrás de este sacrificio, estaba el premio, la recompensa a su perseverancia, el agua viva que le abriría la puerta a la prosperidad y la fructificación en la tierra, el agua viva que le aseguraría, la permanencia en el tiempo, de su pueblo. Muchos años después, un hombre, le respondía a una mujer, refiriéndose al agua de un pozo de Samaria, de la siguiente manera:”Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”(Jn 4:13), este hombre fue Jesús, quien por el amor que Dios Padre tiene por ti y por mí, fue sacrificado en la cruz del calvario, para que usted y yo, no perezcamos, sino que tengamos la oportunidad de tomar de la fuente de su agua viva, de su Palabra, para salvación de nuestras almas, ¡Aleluya!, En Jesucristo, se lograría la promesa, que Abraham, dejaba a Isaac, la de obtener el agua viva para perpetuar su descendencia y que esta fuera prosperada, en Jesucristo, tenemos, por herencia la Palabra de su Evangelio que nos calmará la sed de su presencia y nos ayudarán a conquistar, la promesa de la prosperidad, ¡Aleluya! .

“Ahora debes tomar la decisión mas importante de tu vida, la de tomar el agua viva, que satisfará la necesidad por la que hoy estás atravesando, para hacerlo, sólo tienes que dejar entrar a Jesucristo, en tu vida y él te dará permanentemente, el agua viva de su presencia” . ¡Aleluya!

2. MANTENERSE EN COMUNIÓN ÍNTIMA CON DIOS (V23-V25).

Isaac, entendía lo que significaba, la comunión íntima con El Señor, al respecto, estaba atento a su voz, y construyó un altar, un lugar Santo, para mantenerse en comunicación permanente con Él. Ese lugar, se convertiría, para Isaac, en el lugar de lucha diaria, por las conquistas de las promesas, a través de la oración, pues esta, representa, el medio idóneo diseñado por Dios para conquistar en el mundo espiritual, lo que te corresponde por herencia divina, en el mundo natural. La palabra de Dios refiere “La comunión intima del Señor, es con los que lo temen y a ellos hará conocer su pacto” (Sal 25:14). Isaac fe un hombre temeroso de Dios, así lo demostró cuando obedeció el mandato divino de no descender a Egipto, en medio de la hambruna que había, para ese entonces, en la tierra, a cambio el Señor le confirmó la promesa hecha a su padre, multiplicar su descendencia y entregarle las naciones. Bajo esta perspectiva, Dios se relaciona con Isaac, así como lo quiere hacer a partir de esta mañana contigo, pero vale la pena preguntarse: ¿Estoy realmente preparado para oír su voz e intimar con él? ¿De qué manera, puedo llegar a él?.


La respuesta es simple, JESUCRISTO, es el único que nos puede relacionar con nuestro Padre Celestial, su Palabra refiere en 1Jn 5:12”El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida”. La entrada de Jesús en tu corazón, representa la presencia de la comunión intima con Dios Padre, representa, la verdadera vida que tu estás anhelando en este momento. Significa compartir tus intimidades con una persona confiable, tolerante, paciente, lo que permite que cada día puedas mejorar tu relación con él, ya que cada día le conoces más y le entiendes más.

Esta misma relación de Dios con Isaac, se tradujo en dos promesas contempladas en el verso 24 :

• Yo estoy contigo. La oración y la dependencia total de Isaac con Dios, le proporcionó su compañía permanente, pues estos elementos, aunado al temor de su majestad, hace que el Señor permanezca constantemente a nuestro lado. El libro de Juan 15:5, refiere en la parte final de este verso “…Por que separado de mi nada podrás hacer”, ¡Aleluya! Significa, una dependencia exclusiva de Dios. ¡Aleluya!

• Te bendeciré y multiplicaré. Esta Palabra representó para Isaac, la confirmación de la promesa, es decir, lo preparaba, para recibir la herencia divina prometida a su padre Abraham, tanto en lo espiritual, como en lo material. Dios quiere que hoy como heredero de la promesa hecha a Abraham, Isaac, y al mismo Jacob, recibas las bendiciones que muchos años después, conquistó Jesucristo en la cruz del calvario, para ti y para mi:

o La bendición de la salvación: Muerte al pecado, a la carne, en la cruz y puerta de entrada para el resto de las bendiciones.
o La bendición de la sanidad. Por la sangre derramada en la cruz del calvario Is 53:4-5.
o La bendición de la prosperidad: Jesús llevó la maldición del pecado de Adán y Eva, a la cruz y restituyó, la riqueza de Dios en tu vida.
o La bendición de la Multiplicación: Toda maldición de escasez, quedó en la cruz, para que te multipliques en todas las áreas de tu vida.

