Llegó el tiempo
Hageo 1:1-6 “En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada. Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.”
Para poder entender el pasaje de Hageo, quisiera que pudiéramos regresar el tiempo, unos 16 años antes, donde en el libro de Esdras se nos relata lo acontecido durante esos años.
Dice este pasaje de Esdras capítulo Esdras 1:1-5 lo siguiente: En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo: Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén. Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén. Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén.
Quiero hermano que note con claridad cómo Dios despertó el corazón de un rey pagano Ciro rey de Persia y obró en él. Dios puso en el corazón de este rey que se edificase casa al Dios de Israel, y fue entonces cuando Ciro envío heraldos por todo el reino, mandó escritos, lo mandó a pregonar por todos los rincones de el reino de Persia de tal manera que todos los israelitas que vivieran ahí en Persia se levantaran y fueran desafiados para ir hasta Jerusalén a edificar la casa de Jehová el Dios de Israel.
Y podemos ver a estos heraldos en las plazas, en las esquinas de las calles, en los collados, en los montes, pregonando por todo lugar que todos los que fuesen del pueblo de Dios, que estuvieron en esclavitud por 70 años y que habían sido llevados cautivos, había llegado el tiempo de que ellos regresasen a Jerusalén con el propósito de edificar la casa a Jehová Dios de Israel.
Cuando se dio el edicto, todos sabían que el propósito por el cual Dios los estaba dejando en libertad de la esclavitud en que ellos vivían ahí en Babilonia era para ir a Jerusalén a edificar la casa de Dios. Y dice la Biblia que aquellos que conocieran a estos Israelitas les ayudaran con ofrendas voluntarias, con oro, con plata, con todo lo necesario para que fueran a cumplir su propósito. ¿Cuál era el propósito? Edificar la casa al Dios de Israel. Ese era el mandato que Dios había dado y Ciro lo hizo pregonar.
Ahora se levantan todos los Israelitas, se ponen de acuerdo, hay un líder, Zorobabel, que los lleva hasta Jerusalén con el propósito de edificarle casa al Dios de Israel.
Dice la Biblia que fueron más de 42 mil personas, y con los siervos eran casi 50 mil. En el capitulo 2 se nos da la relación de todos estos jefes de familias.
Ahora llegamos a Esdras 3:1-3 Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un solo hombre en Jerusalén. Entonces se levantaron Jesúa hijo de Josadac y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios. Y colocaron el altar sobre su base, porque tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos por la mañana y por la tarde.
Aquí tenemos ahora que el pueblo se reúne para edificar ¿qué cosa? un altar y empezaron a ofrecer holocaustos al Dios de Israel. Ahora, déjeme preguntarle: ¿Para qué habían sido llevados hasta Jerusalén? La respuesta es: para edificar la casa de Dios. Ahora, es cierto que era bueno que ellos edificaran un altar, era bueno que ellos ofrecieran sacrificios a Dios, pero no era ese el propósito principal por el cual fueron llevados.
Y mire hermano, esta historia se parece mucho a la historia de nuestro cristianismo hoy en día. Usted y yo hemos sido libertados del pecado, libertados de la opresión, Dios nos ha rescatado, Dios ha roto las cadenas, hemos conocido a Jesucristo como nuestro Salvador personal, hemos sido libertados con un propósito: con el propósito de edificar casa al Dios de Israel. Pero déjeme decirle que, la mayoría de las iglesias y de los cristianos hoy en día han perdido el propósito por el cual Dios nos ha rescatado, y en lugar de edificar casa al Dios de Israel estamos dedicados a hacer holocaustos, estamos dedicados a tener programas musicales en nuestras iglesias, estamos dedicados a tener ministerios sociales, estamos dedicados a tener programas de ayuda para la población, y ese, no es el propósito principal por el que Dios nos ha rescatado. Es bueno tener programas de ayuda social, pero no es el propósito principal de la iglesia; es bueno que usted tenga un buen programa de música pero no es el propósito principal de la iglesia. Y pudiéramos mencionar tantos ministerios por los cuales las iglesias están desviándose y han perdido el propósito por el cual Dios los ha rescatado.
