¿Quien es su dios?
Éxodo 20:1-3
Introducción.
1. Hoy vamos a comenzar una serie de uno de los temas más importantes de las Escrituras: “Los Diez Mandamientos”. A pesar de que muchos dicen que los diez mandamientos fueron dados a los judíos como nación y que ahora vivimos en un tiempo diferente y que éste es el período en que Dios trata al hombre en gracia y no en juicio, los que piensan de esa manera, se olvidan que los mandamientos nos enseñan principios espirituales por los cuales nosotros, los cristianos, los que adoramos a Dios, debemos andar.
2. Tampoco podemos aproximarnos a los Diez Mandamientos como si fueran la totalidad o incluso la parte más importante de la ley. La Ley de una unidad y no hay nada en el AT como el NT que justifique este aislamiento del Decálogo que ha tenido lugar en algunos de los escritos de la iglesia.
3. La Ley es una unidad, en cuanto cada mandamiento está relacionado con los otros. No es posible cumplir con algunos de los deberes enumerados en los mandamientos, creyendo que de esa manera estamos libres de cumplir los demás. Santiago 2:10 “Porque el que cumple con toda la ley pero falla en un solo punto ya es culpable de haberla quebrantado toda.”
4. Permítanme poner juntos tres pasajes de las Escrituras para que ustedes puedan ver con mayor claridad lo que yo pienso al respecto.
Deuteronomio 8:2-3 “Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre”.
Mateo 4:4 “El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Aquí encontramos a Jesús haciendo uso en esta declaración de las palabras contenidas en Deuteronomio 8:3.
Mateo 5:17-20 (Aquí vamos a encontrar lo que Jesús piensa de la ley): “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”.
4. ¿Qué es lo que enseñan estos pasajes? Simplemente que su vida y la mía se aprecian mejor cuando están controladas por la Palabra de Dios. Hoy, en un mundo que está sin orientación, la Palabra de Dios nos habla desde los Diez Mandamientos y nos enseña que existe una línea de conducta y que hay normas establecidas por Dios para el bien de nuestra vida.
5. Los Diez Mandamientos se vieron reflejados en las palabras y en la manera de vivir de Jesús, y Dios quiere que aquellos que han nacido de nuevo por el Espíritu Santos sean fieles imitadores de Cristo.
6. Vamos a centrarnos ahora en el Primer Mandamiento, el primero de cuatro mandamientos que tiene que ver con nuestra relación con Dios. El primer mandamiento nos coloca frente a frente con el objeto de nuestra adoración.
7. En Éxodo 20:2-3 encontramos el primer mandamiento. Un mandamiento al que he titulado ¿Quién es su Dios?. El título está encerrado precisamente en estos dos versículos. Leamos Éxodo 20:2-3: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí”.
8. En primer lugar vemos aquí que Dios confronta al hombre con sí mismo para que no exista equivocación o dudas en lo que respecta a su persona y su carácter. Este primer mandamiento nos confronta con la revelación de Dios.
9. Vamos a desarrollar tres puntos fundamentales para poder comprender quién es Dios. Hay muchas personas que están en busca de Dios. Hay muchos otros que dicen,”yo tengo mi Dios”. Otros dicen: “Yo creo en Dios”, y si les preguntamos ¿En qué Dios? dan explicaciones muy vacías y fugaces acerca de Dios.
10. Tal vez un Dios que ellos han creado en su propia imaginación, independientemente a la revelación que Dios mismo da de sí. Hay individuos que creen que Dios es el placer. Y una vez que gustan el placer, quieren más placer, y empiezan a darse cuenta que ese dios que los domina no les satisface. ¡Qué triste verdad! Quizás ese sea su dios. O. T. Por esto le preguntó: ¿Quién es su Dios? Veamos pues que nos revela Dios en ente primer mandamiento.
I. Nos revela la identificación de Dios con su pueblo
Hay tres razones de peso del por qué se dio este primer mandamiento: Primero, la historia de Israel demuestra su tendencia hacia los cultos falsos. Los israelitas frecuentemente trataron de servir a otros dioses además del Señor, quien habla en nuestro texto. Raquel robó los dioses de su padre cuando escaparon de su casa (Génesis 31:19). Israel vivió 400 años en Egipto, una nación que tenía muchos dioses, y los israelitas buscaron adorarlos (Josué 24:14). Segundo, tener otros dioses es siempre para abandonar al verdadero Dios (Josué 24:15-16,). Para nuestra información el pueblo de Israel nunca tuvo la intención de rechazar al Dios verdadero por otros dioses, sino simplemente querían añadir a otros dioses para adorar.
