¡A que ni sabes qué!

¡A que ni sabes qué!


Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman.1 Corintios 2:9 (NVI).


Dios tiene poder para hacer mucho más de lo que le pedimos. ¡Ni siquiera podemos imaginarnos lo que Dios puede hacer para ayudarnos con su poder.Efesios 3:20 (BLS).


INTRODUCCIÓN


Imagina por un momento cómo te puede usar Dios. Si supieras que Dios está contigo, y que todo lo que emprendas en la vida y para él te saldrá bien ¿te atreverías a servirle?. ¡A que ni sabes qué!, hoy podemos aprender de la vida de Josué la manera en la que Dios está dispuesto a usar a todos aquellos que creen que él es capaz de hacer cosas extraordinarias a través suyo. La tarea que Dios asignó a Josué no era sencilla. En primer lugar tenía que ser el sucesor de Moisés (un gran líder), y en segundo lugar tenía que llevar a los israelitas a poseer la tierra que les pertenecía por decreto de Dios (un gran problema) Sin embargo, la historia de Josué (capítulo 1) nos enseña que toda persona que dispone el corazón para servir a Dios y a los que le rodean, deberá enfrentar sus propias limitaciones si quiere ver cosas asombrosas en su vida. Por eso, para ver lo extraordinario de Dios en nosotros debemos…


I. Dejar ir de Nosotros Toda Duda, v. 9 (comparar con Santiago 1:6-7)


 No sabemos lo que en el corazón de Josué pasaba en este momento, sin embargo, la insistencia de Dios en animarle a ser fuerte y valiente (vv. 6, 7) preparó su corazón para la tercera vez que Dios mencionó las mismas palabras añadiendo la seguridad de su presencia. Fue en este momento en el que Josué dio un giro total a su vida. Alguna vez te has preguntado ¿qué causa la duda? La Duda Puede ser Causada Por:




  • Temor a lo Desconocido



  • Valores Equivocados



  • Circunstancias Críticas



  • Falta de Conocimiento de Dios



  • Inexperiencia



  • Incredulidad


Dudar que podemos hacer cosas extraordinarias en el nombre de Dios no es más que limitar las posibilidades de recibir de Dios lo que hace un momento imaginamos de cómo nos puede usar él. Dios es muy claro y sigue hablando como lo hizo con Josué, a quien en tres ocasiones le demandó fuerza y valentía, y le prometió su poderosa presencia.


II. Buscar una Promesa en la Palabra de Dios, v. 3


Josué no tuvo que buscar, Dios mismo vino y le dio una promesa sensacional: LA TIERRA PROMETIDA. Todo creyente inteligente sabe que para poder ver cosas asombrosas en su vida tiene que confiar plenamente en las promesas de Dios. En esta historia podemos ver tres promesas para aquellos que viven para Dios: 3 Promesas para los que Viven para Dios:




  1. Dios Promete Fuerza, v. 5



  2. Dios Promete Éxito, v. 7



  3. Dios Promete Apoyo, v. 9


Josué no tuvo que buscar, pero nosotros sí; y las promesas de Dios están disponibles para todo aquel que haga de la lectura de la Biblia un hábito deleitoso en su vida (ver Josué 1:8).


III. Apoyarnos en el Señor, v. 5 (comparar con Proverbios 3:5-6)


La gigantesca tarea de Josué requeriría de un fuerte apoyo de quien la dio, es decir, de Dios. Hemos aprendido muchas veces que Dios no te va a pedir algo que no puedas hacer, sin embargo, la realidad es otra. A menudo, somos llamados por Dios a realizar tareas de dimensiones divinas, es decir, que solamente con la ayuda de él podremos realizarlas y tal fue el caso de Josué. Cuando Dios hace esto, es porque el único apoyo con el que contamos para realizar cualquier tarea por difícil que sea es él. Cuando esto es así, Dios está con nosotros, no nos deja ni nos abandona, y este es el mejor apoyo con el que contamos.


Cabe mencionar que algunos creyentes no se apoyan en Dios sino en sus propias habilidades. Sabedor de esto, el rey Salomón dijo en uno de sus proverbios: “Confía en el Señor con todo el corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.” Proverbios 3:5-6 (NVI). Dios se interesa en ser nuestro apoyo en todo momento, ¿Y a Que ni Sabes Qué? El está ahora aquí, muy cerca de ti, queriendo ser tu único apoyo en este momento de tu vida.


IV. Hacer Volar Nuestra Fe, vv. 10-11


Josué ya no tenía alternativa, él tenía que hacer que su seguridad en las promesas que Dios le había dado (y de las que ya hemos hablado) hiciera a volar fe. Casi puedo escuchar a Dios decirle a Josué: “a que ni sabes qué Josué, hay cosas que tus ojos no han visto, que tus oídos no han escuchado y que ni siquiera te has imaginado, pero son cosas que tengo preparadas para ti porque te amo.” Con estas palabras de Dios, Josué tenía la obligación de hacer volar su fe en Dios. Ahora nos toca a ti y a mí hacer lo mismo, no esperemos más, porque si esperamos las “condiciones perfectas” nunca vamos a empezar ni a terminar nada. Decidámonos y hagamos volar nuestra fe en el nombre de Dios.


CONCLUSIÓN


Toma esta palabra que Dios te ha dado hoy, y comprométete con él. Dios quiere usar tu vida y ayudarte a superar tus miedos, limitaciones y frustraciones. Mejor piensa en todo lo que Dios tiene preparado para ti. No dudes, confía en Dios, apóyate en sus promesas y deja volar tu fe, y a que ni sabes qué: Dios te usará poderosamente y tu vida tendrá un profundo significado y un verdadero sentido de satisfacción.