Usted y yo, desde el día que fuimos salvos, ya estábamos listos en ese preciso instante para ir a la presencia de Dios. No hay nada que usted y yo podamos agregar al sacrificio que Dios ya hizo por nosotros. No hay nada que podamos hacer por nuestra salvación, Cristo ya lo hizo todo.
Y todo el propósito, hermanos, por el cual el Señor nos rescató es que, edifiquemos casa al Dios de Israel, que ganemos almas para Cristo, que llevemos el Evangelio. Pero tal vez si el Señor examinara nuestra vida, nuestro ministerio, encontraría que estamos más afanados haciendo otras cosas que suenan bonito pero que no son el propósito por el cual el Señor nos ha dejado aquí. Y mire, cuando una iglesia no está cumpliendo con el propósito de Dios, en realidad no hay ni oposición de parte de los enemigos. Usted ve aquí en Esdras 3:10-11 que hasta que echaron los cimientos de la casa de Dios, fue que empezaron los ataques de los enemigos. Dice la Biblia que hubo verdadera alegría en el pueblo, hubo alabanza para Dios, hubo júbilo, y ese júbilo se escuchó más allá de los linderos de Jerusalén.
Esdras 3:12-13 nos dice hasta que ellos pusieron los cimiento de la casa de Dios se escuchó que estaba sucediendo algo ahí. Hasta que ellos empezaron a cumplir el propósito por el cual habían sido llevados a ese lugar, empezó un verdadero avivamiento y gran entusiasmo. No hay un programa que traiga más alegría a nuestras iglesias, no hay un programa que traiga más gozo a nuestras iglesias que un programa de ganar almas. Debemos convertir nuestras iglesias en iglesias ganadoras de almas.
Cuando las iglesias están ocupadas en otros ministerios como reuniones musicales, en conciertos con Marcos Witt, Nelson Ned o con la hermana Yuri, con alabanzas pentecostales, hermano, eso no sirve, solo produce ruido, el verdadero júbilo fue cuando ellos empezaron a hacer lo que Dios les había mandado. Cuando no estaban haciendo nada, o estaban ocupados en otras cosas, los enemigos ni se preocupaban, pero cuando el enemigo oyó que empezaron a cumplir el propósito vea lo que sucedió en Esdras 4:1-2, el diablo empezó a atacar.
Primera estrategia que usó el diablo: “Nosotros les vamos a ayudar, también somos hermanos, todos somos hijos de Dios, todos leemos la Biblia.” Hoy día tenemos un montón de Bautistas, comprometidos con pentecostales, con carismáticos, con presbiterianos, con asociaciones, con convenciones, con sus alianzas ministeriales, con el compañerismo, con sus amistades cristianas, entretenidos en otro tipo de programas sociales y ecuménicos sin desarrollar de manera efectiva, sencilla y directa lo que Dios nos ha mandado a hacer, y lo que Dios nos ha mandado a hacer es ganar almas para Cristo.
Vino el diablo y dijo, “vamos a edificar juntos, vamos a tomarnos de la mano, vamos a hacer algo que impacte en toda la ciudad, somos de los mismos, somos igual que ustedes.” Pero no era así, eran los enemigos que venían con pieles de cordero para engañar. Pero ¿sabe qué? hubo un hombre que no cayó en el juego, ese hombre fue Zorobabel, y él dijo: Nosotros edificaremos solos.
En Esdras 3:3, Zorobabel dijo: No estamos para comprometer nuestras convicciones o nuestros estándares con ustedes. Nosotros vamos a edificar solos. Y usted puede edificar solo, sin la ayuda de nadie, mas que la Dios y la de sus miembros. Una iglesia local independiente separada que esté ganando almas para Cristo. Usted no necesita tener reuniones carismáticas, ecuménicas con otros grupos. Yo creo que cada iglesia bautista es una iglesia local independiente autónoma. De tal manera que no nos conviene edificar con los enemigos. Vinieron los enemigos disfrazados para atemorizarlos, queriendo consumir el pueblo de Dios. Dice la Biblia que todo lo que hicieron ellos fue tratar de afectar e impedir el propósito de Dios, cesar de construir la casa al Dios de Israel mediante escritos y amenazas.
Pero en Esdras 4:24 nos dice que la obra cesó. La obra fue detenida por la fuerza.