La relación del pueblo de Israel para con su Dios es semejante a la relación de un hombre para con su esposa: es una relación exclusiva que no tiene en cuenta ninguna otra mujer. Así, volverse hacia otros dioses es llamada prostitución y adulterio espiritual en la Biblia. Tercer, tener a otros dioses es evidencia de la falta en el Dios verdadero. Aquí está el por qué teniendo a otros dioses constituye abandonar a Dios. Creo que es significante que Dios prohibiese el culto de otros dioses, no de otro dios. Este mandamiento da por supuesto que los dioses múltiples serán adorados, no sólo uno. Así, una vez que uno llega a dudar de la soberanía de Dios, hay que sumar otros dioses que cubran diversas áreas para protección. Dios es así abandonado cuando otros dioses son servidos, pues no hemos podido encontrarle suficiente y confiable si otros dioses están obligados a hacernos sentir seguros. Este mandamiento por consiguiente sugiere que una vez que cesamos de confiar en Dios para cada área de nuestra vida, hemos dejado de confiar por completo en Él y hemos recurrido a otros “dioses.”
1. ¿Quién es su Dios? He aquí la respuesta. “Yo soy Jehová tu Dios”. He aquí el nombre de nuestro Dios: “Jehová es su nombre”. En Éxodo 3:14 encontramos por primera vez la mención de este nombre cuando Moisés quiso saber también quién era Dios. Éxodo 3:13-14 dicen: “Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros”.
2. Esta expresión “Yo soy el que soy”, es la palabra hebrea “Jehová” (Eterno), el que siempre existe. Por un instante vayamos al Nuevo Testamento para poder ver allí este nombre. En Juan 8:58 encontramos a una persona que se apropió de ese nombre. “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy”. En lugar de decir, “Antes que Abraham fuese yo era” dijo “YO SOY”. Y usó en hebreo la palabra Jehová, que quiere decir el Eterno.
3. Hebreos 13:8 lo explica de esta manera: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”. Esto es lo mismo que decir, Jesucristo es Jehová. Vuelvo a hacerle la pregunta, ¿Quién es su Dios? Lo primero que encontramos en los Diez Mandamientos es que Dios se reveló a su pueblo por su nombre. El dijo: “Yo soy Jehová”. Ese es el Dios de la Biblia.
4. El primer principio bíblico que encontramos es que el Dios de la Biblia es uno solo, no el de su imaginación, ni el de ciertas religiones, ¡No! El Dios de la Biblia es Jehová, y cualquier otro nombre estaría de más.
5. Es por esta razón que los discípulos al comenzar la evangelización dieron énfasis a esta verdad. Pedro, por ejemplo, presentando el mensaje dice en Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Hay un Dios, y ese Dios se llama “Jehová”.
II. Nos habla de la relación de Dios con su pueblo
“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”. “Yo soy Jehová tu Dios”.
1. La palabra Dios, que es la misma que aparece en Génesis 1:1, significa “Creador”, “Supremo”. De aquí podemos deducir entonces que no hay lugar a dudas de que la Biblia nos presenta quién es el Supremo en nuestras vidas, Aquel que quiere controlar nuestras vidas y guiarlas.
2. El Dios de la Biblia quiere ser nuestro Dios. ¿Podría usted decir en ésta hora que el Dios de la Biblia es su Dios? ¿Podría usted decir que Jesucristo es su Dios? ¿Se ha preguntado usted cuáles son los requisitos bíblicos para conocer al Dios de la Biblia? ¿Es Jehová su Dios personal?
3. Este primer mandamiento comienza donde podríamos suponer que debiera empezar: en el campo de nuestra relación con Dios. Requiere nuestra adoración exclusiva y fervorosa: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”. “Yo soy Jehová tu Dios”.
4. ¿Cómo podemos cumplir con este mandamiento? Creo que para nosotros, guardar este primer mandamiento sería como Jesús dijo: “amar al Señor nuestro Dios con todo el corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente (Mt. 22:37).
5. Hacer de Su voluntad nuestra guía y de su gloria nuestra meta. Colocarlo a Él en nuestros pensamientos, palabras y acciones; en los negocios y en el descanso; en las amistades y las carreras profesionales; en el uso del dinero, el tiempo y los talentos; en el trabajo y en el hogar.
6. Hay una pregunta que le tengo que hacer: ¿Por qué no debemos tener otros dioses? La respuesta está en las primeras palabras de este mandamiento. Podemos responder a la pregunta en dos respuestas. Primero, debido a lo que Dios es; segundo, por lo que ha realizado.
7. ¿Quién es el Dios verdadero? Se expresa en las palabras “Yo soy Jehová tu Dios.” Es un maravilloso nombre del Señor: Yahveh Eloheka. La razón por la que deberíamos obedecer estos mandamientos es que el Dios que está hablando en los mandamientos es el Dios verdadero, el Dios que no tiene principio ni fin.