“Ahora, el Señor te dice, es imprescindible que dependas íntegramente de mi, “…Por que separado de mi nada podrás hacer”, invítame, dice, su Espíritu Santo, a entrar en tu corazón, deja que Jesucristo en mi persona, mantenga contigo, una relación estrecha de amor, déjame entregarte todas estas bendiciones y que mi relación contigo sea de Padre a hijo.”

Ya para finalizar, consideremos un tercer aspecto que me hace ser reconocido como un hijo de Dios.

3. DEBO GANARME EL RESPETO DE LOS DEMÁS (V26-V30).

El rey de los filisteos, Amalec, notó en Isaac, un gran testimonio, perseverancia y comunión intima con Dios, por lo que no le quedó mas remedio que reconocer, que verdaderamente, aquel hombre, era un hijo de Dios, de allí que optó, por ofrecerle un pacto de paz, de no agresión, de respeto, entre sus pueblos. Las Sagradas Escrituras, refiere en el Libro del Profeta Jeremías 15: 19-21 “…¡Conviértanse ellos a ti, mas tú no te conviertas a ellos! Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, pelearan contra ti, pero no te vencerán, por que yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice el Señor. Yo te libraré de la mano de los malos y te redimiré de la mano de los fuertes” Isaac nunca se doblegó ante la presión de los filisteos, por el contrario, su actitud le hizo ganarse el respeto de sus adversarios, por lo que halló el respaldo de Dios, quien en todo momento, le guardó, le defendió y lo redimió de sus manos. Déjame decirte algo, Jesucristo, fue reconocido como el Hijo de Dios, Las Sagradas Escrituras, expresan en el Libro de Mateo (3:13-17) que una vez que Jesús acudió a ser bautizado, por Juan el Bautista, en el momento en que subía del agua, los cielos fueron abiertos y este vio al Espíritu de Dios, que descendía como una paloma y se posaba sobre él, y una voz desde los cielos dijo:”ESTE ES MI HIJO AMADO EN QUIEN TENGO COMPLACENCIA” y fue a partir de ese momento, que Jesús de Nazaret, comenzó a ganarse el respeto y la admiración de los pueblos, pues sus acto, estaban plasmados, de milagros, prodigios, señales y maravillas. La enseñanza es muy sencilla, cuando, El Espíritu de Dios repose sobre ti, serás reconocido como un hijo de Dios, pues verán en ti a la misma persona de Jesucristo. ¡Aleluya!

Por otro lado, El Señor Jesús dijo:”Quien me confesare delante de los hombres, yo le confesaré, delante de mi Padre, y quien me negare delante de los hombres, yo le negaré, delante de mi Padre”

Si quieres ser respetado por los demás, solo tiene que cumplir con tres requisitos:

o Guardar tu testimonio, tal y cual como lo hizo Isaac.
o Confesar el nombre de Jesucristo.
o Y dejar el Espíritu Santo se pose sobre ti, para que desde los cielos, se deje oír la voz de Dios, diciendo:”este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia”

¿Cómo lo puedes hacer?

“Permite que Jesucristo entre a tu corazón, no lo rechaces , hoy tienes la oportunidad de tu vida, para ganarte el respeto de los demás”

CONCLUSIÓN.

A esta hora, Dios te dio un ejemplo de un hombre que tuvo el privilegio de ser reconocido como un Hijo de Dios, fueron tres grandes cosas que permitió este privilegio en la vida de Isaac:

o Perseverancia.
o Comunión intima con Dios.
o Ganarse el respeto de los demás.

Si tú lo deseas, lo anhelas, ese privilegio puede ser tuyo ahora mismo, como parte de la herencia divina que Dios quiere darte a través de las promesas dejadas a Isaac, solo tienes que dejar que Jesucristo guíe completamente tu vida a partir de este momento.