Y en Esdras 5:1 es donde encontramos que Hageo profetisa, lo que está escrito en Hageo capítulo 1. Ellos habían iniciado ya la construcción de la casa del Dios de Israel, pero ahora cada uno se había ido a sus casas, cada uno de ellos dijo: Bueno, vamos a dejar un momentito este asunto de edificar. Pero Hageo se levanta en el nombre de Dios y dice: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.
Durante la suspensión que hubo, en la que ellos dejaron de edificar la casa al Dios de Israel, se fueron a las actividades que tenían antes, volvieron a la misma vida que tenían. Cuando Hageo les dice, Vamos a edificar otra vez, vamos a reiniciar los trabajos de edificar la casa de Dios, ellos dijeron, no ha llegado aún el tiempo, todavía no es hora, no vamos a poder. Entonces Dios les dice por medio de Hageo. Hageo 1:2-4 Vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?
Aquí está el reclamo de Dios diciendo ¡hey! ¡llegó el tiempo de reedificar la casa! Y hermanos, yo quiero decirles que… llegó el tiempo de tener una iglesia ganadora de almas. Llegó el tiempo de dejar nuestra pereza. Llegó el tiempo de dejar nuestra apatía espiritual. Llegó el tiempo de dejar todos esos programas en nuestra iglesia que no funcionan, que no están dirigidos a traer almas a los pies de Cristo. ¡Llegó el tiempo! ¡Llegó el tiempo!
Y había cuatro razones que quiero darles por las cuales decían no ha llegado el tiempo. Y me temo, hermanos, que son las mismas razones que muchos cristianos y muchos pastores dan, para no tener una iglesia ganadora de almas, para no convertirse en personas que van detrás de las almas.
La primera razón por la cual ellos dijeron no ha llegado aún el tiempo era: Porque estaban afanados por las cosas materiales.
Ellos cambiaron el propósito de reedificar la casa de Dios a pesar de que Dios les había dicho que tendrían todo lo necesario para reedificarla. Pero ellos negaron ese propósito y fueron a construir sus propias casas, casas artesonadas dice la Biblia.
Déjeme decirle, hermano, a usted que está obsesionado con las cosas materiales, a usted que está obsesionado por su propio bienestar y que ha perdido el propósito de ganar almas para Cristo, usted va a seguir en la misma miseria. La bendición de Dios no va a llegar a su vida mientras usted no esté cumpliendo el propósito por el que lo ha llamado. Es increíble que usted sea el pastor y pueda dirigir una congregación sin ser un ganador de almas. Es vergonzoso si usted está al frente de una iglesia en la cual no hay gente que se esté convirtiendo a Cristo. En verdad es, que usted debería renunciar, a menos que se convierta en un ganador de almas.
Carlos Spurgeon decía a los predicadores que no ganaban almas: ustedes salen caro hasta por la sal que se comen.
El propósito no es que usted tenga la casa más grande o más lujosa, un auto nuevo, una televisión más grande, un refrigerador nuevo, una cama más grande. Sino ganar almas. Hay pastores más preocupados por su comodidad que por ganar un alma a Cristo; más preocupados por el edificio que por la misma gente que pueda llegar a ese edificio.
Ellos dijeron no ha llegado el tiempo, pero mire lo que Dios les dijo en Hageo 1:9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.
¿No será el mismo caso de usted? ¿No será que todas sus fuerzas y sus energías las está gastando en las cosas de este mundo? Trabajando en lo secular. Obsesionado por lo material, cuando hay una tarea más grande que le está reclamando, que es ganar almas. No olvide que dice la Biblia que raíz de todos los males es el amor al dinero. Si usted vive más enamorado por las cosas materiales déjeme decirle que eso va a ser su perdición, y la vida que como cristiano va a tener es una vida seca, sin resultados. Y yo sé que el éxito no se mide por el tamaño de una iglesia, pero sí es importante que usted esté tras las almas.
La segunda cosa está en Hageo1:13-14 Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,
¿A quién despertó Jehová? a Zorobabel. ¿A quién despertó Jehová? a Josué. ¿A quién despertó Jehová? a todo el resto del pueblo. La verdad es que ellos decían que no había llegado el tiempo porque estaban dormidos.
