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¿Qué es Señor esta angustia?
Es muy posible que a pesar de que te has entregado al Salvador, o de que has buscado ayuda, hoy día te sientas afligido, sientas angustia y presión; y también es seguro de que no eres la única persona que se siente o se ha sentido así, grandes hombres como el Rey David se sentían como tu, Salmos 25:16-17 “Mírame y ten misericordia de mi, porque estoy solo y afligido, las angustias de mi corazón se han aumentado; sácame de mis congojas. Mira mi aflicción y mi trabajo, y perdona todos mis pecados.”
No podemos negar que todo hombre y mujer, aun los adolescentes y niños pasan por esta clase de sentimientos; sentimiento que se puede convertir en problema, problema que hoy en día es común que se le nombre con el término de “Estrés”. Aunque gran parte del pueblo de Dios prefiere no tomar estos términos, pues dicen que la Psicología nos desvía de la verdadera fe; creo en lo personal que Dios ha dado a los hombres la capacidad de sistematizar términos; y hoy en día, todo el mundo sabe identificar a que clase de problema nos referimos cuando hablamos de estrés. Aunque no existe la psicología cristiana; hoy en día tenemos a una gran número de cristianos que se han titulado como psicólogos, y son de gran ayuda para el pueblo de Dios.
Debemos tener cuidado con nuestra respuesta cuando alguien viene y nos dice que hay dolor en su cuerpo, o que esta siempre angustiado, que desea ser sanado, que ha orado pero no encuentra descanso. Pues cristianos sin preparación, suelen condenar a esta gente que esta necesitada de consejo y dirección; suelen decirles que lo que sucede es que no están consagradas o que hay pecado en su vida. En ocasiones lo único que hay es necesidad de instrucción o de medicación.
Empecemos por definir ¿qué es el estrés?:
El estrés (stress) es un fenómeno que se presenta cuando las demandas de la vida se perciben demasiado difíciles. La persona se siente ansiosa y tensa y se percibe mayor rapidez en los latidos del corazón. Es inevitable experimentar cierto grado de estrés en la vida y en las ocasiones apropiadas resulta benéfico. No obstante, demasiado estrés es peligroso para la salud en general, ya que se alteran en forma prolongada y perjudicial las funciones de muchos sistemas del organismo. El estrés no es algún termino psicológico que el hombre se haya inventado, es una capacidad física y emocional que Dios puso en el hombre, y que la psicología a bautizado así.
¿Por qué se produce el estrés?:
En principio, se trata de una respuesta normal del organismo ante las situaciones de peligro. En respuesta a las situaciones de emboscada, el organismo se prepara para combatir o huir (fight or flight), mediante la secreción de sustancias como la adrenalina, producida principalmente en unas glándulas llamadas “suprarrenales” o “adrenales” (llamadas así por estar ubicadas adyacentes al extremo superior de los riñones). David debió haber experimentado esto cuando huía para salvar su vida en diferentes circunstancias de su existencia. La adrenalina se disemina por toda la sangre y es percibida por receptores especiales en distintos lugares del organismo, que responden para prepararse para la acción:
El corazón late más fuerte y rápido, aun recuerdo cuando le iba a pedir a mi esposa que si me aceptaba como novio (había peligro, un posible no), creí que me iba a desmayar. Las pequeñas arterias que irrigan la piel y los órganos menos críticos (riñones, intestinos), se contraen para disminuir la pérdida de sangre en caso de heridas y para dar prioridad al cerebro y los órganos más críticos para la acción (corazón, pulmones, músculos). <<Un choque, una caída, un pleito etc.) Los sentidos se agudizan La mente aumenta el estado de alerta
Utilidad del estrés:
En condiciones apropiadas (si estamos en medio de un incendio, nos ataca una fiera, o un vehículo está a punto de atropellarnos), los cambios provocados por el estrés resultan muy convenientes, pues nos preparan de manera instantánea para responder oportunamente y poner nuestra vida a salvo. Muchas personas en medio de situaciones de peligro desarrollan fuerza insospechada, saltan grandes obstáculos o realizan maniobras prodigiosas.