8. “YO SOY EL QUE SOY, Él es autoexistente. Nadie lo creó y por lo tanto Él no es responsable ante nadie. Él es autosuficiente. No necesita de nadie y por lo tanto no depende de nadie para nada. Cualquier dios que sea menos que esto no es Dios y todos los demás dioses son menos que esto. Dios puede demandar esta adoración de su pueblo porque Dios es como es.
9. Lo que Dios ha hecho nos señala en las palabras: que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. En un primer marco de referencia estas palabras se aplican a Israel, la nación que fue liberada de Egipto. Pero se puede aplicar a cualquiera que haya experimentado la liberación, de la muerte, de la esclavitud, de la pobreza o de la enfermedad.
III. Nos comunica lo que Dios espera de su pueblo
1. “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Exodo 20:3). En Mateo 6:24, Jesús explicó esto de la siguiente manera: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”.
2. En otras palabras, el Dios de la Biblia unido a nuestra voluntad. Muchas veces pienso que los cristianos tomamos nuestra relación con Dios como algo limitado a nuestra asistencia a los cultos, nuestra ofrenda, etc, etc.
3. Encontramos aquí una prohibición absoluta “NO.” No hay opción para sus criaturas. Adorar a cualquier otro dios que no sea el Señor bíblico es no cumplir con este mandamiento. Pero para no cumplir con este mandamiento no es necesario adorar a un dios claramente definido (Zeus, Minerva, La Santa Muerte o cualquier ídolo moderno).
4. No estamos cumpliendo este mandamiento cuando colocamos a alguna persona o alguna cosa en el primer lugar en nuestros afectos, lugar que solo le corresponde a Dios. Con mucha frecuencia el dios sustituto somos nosotros mismos o la opinión que tenemos de nosotros mismos. Pueden ser cosas tales como el éxito, las posesiones materiales, la fama o el poder sobre otros.
Dos esposos se amaban mucho. Su dinero era poco, pero cada uno admiraba a su compañero. Cada uno tenia una posesión muy valiosa. Él tenía un carro “antiguo”, un Corvet. Ella un pelo largo y precioso, famoso en su pueblo. Llegó la Navidad. En secreto, ambos compraron regalos con el poco dinero que había ese año. Cuando llego el día esperado, él le dio su regalo: Un broche de oro para el pelo de ella. Ella le dio su regalo: Un cobertor especial de cuero para el carro. Cuando recibieron su regalo comenzaron a llorar. Para que ella pudiera comprar su regalo, se había cortado TODO el pelo. Para que él pudiera comprar el suyo, había vendido su carro. Eso es amor. Vender lo que mas quieres, por la persona que mas ama. Dios se merece eso y más, ¿no crees?
5. Pero, ¿dónde está Cristo en tu vida? ¿Es tu primera prioridad? ¿Consulta usted a Jesús antes de tomar decisiones? ¿Significa Cristo para usted un objeto de adoración y nada más? Quiera Dios que a través de este primer mandamiento nos demos cuenta que Dios quiere tener con nosotros una relación personal; que Él está interesado en nuestra vida, que Él está interesado en nuestros planes y proyectos, que Él está interesado en nuestra felicidad. ¿Quién es su Dios? ¿Es el Dios manifestado en la persona de Cristo, su Dios?
6. El Dios de la Biblia quiere ser nuestro Dios. ¿Podría usted decir en ésta hora que el Dios de la Biblia es su Dios? ¿Podría usted decir que Jesucristo es su Dios? ¿Se ha preguntado usted cuáles son los requisitos bíblicos para conocer al Dios de la Biblia? ¿Es Jehová su Dios personal?
Conclusión
1. La palabra Dios, que es la misma que aparece en Génesis 1:1, significa “Creador”, “Supremo”. De aquí podemos deducir entonces que no hay lugar a dudas de que la Biblia nos presenta quién es el Supremo en nuestras vidas, Aquel que quiere controlar nuestras vidas y guiarlas.
2. Como resultado de todo lo que hemos considerado hoy quiero preguntarle: ¿Adoramos a Dios plenamente y en exclusividad? Sin lugar a dudas que no lo hacemos. Le tengo una mala noticia: Que a excepción de Jesús, ningún hombre jamás ha cumplido este mandamiento.
3. En consecuencia, el primer mandamiento virtualmente no está gritando que somos desagradecidos, desobedientes, rebeldes y gobernados por el pecado.
4. Porque no hacemos una oración de confesión y le decimos al Señor lo siguiente: Padre, yo quiero pedirte perdón, porque no eres el primero y quiero decirte que deseo que Tu seas el primero y el mejor en mi vida. Saca de mi vida todos mis ídolos. En el nombre de Jesús, Amén.