En mi congregación tengo a dos o tres hermanitas que cuando llegan, se sientan en la banca, se acomodan y después de eso se echan a dormir, y transcurre el servicio sin que se den cuenta de nada, no ven, no sienten, no oyen, no se dan cuenta de lo que ocurre alrededor, ¿por qué? porque están dormidas. Y así creo que hay algunos pastores que están dormidos y que Dios necesita despertar su espíritu. Alguien que está dormido, no se da cuenta de la necesidad tan grande que hay en este mundo, no pueden ver a la gente que deambula por las calles buscando solución a sus problemas, y que el diablo les está proveyendo una falsa solución a la paz que ellos ansían tener en sus almas, cuando usted y yo tenemos el evangelio de la salvación. Debería de avergonzarnos que los falsos testigos de Jehová trabajen más tiempo tocando puertas, llevando su engaño de casa en casa. Todo ¿por qué? porque los cristianos estamos dormidos. ¿No se da cuenta del clamor que hay en la gente? ¿No oye el mandato de Dios de ir y hacer discípulos? ¿Por qué? porque está dormido, holgazán. La verdad es que si usted quiere tener una iglesia ganadora de almas va a tener que trabajar, pero en la obra. Efesios 5:14 señala: Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.
¡Llegó el tiempo de tener iglesias ganadoras de almas!
Pero había una tercera razón por la que decían no ha llegado aún el tiempo, y era porque estaban desanimados. Mire Hageo 2:4 Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.
Ellos decían no ha llegado aún el tiempo por causa de que estaban desanimados. Recordaban cómo ya habían empezado a edificar la casa de Jehová, y vinieron los problemas, vinieron los enemigos, vinieron los obstáculos, tuvieron que enfrentar situaciones muy difíciles y finalmente, se desanimaron. Normalmente eso ocurre con algunos que en el pasado se decidieron tener una iglesia ganadora de almas, que decidieron tener un programa de club de pescadores, que decidieron tener un programa de club de sembradoras, que se decidieron entrenar a los hermanos de la iglesia para que ganaran almas. Pero empezaron los problemas, empezaron los obstáculos, no conseguiste los resultados tan rápidamente como lo planeaste, y te desanimaste. Hubo dificultades al salir a ganar almas; posiblemente habías estado ganando almas y lo has dejado de hacer, y ahora estás desanimado en este asunto, y te preguntas si habrá otra manera en que pudieras edificar tu iglesia. Pues déjame decirte: No hay otra manera. El mandato de Dios es ganar almas para Cristo. Probablemente usted se empezó a juntar con esa gente que le dijo, no, no se puede, yo lo hice hace muchos años, y sí, oí a ese fanático de Elmer Fernández y a ese loco de Kevin Wynne predicar de ganar almas pero eso no funciona aquí en mi país, funciona allá con los gringos porque son americanos, pero nosotros somos hispanos, aquí no se puede. Y lo desanimaron.
Déjame decirte que ¡llegó el tiempo! Llegó el tiempo de dejar nuestro desánimo.
Hageo 2:11-12 dice: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo: Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No. Existe una cuarta razón por la que los cristianos dicen no ha llegado aún el tiempo, es por causa de que están viviendo en inmundicia. ¡Ay, Pastor Muñoz! Yo también soy pastor. Pues por eso, por esa razón te estoy predicando, porque ya no es extraño que en nuestro días se estén perdiendo tantos soldados de Cristo por causa del adulterio, fornicación y hasta homosexualidad.
¿Y por qué pastor? Porque estaban viviendo en inmundicia, estaban coqueteando con el pecado, estaban viendo pornografía, estaban codiciando a la hermanitas de la iglesia, estaban saliendo con los hermanos de la iglesia, y esa es una de las razones que te lleva a pensar que no ha llegado el tiempo de ganar almas, porque a lo mejor la gente de tu comunidad te conoce y sabe que clase de araña eres.
Hay muchos cristianos que dicen: No funciona ganar almas, nosotros no tenemos necesidad de hacer programas de evangelización, de salir y tocar puertas y llevar el Evangelio, la gente va a llegar sola, nosotros tenemos un programa de discipulado, nosotros tenemos un programa de iglecresimiento.