Cuando el estrés se convierte en problema:
Lo que en situaciones apropiadas puede salvarnos la vida, se convierte en un enemigo mortal cuando se extiende en el tiempo. Para muchos, las condiciones de hacinamiento, 1. las presiones económicas, 2. la sobrecarga de trabajo, 3. el ambiente competitivo, etc., son circunstancias que se perciben inconscientemente como amenazas. Esto les lleva a reaccionar a la defensiva, tornándose irritables y sufriendo consecuencias nocivas sobre todo el organismo:
a. Elevación de la presión sanguínea (hipertensión arterial)
b. Gastritis y úlceras en el estómago y el intestino
c. Disminución de la función renal
d. Problemas del sueño
e. Alteraciones del apetito
f. Agotamiento
¿Qué hacer frente al estrés?:
En el mundo no existe una fórmula sencilla e infalible que pueda “curar” el estrés. Se requieren acciones diversas que permitan reducir las situaciones de sobrecarga. Para ello puede ser necesario “reaprender” a realizar las tareas cotidianas del hogar o el trabajo:
a. Programar las actividades para que no se acumulen ni se conviertan en “incendios”.
b. Establecer prioridades claras.
c. Delegar responsabilidades.
d. Aprender a decir NO a los compromisos que no se pueden cumplir.
e. Hacer bien y pronto lo que se puede hacer y olvidarse por completo de lo que no se puede.
f. Asumir los grandes retos como secuencias de pequeños pasos.
g. Además, existen formas de contrarrestar los efectos nocivos del estrés, como el ejercicio físico regular y las técnicas de relajación que no involucran el hipnotismo, (con el que no estoy de acuerdo).
El ejercicio habitual es especialmente útil, pues proporciona una forma de escape para la agresividad y la tensión, mejora el funcionamiento cardiovascular y genera un estado placentero de relajación después de cada práctica.
La relajación es conveniente para aliviar el estado de tensión muscular que ocurre inconscientemente durante el estrés. Los músculos, especialmente cervicales (de la nuca) y lumbares (de la cintura), se contraen en forma prolongada y generan dolor. Este dolor produce incomodidad y dificulta el desempeño de las tareas, generando más estrés.
Cristo nos da la solución, mientras muchos insisten es cubrir su problema de estrés visitando a un psicólogo o psiquiatra, el Cristiano tiene una alternativa mejor; indiscutiblemente podemos tratarnos con médicos especializados, a fin de cuentas son medios de gracia que Dios ha permitido para todo el mundo ; pero sin Cristo, no hay cura total, solo control temporal.
El afán y la ansiedad. Mateo 6:25 “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?”; es un llamado a descansar, a confiar en Dios ; “No os angustiéis”. Busca primero a Cristo, al reino de Dios y todo te será añadido, no solo alimento y salud o vestido; sino paz, gozo, descanso y estabilidad emocional; Jesús es el psicólogo de psicólogos.
Además nuestra aflicción debe producir esperanza no enfermedad 1 Pedro 1:3-5 “Una esperanza viva Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, 5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.”
Dios puede curar tu problema en este día, Él te da luz, y te puedes dar cuenta que no hay problema o enfermedad que le supere, Mateo 7:7-8 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” Además, en ocasiones podemos ser engañados por falta de conocimiento, Satanás viene para robar, matar y destruir.
Jesús declaro, venid a mi todos los que están cansados Mateo 11:28-29 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”
Nuestra oración debiera ser: “Señor, dame el coraje para cambiar las cosas que debo, serenidad para aceptar las que no puedo cambiar, y sabiduría para reconocer la diferencia”
Orar con fe, esperar en Cristo, es la mejor forma de relajación, meditar en su palabra y esperar en el Espíritu Santo; sin duda, sanara tu angustia.