Y esta manera de pensar ya se hizo común en nuestros días. ¿Y sabes por qué piensas así? Porque estás viviendo en inmundicia, estás viviendo una vida de pecado. Tal vez eres uno de los que tienen una televisión tan grande como de 48 pulgadas y te pasas obsesionándote y embruteciéndote con toda la basura que el mundo esta llevando ahí en tu hogar. Y lo peor de todo, hermanos, es que he conocido a gente que estando en el ministerio eran homosexuales. ¿No será esa la razón por la cual te gusta ponerte vestidos en tu casa? Te gustan camisas floreaditas, color rosita, lila, pelito largo, te pintas las uñas con laca para que se te vean hermosas. Esto es verdad. Yo conozco a alguien que todavía está pastoreando en Cd. Juárez, y se dice bautista, pero es un perverso homosexual.
Y déjame decirte, hermano, que no es raro encontrarlos, porque a veces pensamos que por haber tomado el ministerio, ya nuestra condición de carne la dejamos abandonada. Pensamos que por haber hecho la decisión de servir a Dios de tiempo completo, ya nos salió aureola en nuestra cabeza y que ahora somos personas “distintas” a las demás. Pues déjame decirte que tú eres un pecador merecedor del infierno igual que yo, y que si no cuidamos nuestra vida espiritual, nuestra comunión con Cristo, podemos caer en la misma inmundicia en la que estábamos antes de estar en el ministerio. Por eso es que quieres regresar a la borrachera, a las drogas, tal vez ahora mismo estás coqueteando con una “copita social”, con un poquito de música mundana en tu hogar, un poquito de televisión, un poquito de pornografía, con unas cuantas películas rentadas en el club de vídeo. Hermano, debería darte vergüenza el entrar a uno de esos lugares, y salir con una película rentada de ese lugar. Hermano, para poder ganar almas es necesario vivir una vida separada, es necesario que nuestras convicciones sean tomadas de la Biblia y vivir por esas convicciones. Yo conocí un pastor que es de la idea de que a los jóvenes de la iglesia hay que organizarles matinés de películas, hay que traer música del mundo, y dejando que en un cuarto de los que hay en la iglesia los muchachos se diviertan “sanamente”, escuchando música mundana, abrazándose, bailando entre cristianos, pero nada más. Estamos en peligro, porque la influencia de este mundo es grande. Y la verdad es que muchos no están viviendo en adulterio pero viven, codiciando su corazón. El Señor Jesús nos dijo que los adulterios, la fornicación, los hurtos, y toda la inmundicia, primero salen del corazón. Y no sería raro encontrar a pastores que están anidando toda esa clase de basura en su corazón y que el día de mañana, el año próximo, en otra conferencia, ya no estés allí. Que dentro de unos meses ya no estés en el púlpito de una iglesia por causa de guardar toda esa inmundicia en tu corazón.
La gente que en tu iglesia va a decir que no funcionará el ganar almas, es aquella que está viviendo en pecado. Pastores que dicen que esto no funciona, es por que están viviendo en pecado. ¡Llegó el tiempo, hermanos! Llegó el tiempo de tener una iglesia ganadora de almas. Llegó el tiempo de bautizar gente cada semana.
Debe de ser un desafío para cada uno de nosotros que en nuestra iglesia esté llegando gente nueva y camine por nuestros pasillos aceptando a Jesucristo como su Salvador personal, que las aguas del bautisterio se estén moviendo constantemente porque hay gente que está siendo bautizada. Porque también, no sería raro encontrar pastores bautistas sin bautisterio en su iglesia. Pastores bautistas con un bautisterio seco y que no se ha usado en años.
Yo fui bautizado en una iglesia de la convención, fui salvo en una iglesia de la convención. Aprobaron mi bautismo en una sesión de negocios, algo que no es bíblico, pero lo hicieron después de hacerme un cuestionario de teología, parecía que me iba graduar de un instituto bíblico. Después de memorizar un montón de cosas, aprobaron que fuera bautizado, y el día que iba a ser bautizado, el pastor me dio la mala noticia de que ese domingo no podían bautizarme. Yo pensé que había reprobado el examen que me habían hecho, o que alguien en la sesión de negocios se había opuesto. ¿Y sabe qué dijeron? Dijeron: No, es que llenamos el bautisterio ayer, y esta mañana amaneció vacío, se fugó toda el agua, el bautisterio estaba roto.
¡Llegó el tiempo de ganar almas! ¡Llegó el tiempo de vivir y servir a Dios! Amén.